Eterno
Descendiente Divino
(356-346 a. C.)
Alejandro Magno y sus
conquistas
Alejandro Magno es
una figura de una extraordinaria categoría que nos permite comprender hasta
donde pudo llegar el mundo antiguo. Con casi 33 años fue un conquistador que
cambió el mundo. El mundo que encontró Alejandro y el mundo que dejó son
radicalmente distintos, y además lo hizo en un periodo relativamente corto de
tiempo.
Durante la segunda
mitad del siglo cuarto, nace el 19 (o el 20) de julio del año 356 a. C. y
morirá el 11 de junio del año 323 a. C.
Guardia Inmortal persa |
Para entender la obra
de Alejandro hay que remontarse brevemente en el tiempo. En el año 480 a. C.,
siglo y medio antes de la época de Alejandro, los persas habían invadido
Grecia. Habían atacado y destruido la ciudad de Atenas y su acrópolis. Venían
de destruir otras ciudades griegas emblemáticas como Eretria, donde los griegos
dejaron el templo arcaico de Apolo derruido tal y como lo dejaron los persas,
con esculturas destrozadas por sus enemigos persas. Cuando Pericles inicio su
reconstrucción de la Acrópolis la mandó dejar derruida, una serie de columnas
destruidas que quedaron esparcidas por la Acrópolis cuando en el año 480 a. C, el
rey Jerjes la destruyó. Cuando Pericles lleva a cabo la reconstrucción del
Partenón lo deja derruido, como símbolo visible de la barbarie persa, (aun hoy
siguen así), para que todo el mundo recordara que la Acrópolis, el sagrado
recinto de Atenea, había sido destruido por los persas. Este es el trasfondo
que nos permite entender el por qué de todo. Los griegos eran conscientes de
que su territorio había sido arrasado por los persas.
Les quedó desde
entonces el sentimiento de la venganza. Una venganza que no va a ser rápida,
pero que está allí, presente y que va a justificar en buena parte la política
de Alejandro.
Oro persa |
Además del ansia de
venganza existe el agravante del oro persa. El reino persa era riquísimo, era
inmenso. El oro persa había intervenido masivamente en la política griega. Los
persas, aunque formalmente en paz con los griegos, habían inundado las ciudades
griegas de su oro para atraerse voluntades, para en último término, evitar que
los conflictos internos de los griegos le salpicaran. Muchos griegos se daban
cuenta de que está política persa era cada vez más perjudicial. Grecia estaba inundada
de oro pesa y muchos griegos consideraban que eso era intolerable. Este es el
segundo de los trasfondos que justificará la empresa de Alejandro.
Griegos en la
antigüedad
Los griegos habían
atravesado por enormes vicisitudes, siempre ante el empuje persa, pero en el
siglo quinto habían dado buena cuenta de los diferentes invasores persas.
Recordamos la epopeya de las Termopilas, Maratón, Salamina… las grandes
batallas de la antigüedad.
Espartanos |
Las Guerras Médicas
son de las más espectaculares del mundo antiguo. El punto culminante, sin duda
alguna, fue Termopilas, aquel paso en el que luchó murió Leónidas, uno de los reyes de Esparta,
había una monarquía muy peculiar en Esparta y había dos reyes, uno que se
quedaba en la ciudad y otro que asistía a la guerra.
Esparta con poco más
de 1000 hombres, entre ellos 300 espartanos, se lo pusieron muy difícil al rey
Jerjes y su guardia de inmortales. Después de eso batallas como Salamina o
Platea.
Filipo II, Padre de Alejandro Magno |
Alejandro Magno es
hijo de dos personajes muy relevantes. Posiblemente es cierto que nosotros
somos lo que les debemos a nuestros padres y lo que les debemos a nuestros
maestros. En el caso de Alejandro esto se cumple como en nadie.
Alejandro Magno era
hijo de dos figuras sobresalientes: del rey Filipo II de Macedonia y de la
reina Olimpiade del Epiro.
Su padre, Filipo II
había heredado el trono de Macedonia, nordeste de Grecia, ( parte de lo que
recientemente fue la Antigua República Yugoslava de Macedonia, desde el 2019,
República de Macedonia del Norte) y había heredado el reino en unas condiciones
precarias.
Sus dos hermanos
mayores, Alejandro II y Perdicas III habían muerto en circunstancias
lamentables. Él último de ellos había muerto en una gran batalla contra las
poblaciones tracias que le había costado la muerte.
Filipo hereda el
trono en malas condiciones. No era elegido para gobernar. Si sus dos hermanos
mayores no hubieran muerto, evidentemente él jamás habría sido rey. Pero sus
hermanos murieron y le toca heredar el trono.
Nacido en Pella, en
el año 382 a. C. Filipo era el hijo más joven de Amintas III y Eurídice. Su
nombre proviene del griego, significaba “amigo del caballo”.
Con 14 años permaneció
como rehén en Tebas durante tres años, por entonces la polis hegemónica en
Grecia.
En esa época Filipo
recibió educación militar y diplomática de Epaminondas y vivió con Pamenes de
Tebas, un entusiasta defensor del Batallón Sagrado de Tebas, una unidad de
élite griega formada por 150 parejas de amantes.
