R.I.P. Oded, Toreador

 

Muerte de un Toreador


–Bien… estamos jodidos
–dice Melkart a Enoc mirándole a los ojos. El mercader fenicio lleva varias horas explicando al cortesano judío, como les afectará la muerte del Vampiro que ha sido su señor hasta su asesinato, ayer por la noche. Ambos se encuentran derrotados por la desaparición del cainita que les alimentaba con sangre y con ella paralizó el reloj de su tiempo, inmortalizando sus cuerpos.

–Yo llevo mucho tiempo siendo ghoul y tengo exactamente tres semanas para buscar otro domitor que me quiera alimentar con sangre –explica Melkart– tú sin embargo fuiste ghoul hace solamente un año. Desde la última vez que bebimos de su sangre, son treinta noches para empezar a marchitarnos como una fruta seca al sol. Por eso debo buscar a otro Cainita que quiera adoptarme y darme de beber de su sangre, convirtiéndome en su ghoul.

Melkart, Mercader
Fenicio Ghoul de Oded
–Entonces yo solo envejeceré un año –dice Enoc pensativo– sin embargo tú varias décadas de golpe, ¿verdad?

–Eso es –responde Melkart confundido.

–Aun así me quedaré a tu lado –dice Enoc– una vez pruebas las mieles de la vida, no quieres dejar de saborearlas. Quiero seguir siendo ghoul. ¿Qué te parece Desdémona?

–¿La Brujah ciega? –responde Melkart absorto– con la mala suerte que revolotea al entorno de esa griega, estaríamos muertos en menos que canta un gallo.

–¿Y Abraham? –pregunta Enoc.

–¿Esa vieja momia? –responde Melkart– se pasa el tiempo entre rollos de papel escritos en hebreo y arameo.

–¿Meir? –pregunta Enoc rompiendo un silencio que duraba demasiado.

–Naaaaaa, la buena moza Donna ya no es ghoul suya, y ese Admiel nunca me ha caído bien ¡nacido para ser librero! –responde Melkart con una mueca de asco en su cara.

–¡Me rindo! –dice Enoc– quizás nadie sea digno de nuestros servicios…

Enoc, cortesano político Ghoul de Oded
–¡No! ¡cabeza de dátil! –dice Melkart enfadado.

–Solo intento decirte que estamos acostumbrados a ser los ghoules de un Toreador, los miembros de ese clan son amantes de la vida, sociables con los humanos… los mejores cainitas para ser domitores y por ende, ser sus ghoules es el mejor trabajo que tendremos nunca… –dice Melkart elocuentemente.

–Como se nota que tienes… ¿cuántos años tienes Melkart? –pregunta Enoc.

–Más que tu… ¡es todo lo que tienes que saber! –responde Melkart ocultándole que apenas tiene 20 años más que él, imposible de deducir por su aspecto de hombre de mediana edad.

 –¿En quién habías pensado? –pregunta Enoc.

–¡Elsh! –dicen ambos al mismo tiempo mientras se alegran por coincidir.

–Dirijámonos a Tiro pues –dice Melkart pensativo– tengo la caravana lista para partir.

– Melkart, tendrás que hablar tu con el viejo Elsh –dice Enoc dirigiéndose a la caravana– con tu labia conseguirás venderle nuestra situación, y su necesidad de adoptar a un par de ghoules ya formados, por otro Toreador de confianza, nuestro estimado Oded, protector de los agricultores de Jerusalén...

–Ansío probar el sabor de su Vitae –dice Melkart mirando al infinito y relamiéndose.

–¡Dicen que tiene mil años! –responde Enoc salivando como un niño sediento.

–Tenemos que pasar por Jericó para visitar a Asdrúbal –dice Melkart– solo era contacto de Oded, pero a lo mejor quiere apuntarse a nuestra empresa.

–Me parece buena idea –responde Enoc asintiendo.

Y ambos hombres se pierden en el horizonte abrazados como dos grandes amigos embriagados con demasiado vino.

Caravana hacia Tiro