Atacar el misterioso "sinnor"Jerusalén jebusea impenetrable
El rey David estaba decidido a tomar la ciudad de Jebús. La
pregunta era: ¿cómo lo haría? Porque más allá de la maldición que la protegía,
Jerusalén contaba con unas resistentes murallas defensivas, que habían
resultado inexpugnables a lo largo de su historia.
Pero David tenía un plan secreto: atacar el
"sinnor". Esta palabra hebrea durante siglos se mantuvo como un
enigma indescifrable, ya que no se sabía bien qué significaba; y por eso se
propusieron para ella las más variadas interpretaciones. Pero hoy parece que
los arqueólogos han descubierto su sentido; y con él, el plan secreto de David.
David sabía que la magnífica Jerusalén tenía un punto débil:
su provisión de agua. En efecto, la fuente que abastecía a la ciudad se hallaba
afuera de las murallas, al pie de la pendiente oriental de la colina. El agua
brotaba, a intervalos regulares, dentro de una gruta que, con forma de pileta,
servía como depósito natural del líquido elemento. Y una vez que se llenaba esa
gruta, el agua sobrante rebalsaba y fluía por la pendiente de la colina, hasta
perderse en el fondo del valle.
Ahora bien, en época de paz las muchachas de la ciudad
salían cada mañana con sus cántaros al hombro, y bajaban hasta la gruta a
buscar el agua que necesitaban para ese día. Pero ¿qué hacían en tiempos de
guerra, cuando las murallas se cerraban y nadie podía salir de la ciudad?
Para solucionar el problema los jebuseos habían ideado un
ingenioso sistema hidráulico. Desde el interior de las murallas excavaron un
túnel vertical, a través de la roca de la montaña, hasta alcanzar el nivel de
la fuente de agua. Desde allí excavaron otro túnel horizontal, hasta desembocar
en la gruta donde brotaba el agua. De ese modo, en caso de un ataque enemigo,
los jebuseos no tenían más que bloquear herméticamente la entrada exterior a la
gruta, y entonces el agua en vez de fluir hacia afuera fluía hacia el túnel
horizontal que habían hecho, hasta llenarlo; y una vez allí, con cuerdas y
baldes se la podía hacer subir por el túnel vertical, sin necesidad de salir de
la ciudad.
El talón de Aquiles
Ahora bien, ¿cuál fue la estratagema ideada por David para
tomar Jerusalén? Simplemente desbloquear la puerta de entrada de la gruta del
agua, que había sido clausurada y camuflada por los jebuseos. Así, el agua en vez
pasar hacia el túnel interior se volcó hacia afuera, hacia el valle, y todo el
sistema hidráulico construido por los jebuseos quedó inutilizado. Sin su
líquido vital, los sitiados no tuvieron más remedio que rendirse y entregar la
ciudad.
Por lo tanto, el "sinnor" no era otra cosa que la
puerta de entrada de la gruta donde brotaba el agua. Y la expresión
"atacar el sinnor" significa simplemente "desbloquear la puerta
de la gruta".
Pero ¿cómo se enteró David del sistema que empleaban los
jebuseos para abastecerse de agua en épocas de guerra? Es muy poco probable que
hayan permitido a los extranjeros curiosear por el interior de la ciudad, y
menos aún en los túneles secretos, o en los lugares estratégicos, de los que
dependía la seguridad militar de la ciudad.
Pero la verdad es que los jebuseos tampoco podían esconder
demasiado celosamente aquella fuente de agua, que en tiempos normales de paz se
derramaba abundantemente hacia el valle del Cedrón, ante la vista de todo el
mundo. En definitiva, la confidencial puerta de la fuente de agua resultó ser
un "secreto a voces" para cuantos pasaban por las afueras de la
ciudad, sean extranjeros o habitantes de Jerusalén. El líquido sobrante que,
después de llenar la gruta, salía hacia al exterior y corría a través del
valle, era el talón de Aquiles de la ciudad, que la ponía en serio peligro en
caso de un ataque enemigo. Y más todavía si el enemigo había vivido muchísimos
años a pocos pasos de Jerusalén.
David no tuvo necesidad de espías ni de delatores para conocer
el lugar exacto del sinnor y la forma de tomarlo.
David el conquistador
El rey David conquistó la ciudad de Jerusalén sin arrojar
una sola flecha, sin un solo muerto, sin heridos y sin librar combate alguno.
Presionándolos con el agua, simplemente obligó a los jebuseos a firmar un nuevo
pacto, mediante el cual le permitían a él instalar allí su capital, su palacio
y su lugar de culto. Pero sin exigirles a sus habitantes que abandonaran la
ciudad. Les permitió seguir viviendo junto a él y a sus hombres, en la ciudad.
Por eso tampoco el relato menciona a ningún rey enemigo
vencido ni depuesto por David después de la toma de la ciudad, como es habitual
en los relatos de conquista militar.
Esta es la historia oficial, pero existe una leyenda
alternativa dónde se cuenta cómo un puñado de hombres de confianza del rey
David entraron por éste acceso «secreto». Tras gestas inimaginables bajo tierra
contra seres de las Tinieblas, consiguieron acceder de noche y desde dentro
abrir las puertas de la ciudad para que el ejercicio del rey David tomase la
ciudad sin violencia. A continuación contamos en detalle ésta historia y
hablamos en profundidad de esos héroes anónimos.