En 364 a. C., con 18
años, Filipo volvió a Macedonia, participando en asuntos de gobierno. La muerte
de sus hermanos mayores, los reyes Alejandro II y Pérdicas III, le permitieron
convertirse en regente de su sobrino Amintas IV, hijo de Pérdicas III.
En el 359 a. C, Amyntas
IV, tenía 6 años y tras la muerte de su padre se coronó como el rey titular de
Macedonia, hijo del rey Pérdicas III de Macedonia. Pero como era sólo un
infante, el futuro Filipo II de Macedonia, hermano de Perdicas, se convirtió en
su tutor y regente.
Ese mismo año, el
joven Filipo II con 22 años ejerció como auténtico rey de Macedonia,
convirtiéndose en el gobernante del reino eliminado a todos los pretendientes
al trono.
Mejoró militarmente
la famosa formación de infantería griega llamada la falange. Consistía en un
mortal formación de 16.384 soldados con picas situadas en diferentes ángulos
que tiene un característico aspecto de “puercoespín”.
Macedonia estaba
formada por montañas arboladas de donde conseguían las enormes picas, llamadas
sarisas, y planicies ideales para la cría de caballos, que componían la fuerza
principal del ejército macedonio.
Reino macedonio antes de Filipo II |
Filipo lleva a cabo
una política enérgica. Hace una reforma del ejército y en unos pocos años
consigue unificar el territorio macedonio. Somete a los importantes, a los
grandes príncipes macedonios, que habían hecho que el reino macedonio fuera un
reino bastante débil.
Todos los
territorios: Crestonia, Pellagonia, Almopia, Elimea, Orestis, Pieria, Tymphe… y
hasta doce, formaban parte de Macedonia, debían lealtad al rey macedonio pero
funcionaban como principados prácticamente independientes. Esto hacía que
Macedonia, un gran territorio, un gran estado, no tuviera la importancia que
por su tamaño y que por su población le correspondía.
Filipo II lleva a
cabo una política enérgica de centralización. Consigue mediante diversos
recursos, desde la violencia hasta el dinero, atraerse a estos príncipes
mediante un sistema interesante. Esto también influye en la obra de Alejandro.
Consigue que todos
estos príncipes entreguen a sus hijos para formar este grupo de los pajes
reales, grupo de jóvenes que se van a educar con los propios príncipes de la
familia real, pero que en otro término no son otra cosa que rehenes.
Atrayéndoles hacia la
capital del reino, bien hacia la nueva capital Pella, bien hacia la antigua
Egas (Bergina), Filipo consigue la lealtad. Como tiene a los hijos de los
grandes príncipes educándose a su lado, empiezan a servirle como pajes. Le
ayudan en la caza, van con él cuando hace cabalgadas, se forman en el entorno
del rey, pero al mismo tiempo son rehenes. Ya no están en las tierras de sus
padres, ya no están en esos territorios donde hasta entonces habían llevado a
cabo una política levantisca.
Con eso consigue poco
a poco unificar el reino y con la unificación se inicia la expansión. La
macedonia inicial de Filipo y el territorio que deja cuándo es asesinado, no
tienen nada que ver. La diferencia de tamaño es enorme, el nuevo reino se expande
siete veces más en su extensión. Cuando
muera Filipo II, asesinado, Macedonia es ya un reino poderosísimo, se ha
extendido hasta límites insospechados. Esta es la clave Filipo es un gran rey.
Ha conseguido lo que ningún rey macedonio había conseguido, unir toda Macedonia
y sobre todo unir toda Grecia.
Reino macedonio después de Filipo |
Nos encontramos en el
año 356 a. C., momento en el que el noble macedonio Parmenión, oficial y
general de confianza de Filipo II obtiene una gran victoria sobre los ilirios.
Cuentan de Filipo en aquella época que en una batalla
en plena pelea encarnizada con un persa le sacaron un ojo y se le quedó
colgando, dicen los que allí estaban que se lo arranco y lo lanzó al suelo con
desdén y que cargó contra el persa que le había herido, ahogándolo con sus
propias manos por mutilarle, no sin antes haberle estallado ambos globos
oculares como represalia.
Nos encontramos en Pella,
la capital del reino macedonio, los designios de aquella zona, de aquella
latitud, son regentados por el rey Filipo II de Macedonia, uno de esos
personajes clave, y sin duda más importantes en el siglo cuarto griego, no solo
por ser padre de Alejandro Magno, si no por ser el que inició la reunificación
de todas las ciudades estado griegas. Hasta entonces muy temerosas ante el
avance persa.
Los persas siempre
dispuestos a conquistar Grecia, a conquistar sus ciudades, a conquistar su
cultura. Filipo II había organizado perfectamente lo que conocemos como las falanges,
esos cuerpos de ejército griegos que supieron hacer frente a las miríadas de
invasiones persas.
Monte Erciyes, Anatolia |
Meir y Ragabash
pasaron más de una década en el monte de Erciyes. En la cima se encontraba el
templo que reunía a los Capadocios más estudiosos de la tierra. Meir, por
encargo de su Sire Abraham, dedicaba sus noches al estudio de todo lo que tenía
que ver con la Torá Negra. Todo el clan estaba inmerso en descifrar la reliquia
sagrada, ahora en manos de Abraham.
Mientras tanto
Ragabash, no podía entrar en el monasterio, por no pertenecer al clan Capadocio,
y se refugiaba en una cueva cercana, que había acomodado para pasar las largas
noches. Meir le traía todo tipo de escritos en rollos que el guerrero Ragabash
devoraba como un erudito más. El Assamita se rodeaba de su rebaño y sus
familias que le proporcionaban el sustento diario que necesitaba para alimentarse.
Los dos cainitas se
ayudaron mutuamente, ya que ambos eran sabios, cada uno en su materia. Meir
estudiaba sobre la Torá Negra y Ragabash sobre la maldición Assamita, su clan.
Abraham, Sire de Meir |
Abraham se encontraba
más cerca de concluir el ritual que le mantenía ocupado. Ese que conseguiría
hacer que un grupo de elegidos pudiera acompañar al Eterno, aquel que aparecía
en los textos proféticos de la Torá Negra.
Meir recibió una
carta de Anat, aliada de Abraham, él y Ragabash debían partir dirección Pella,
la capital del Reino de Macedonia. Allí se encontrarían con más cainitas de
confianza para reunirse ante un magno acontecimiento: el Eterno iba a nacer
próximamente. El Capadocio y el Assamita se encontrarían en Pella con varios
aliados, Desdémona, la Princesa de Jerusalén, Neb-Nesut, enviado Setita, al que
llamaban el Agente de la Profecía. Y Orison, un aliado de Abraham que le había
ayudado mucho con la Torá Negra.
Así que el cara-santo
Meir partió junto con el rudo Ragabash, dirección Pella, para dar el siguiente
paso en el gran plan para hacer del mundo un lugar mejor.
Palacio real en Pella |
356 a. C.
Macedonia era un
territorio muy rural, donde la gente vivía en el campo, en las aldeas. Pella,
la capital de Macedonia, era una ciudad moderna. Los antepasados de Filipo
habían construido esta gran capital a la última moda griega, con las últimas
novedades del mundo griego.
Pella es una ciudad
bien regulada, con calles en líneas rectas, con grandes casas, mansiones, ya
los antepasados de Filipo se habían dado cuenta de que la modernidad pasaba por
adaptar las estructuras del reino al mundo moderno, el mundo de la polis
griega, de la ciudad estado, de la estructura urbanizada con importantes
servicios púbicos.
Una vez allí Meir y
Ragabash se dirigieron al palacio Real, lugar donde iban a encontrarse con los
demás.
Ragabash, Assamita |
Ambos cainitas
esperaban en una estancia adornada con estatuas de estilo clásico griego, de
las más bellas representaciones del hombre y de la mujer, en todas sus formas.
Ragabash, con sus
pieles y siempre rodeado de un grupo de guerreros nórdicos y sus familias, y
Meir con su aura de santurrón, cadavérico, con una mirada de haber vivido
mucho. Ambos esperaban a los demás impacientemente, sus tratos sociales en la
última década se habían limitado a su entorno en el monasterio de Erciyes.
–Bueno Ragabash –dice Meir apoyándose en el marco de un
balcón desde el que se veía perfectamente los jardines reales– he encontrado la Torá Negra y cada vez
estamos más cerca de conseguir el objetivo de mi Sire… creo que me merezco un
descanso…
–Es tu responsabilidad –responde su compañero Ragabash– no creo que haya tal descanso…
En ese instante, Desdémona, vestida con elegantes y ricos ropajes y Neb-Nesut, luciendo su aspecto noble egipcio portando su inquietante mascara de oro, aparecieron en el lugar. Aileen, ghoul doméstica de Desdémona, venia del brazo de la Princesa invidente para guiarla con cuidado por el palacio.
Aileen, Ghoul de Desdémona |
–Es una verdadera pena –dice Meir nostálgico– ya no queda nadie más de los tiempos de
Babilonia…
–Lo lamento –dice Desdémona poniendo su mano sobre el
hombro del dolido Capadocio.
–La muerte solo es otro camino más que andar –dice Meir esbozando
una tímida sonrisa.
A continuación
charlan sobre los Assamita y su erróneo camino junto a la hegemonía persa, y
esto les lleva a que Desdémona les cuente que en Jerusalén hay un Assamita, al
que acaba de ascender a Ancillae, que es la excepción que confirma la regla, a
cuyo alabo se suma Neb-Nesut, Setita y rival natural del clan de asesinos
persas.
Adeben, Ancillae Setita |
Cuenta Desdémona que
Adeben se ha quedado en la regencia de Jerusalén, y que a pesar de sus errores
del pasado, actualmente goza de su confianza. Meir está de acuerdo con la
Brujah.
–Abraham me habló de un Lasombra con el que nos
encontraríamos aquí en Pella. –Dice Desdémona a Meir– un valioso aliado que nos ayudará a partir de ahora ¿sabes algo de
esos Lasombra?
–Se que provienen del oeste y que manipulan las sombras –responde Meir.
–No suena bien –dice Desdémona preocupada.
–Se dice que los Lasombra son rivales de los Ventrue por
ser su antítesis. No hay de qué preocuparse por Orison –dice Meir– Abraham ha mantenido contacto por carta
con él y es de confianza. El nos ayudó a conseguir la Torá Negra, guiándonos
para dar con el paradero de la misma.
–Los Lasombra son poderosos cainitas, generalmente
ligados al poder y a la religión –dice Ragabash, sorprendiendo a todos por su
sabiduría, nadie diría que un guerrero tosco como él tuviera semejante
conocimiento –disponen de un poder que
crea tinieblas que ciegan a todo rival.
–Que problema –dice Desdémona socarronamente cerrando los
ojos momentáneamente.
En ese momento, como
si lo hubieran invocado, irrumpe por la puerta un oscuro personaje.
Su aspecto es el de
un tenebroso druida, con una larga barba negra como el carbón, pieles por ropa,
un par de cuernos de ciervo sobre la cabeza y un macabro báculo coronado con
huesos de un brazo humano.
Orison, Lasombra |
–¡Orison! –dice Neb-Nesut abalanzándose sobre el– ¡amigo! Me alegro de poneros cara al fin.
Aliado de Abraham, así que aliado mío.
Neb-Nesut presenta
efusivamente a Orison a los demás, y lo hace de modo que queda claro que se
conocen y tienen una estrecha amistad.
–Me alegro de que todo os vaya bien Neb-Nesut –dice Orison– tengo ganas de conocer al viejo Abraham,
con el que tanto saber e información hemos compartido.
–¿Sabes donde reside el Príncipe de Pella para
presentarnos a él? –pregunta
Desdémona a Orison.
–Pella no tiene príncipe cainita –responde Orison– seguramente por influencia de la Archimaga
Agea, aliada de Abraham.
Se escucha como viene
una tormenta a lo lejos. Los rayos se escuchan cada vez más cerca y los
relámpagos empiezan a iluminar la noche con su luz intermitente y centelleante.
Los cuatro cainitas miran la tormenta que viene hacia ellos.
Neb-Nesut se fija en
que hay un pequeño grupo de gente, abajo, en el jardín real. Parece una mujer
embarazada, rodeada de doncellas y todas protegidas por un par de soldados
reales. Es Olimpiade del Epiro, la Reina de Macedonia.
Meir agudiza su vista
con Auspex y ve el aura color rojo vivo, de la reina, esto significa que está
muy enfadada. En su vientre un pequeño aura circular con colores cambiantes,
Meir lo interpreta como que su futuro hijo siente confusión ¿irá a venir al
mundo?
El Capadocio, con su
conocimiento de medicina, solo con verla, sabe que la reina está a punto de dar
a luz, seguramente ya esté de 9 meses, así que podría parir en cualquier
momento.
–Señores –dice Meir–
alguien me va a necesitar muy pronto –y con firmeza se dirige hacia el
jardín bajando unas escaleras externas que dan al lugar.
Desdémona pide a su
guía, Aileen, que la lleve tras Meir, y así lo hace, junto a Ragabash.
–¿Vamos con ellos? –pregunta Orison a Neb-Nesut.
–Déjales –responde Neb-Nesut sin darle mayor
importancia a lo que ocurre.
Olimpiade del Epiro, madre de Alejandro |
Olimpiade del Epiro,
reina de Macedonia y la mujer de Filipo, se encontraba paseando por los
jardines de palacio en Pella la capital del reino. Estaba embarazada de 9
meses.
Durante el día el
buen tiempo había hecho acto de presencia pero por la tarde noche se intuía una
enorme tormenta eléctrica. Paseaba con sus doncellas por los jardines,
ignorante de lo que se le podía venir encima.
Los rayos comenzaron
a descargar con ímpetu y con furia sobre Pella. Y ante la atónita mirada de los
cainitas presentes, uno de estos rayos hizo diana sobre el cuerpo de Olimpiade.
El rayo pareció
perforarla atravesándola de lado a lado. La reina se desplomó en el suelo y las
doncellas y cortesanas que le acompañaban, completamente desesperadas se
temieron lo peor… ¡la reina embarazada de 9 meses y atravesada por un rayo!
Meir acelera el paso
seguido por Desdémona, Aleen y Ragabash, preocupados por el fatídico destino de
la reina Olimpiade y de su futuro bebé, el Eterno, mientras el Capadocio piensa: “¡yo solo quería un merecido descanso!”
Otro rayo cae y esta
vez lo hace impactando de lleno sobre Ragabash. Carbonizando parte de su cuerpo
y malhiriendo al Assamita, que permanece en el suelo humeando y ensordecido por
el impacto de la naturaleza.
Una fina lluvia
empieza a caer, mojando levemente a todos los allí presentes.
Desdemona, Brujah |
Desdémona se percata
de que un rayo podría caer fortuitamente a una persona, pero ¿dos? a alguien
tan cercano… demasiada casualidad, así que temiendo por la vida de su ghoul,
mortal, la ordena retirarse al palacio de donde venían, para estar a resguardo.
Meir corre hasta
llegar al lugar donde la reina yacía, rodeado de su asustada servidumbre y la soldadesca
que temerosos no saben lo que hacer.
Ragabash, en el
suelo, dolorido, mira a los lados para ver que no haya ningún curioso y decide
curar parte de su quemadura y con un gran gasto de sangre, su cuerpo regenera
una fina piel dejándole un poco mejor que antes, pero aun en mal estado, tirado
en el frio y cristalizado suelo.
Desde el palacio,
Neb-Nesut piensa que hacer mientras Orison se pregunta si sería prudente salir
al jardín… ¡Menuda bienvenida!
Neb-Nesut y Orison
deciden ir junto a los suyos pero sin prisa, y comienzan a descender por la
escalinata de piedra pulida que les lleva al jardín, donde han caído los dos
rayos.
Aileen corre rauda
como su señora Desdémona le ha ordenado, pero es la tercera en recibir la
descara de otro potente rayo que cae del cielo. Impactado de lleno sobre la
mujer, arrojándola al suelo fuertemente y dejándola mortalmente herida.
Mientras tanto
Ragabash, humeando, quemado y desubicado, decide correr a resguardo y se
levanta con gran esfuerzo buscando el camino de vuelta.
Neb-Nesut le pregunta
a Orison si pude hacer algún truco con las sombras.
Desdémona ha
percibido claramente que a Aileen le ha caído el tercer rayo, por el lugar de
donde ha venido el estruendo y el grito agónico de su preciada criada. La
Brujah corre en su busca y utilizando la disciplina de Celeridad, lo hace tan
rápido que nadie puede ver como corre hasta su sirvienta. En plena oscuridad
que no la afecta, la coge y la devuelve al palacio con la velocidad del rayo,
valga la redundancia.
Meir fortalece su
cuerpo con su sangre, haciendo que su piel se endurezca y su agilidad aumente
considerablemente. Para decidir dirigirse a coger en brazos a la embarazadísima
reina Olimpiade, mientras los dos soldados le apuntan amenazantes con sus lanzas.
Lo que Meir
desconocía en ese tiempo es que el 2% de las personas que sufren la acometida
de un rayo sobrevive y la reina la reina Olimpiade pasa a engrosar esa afortunada
lista.
Como si nada hubiese
ocurrido, Olimpiade se levantó del suelo, se sacudió un la tierra de sus ropajes y
un poco mareada se dirigió a palacio como si nada hubiese pasado.
–Mi Señora, no es el momento, ni el lugar para tener a su
hijo –dice
Meir de forma convincente– corramos a buen
resguardo.
Olimpiade mira al
extraño y pálido monje, con esa cara de santo, parece alguien del que habría
que fiarse y así lo hace la reina de Macedonia. Ella y su comitiva corren a
lugar seguro, guiados por Meir, que ayuda a la reina, a pesar de defenderse
bastante bien para estar de 9 meses.
Orison, se concentra
y hace aparecer 4 sombras de tamaño humano que nacen del suelo pero que a ojos
de cualquiera, en la noche, parecerían ser una persona más, así el atacante
podría confundirlas con ellos y darles más tiempo para huir y ponerse a
resguardo, donde los rayos de la tormenta eléctrica no puedan impactarles.
El próximo en recibir
otro rayo es Neb-Nesut, que tiene suerte y solamente le da de refilón,
quemándole y haciéndole un rasguño únicamente en una mejilla. El Setita tiene
claro que algún tipo de brujo debe estar causando esto, los Assamita tienen
Disciplinas que podrían hacerlo y quizás estén interesados en matar al Eterno y
sus guardianes…
Ragabash corre para
ponerse a resguardo, ya que si le da otro de estos rayos a traición, lo mataría
sin duda alguna. El bárbaro resbala con el barro del jardín y cae al suelo
quedando expuesto, mientras la fina lluvia le cae en la cara.
Mientras, en el
palacio, Desdémona, se raja la muñeca derecha y da sangre a Aileen, que no es
capaz de beberla, parece muy grave.
–¡¡Ayuda!! ¡¡Un medico!! –grita la Brujah desesperada
hacia el jardín.
Meir ayudando a la
reina, junto a su sequito, corren hasta ponerse en lugar seguro y el Capadocio
escucha la voz de Desdémona pidiendo ayuda.
Orison, se concentra
para mantener las cuatro sombras humanoides, que permanecen por el jardín como
señuelo y de hecho el siguiente rayo, en lugar de caer sobre uno de ellos, lo
hace sobre una de estas sobras señuelo, haciéndola desaparecer al instante
dejando una fumarola de humo gris que poco a poco va desapareciendo.
Ragabash se levanta y
corre herido de muerte, con el cuerpo dolorido por las quemaduras del rayo que
ha impactado sobre su cuerpo no muerto.
Neb-Nesut desaparece
y se oculta perfectamente para que el atacante no le pueda lanzar ningún rayo.
Y parece que surte efecto ya que no sucede.
Desdémona, llena su
boca de su propia sangre y vertiéndola sobre la boca de su malherida ghoul, la
sopla para que la vitae llegue a su estomago y haga su mágico efecto curativo,
algo que al menos estabiliza a Aileen y hace que no muera de forma inmediata.
Meir se despide de la
reina Olimpiade, que le agradece su ayuda.
–Creo que… gracias a vos –responde Meir
mirando al os ojos a la reina Olimpiade, que sin entender sus palabras se va
rauda con los suyos, dejando a los cainitas con sus asuntos.
Meir acude para
socorrer a Aileen, espera no llegar demasiado tarde.
Orison, mientras
tanto, hace aparecer otras cuatro sombras, y ahora tiene siete en total, para
entorpecer el ataque de quien quiera que esté lanzándoles los rayos.
El siguiente rayo
impacta de lleno sobre el propio Orison, como si quien lo invocó supiera que él
era la fuente de las sombras que estaban entorpeciendo su mortal ataque. El
Lasombra queda al borde de la muerte, carbonizado, humeando, tirado en el
suelo, desconcertado, dolorido, confundido,
ensordecido por haber recibido semejante descarga eléctrica a través de su
cuerpo. Automáticamente sus siete sombras desaparecen al haber perdido Orison la
concentración en ellas.
Ragabash consigue
ponerse a salvo. Ya únicamente queda en el jardín un mortalmente herido Orison,
¿morirá la primera noche de su encuentro con los cainitas de Jerusalén?
Neb-Nesut se acerca
sibilinamente a Orison y este no le ve por estar ofuscado. El Setita le susurra
al oído que se esté quieto y confíe en él y lo vuelve invisible a ojos de todos
los demás. Neb-Nesut saca a Orison ofuscado del lugar, para ponerlo a salvo del
jardín al aire libre. El Lasombra le debe la no vida a Neb-Nesut.
Acto seguido deja de
llover y la tormenta se disipa igual de rápido que apareció.
Meir, gracias a su
conocimiento de medicina, estabiliza a Aileen, que queda mal herida, quemada en
su brazo y costado izquierdo, pero el Capadocio se asegura de que no vaya a
morir.
Ha sido una noche
intensa en la que casi mueren al menos un par de cainitas presentes.
El causante de este
peligro debió huir ya que nunca más supieron de él. Debió considerar que el
grupo era demasiado numeroso para enfrentarse a ellos. Seguramente no esperaba
que Olimpiade tuviera semejante apoyo de la Estirpe.
Al poco de esta
intensa noche, nacería el primogénito de Olimpiade. Alejandro, un niño que iba a
dar mucha luz al mundo y que ya vino auspiciado por la tremenda energía
eléctrica de ese rayo. Superviviente a un rayo… ¿le protegerá esto quizás de conjuras
y conspiraciones? Veámoslo…
Macedonia, Grecia |
La reina estaba muy feliz.
Únicamente un pesar, una congoja en su alma y esa no era otra si no el
desencuentro con su marido el rey Filipo II.
Filipo no tenía
tiempo para Olimpiade y menos para el retoño que acaba de llegar al mundo y eso
que había augurios, se habían quemado templos, habían sucedido catástrofes. Ese
niño iba a sacudir toda la humanidad iba a sacudir todos los conceptos iba
helenizar Asia pero mientras tanto el rey permanecía indolente. Apenas se
trataba apenas se hablaba con su mujer Olimpiade.
El rey era borrachín,
pendenciero y sumamente mujeriego y la reina eso no lo perdonaba. Dicen que
llegaron a odiarse de tal manera que cualquier daño que pensarán sobre el otro
se hacía siempre pequeño al cabo de unos minutos.
La reina Olimpiade traslado ese odio a su hijo y sí que es cierto que los 20 años que tuvieron de
convivencia Alejandro solo tuvo un objetivo, ser mejor que su progenitor.
Filipo II seguía
culminando conquistas. Sus falanges parecían imbatibles ante las
ciudades-estado griegas. Alejandro se prepara la cuidadosamente se preparaba
para superar a su padre, para conseguir todo aquello que su padre solo había
soñado: Alejandro quería conquistar Asia. Quería devolver el golpe a los
persas.
Olimpiade, su tutora,
su protectora, su educadora, velaba celosamente porque su hijo fuera siempre
mejor que el padre.
Alejandro Magno |
Filipo II de
Macedonia y su mujer Olimpiade, no se podían ver. Sin embargo concibieron un
hijo. Un heredero para Filipo, el gran rey macedonio, aquel que soñaba con la
unificación de los griegos, aquel que soñaba con batir a los persas.
Se le educo para que
recordase a sus ancestros:
“Que Alejandro era descendiente de Heracles, a través de
Carano por parte de padre, y por parte de madre un Eácida a través de
Neoptólemo, es algo comúnmente aceptado por los autores de mayor crédito”
Plutarco, Alejandro 2, 1.
Era descendiente de
Heracles (Hércules), ni más ni menos. Es
un Eácida y descendiente de Neoptólemo, hijo de Aquiles el héroe de Troya.
Desciende de Heracles y de Aquiles, ni más ni menos.
Los griegos estaban
convencidos evidentemente de que estos personajes, que para nosotros son mito,
eran reales.
Los griegos creían en
Heracles, los griegos querían en Aquiles. Creían todo lo que se contaba de ambos.
En Alejandro
confluyen dos de las genealogías más prestigiosas del mundo griego. Descender
de Heracles, el héroe que viaja por el mundo que recorre el mundo acabando con
todo tipo de seres malvados y amenazantes, con la Hidra de Lerna, con el león
de Nemea, roba los bueyes de Gerión. Todo este bagaje está en la sangre de
Alejandro.
Por otro lado
Aquiles, casi prejuzga su destino la figura de Aquiles. Aquiles pudo haber
elegido una vida larga pero insulsa, o una vida breve pero cargada de gloria.
Anat, Matusalén Brujah |
Anat, la Matusalén
Brujah, se materializa ante el grupo de cainitas que se encuentran en Pella. Su
aspecto fantasmal, permanece flotando en el centro del mausoleo que sirve de
refugio para los personajes.
–Buenas noches compañeros de la noche, me alegro ver que
os encontráis bien –dice
Anat– gracias por haber ayudado a
proteger la vida de Alejandro, cuando aun o había nacido. ¿Conseguisteis
capturar a vuestro atacante?
–No, ayudamos a la reina Olimpiade y nos pusimos a salvo –responde Meir– debió huir, no hemos sabido más…
–Debió pensar que había acabado con Olimpiade y su no nato
antes de huir –añade
Anat– Estoy ante vosotros para anunciar
una buena nueva. Abraham ha calculado el tiempo en el que tendrá listo el
ritual y tenéis diez años para poner en regla vuestros asuntos.
Tras anunciar esto,
Anat se despide y desaparece ante los personajes.
Durante el camino de
vuelta a la provincia de Yehud, los cainitas comparten sus ideas para dejar en
regla todos sus asuntos pendientes y una vez en sus respectivos refugios se
ponen manos a la obra.
Neb-Nesut se desviará
para llegar a su nueva ciudad, de la que ahora es Príncipe. Invita a Ragabash y
a Orison para que vivan en Beth-Zur, situada al oeste de la provincia, cerca de
Jerusalén. Los tres cainitas se despiden de sus compañeros Desdémona y de Meir,
volverán a encontrarse dentro de 10 años cuando el ritual de comienzo. Se
reúnan en el santuario de las Mezuzás, en Jerusalén.
Astarté, Princesa de Mizpa |
Desdémona piensa a
quien dejar de Princesa de Jerusalén en el momento que deba entrar en sopor
para el ritual de Abraham. Su primera opción es su chiquilla Astarté, actual
Princesa de Mizpa y la manda una carta con su proposición. Astarté se alegra de
saber de su Sire, pero rechaza su ofrecimiento, no se siente preparada para ser
la Princesa de la capital de Yehud y con el permiso de Desdémona seguirá en
Mizpa, donde ya conoce el lugar.
La Princesa Desdémona
regresa a Jerusalén y ya tiene un nombre en su cabeza: Donna, la Capadocio
chiquilla de Meir. La Brujah reúne al Guerrero Negro y a Donna en el salón del
trono.
–Donna, el destino me reclama y necesito que seas la heredera
del trono de Jerusalén –dice Desdémona sentada en el trono de oro y joyas– no hay nadie en quien confíe más ahora
mismo. Eres una persona equilibrada y tienes buenas ideas. No estarás sola, el
Guerrero Negro, aquí presente, te apoyará como protector y consejero.
–No soy una líder… –dice Donna arrodillándose ante
Desdémona y bajando la cabeza– agradezco
su confianza en mí… y acepto tan digna responsabilidad.
El Guerrero Negro, Assamita |
–Soy Assamita, lo sabes Desdémona –dice el Guerrero
Negro muy serio dirigiéndose a Desdémona–
Como me vengan los Brujah a tocarme los cojones los mando a tomar por el culo…
–Tienes huevos –dice Desdémona dando un par de palmaditas
sobre el hombro derecho del guerrero– lo
harás bien.
El Guerrero Negro
sonríe y mira a Donna pensativo, quien les iba a decir que esta noche ambos
serian los señores de Jerusalén. Incluso en Alamut estarán conformes con estos
cambios.
Desdémona se levanta
del trono y deja que Donna lo ocupe. La Capadocio se sienta en él, y una
lágrima de sangre recorre su blanca mejilla. Su Sire Meir siempre había dicho
que estaba maldito y que quien se sentase moriría irremediablemente, hubo un
tiempo incluso que estuvo encadenado para que nadie lo ocupara, pero Donna
tiene el valor de sentarse para coger el testigo de una gran Princesa como
Desdémona.
La Brujah se ha adelantado diez años, ya que aun no debe abandonar sus responsabilidades, pero decide hacerlo de ese modo para así vera, durante estos diez años, si su decisión ha sido la correcta y si no, poder actuar rápidamente antes de sumirse en sopor.
Donna, Princesa de Jerusalén |
Desdémona decide
viajar a Mizpa para visitar a su chiquilla, de Princesa de Jerusalén nunca
tenía tiempo para hacerlo, y así podrá apoyar a su chiquilla para que no
gobierne en soledad. Una vez en Mizpa aprovecha para vivir en primera persona
las reuniones Toreador organizadas por Damara y para vivir un poco menos
tensionada, sin el peso de la corona.
La Brujah también
aprovecha para visitar la ciudad de Beth-Zur, donde Neb-Nesut comenzará a
reinar como Príncipe y así Desdémona podrá ayudarle con su nueva tardea.
Aileen ya se ha
recuperado del todo, aunque siempre tendrá una fea quemadura y el recuerdo de
haber sobrevivido a la caída de un rayo. Ahora acompaña a su señora Desdémona
para servirla como sus ojos. Llegado el momento en el que Desdémona se retire
al sopor, Aileen pasará a ser ghoul de su chiquilla Astarté.
Otra cosa que deja
atada es la cesión de su ghoul más poderoso a Donna, Yehezqiyah, Gobernador Sátrapa
de Jerusalén.
Igualmente Donna
tiene intención de continuar llevando la Torá Negra pero ahora que es Princesa
necesitará ayuda por parte de su fiel amigo Admiel, para el que Meir tiene
pensado algo especial…
Estos diez años de
principado son excelentes y Donna no puede hacerlo mejor. Desdémona está
satisfecha y orgullosa por su decisión.
Nehebkau Neb-Nesut, Setita |
Neb-Nesut se
encuentra en una pequeña ciudad que ha pasado de tener a un solo Assamita de
Príncipe a cuatro cainitas. Neb-Nesut invita a venir a Adeben, Setita de
Jerusalén, y este acepta para no tener problemas con el recién llegado Meir.
Orison, Adeben, y
Ragabash se encuentran ahora al mando de Neb-Nesut Príncipe de Beth-Zur. El
poblado es un modesto centro de comercio local donde todo está por desarrollar.
Neb-Nesut crea una
ruta de comercio que una Egipto, Macedonia y Yehud, los lugares donde el Setita
tiene influencia en la venta de esclavos. Gracias a dedicar todos sus esfuerzos
a esto y con ayuda de Adeben y Ragabash, Neb-Nesut, en estos diez años consigue
hacer prospera la ciudad, creando en Beth-Zur un centro comercial entre
Jerusalén, Salónica y Menfis.
El gobierno de
Neb-Nesut en Beth-Zur está orientado en crear una ciudad abierta en la que se
pueda practicar todo tipo de religión y así enriquecerse con las diferentes
culturas.
Merit, Esclava personal de Neb-Nesut |
Neb-Nesut regala un
dominio a Orison para que este se quede en Beth-Zur y el Lasombra se dedica a ayudar
a Abraham desde aquí, a elaborar el ritual que los introducirá en los cuerpos
de los compañeros del Eterno, para así poder ayudarle en su difícil empresa.
Meir, Capadocio |
Meir llevaba con esta
idea mucho tiempo en la cabeza, rondando. Crear una biblioteca con toda la
historia del mundo de Tinieblas. Todos los conocimientos de criaturas mágicas y
oscuras tendrían cabida aquí. El ocultismo y todo el saber sobrenatural se
guardará para preservarlo por el bien de la nueva humanidad que traerá consigo
el Eterno.
Para hacer este sueño
realidad debe transformar la actual Torá Negra en el nuevo Arcanum. El primer
paso es elegir a los tres que regirán la cúpula de la sociedad secreta. Meir
explica sus ideas a Donna que llora de alegría al saber el nuevo destino de su
hermano Admiel.
El primero, naturalmente, será Admiel, pero antes Meir debe darle un regalo que se ha merecido desde hace décadas: el abrazo. Meir es estéril y no puede abrazar así que pide ayuda a su Sire Abraham para que le otorgue él su sangre, mezclada con la de Meir, aunque no tenga efectos de resurrección de
Admiel, Capadocio chiquillo de Meir |
muertos. Dicho y hecho ya que Admiel está más que feliz de morir para ser abrazado a las Tinieblas. El será el primero de los tres líderes del Arcanum, y el más importante, el mayor bibliotecario de todo el reino de Yehud. Admiel ya es un Capadocio y técnicamente es hermano de Meir.
Y el tercero vendrá
de lejos y para ello Meir debe hacer un viaje a Salamina en Chipre. Su nombre
Cyprium y es un viejo librero, contacto de Meir, que ha rechazado ya dos veces
la inmortalidad con la oferta de ser su ghoul. Pero esta vez
Ushpa, ghoul de Donna |
Cyprium, Ghoul de Donna |
Seis zombus custodian
el santuario del Arcanum, localizado en el laberinto de Mezuzás, lugar donde
también se encuentra, no en el mismo sitio, pero cerca, el santuario donde
descansarán los elegidos para ser los compañeros de Alejandro Magno.
Y en el actual 346 a. C., el Arcanum comienza a trabajar…
Torre del Arcanum |