R.I.P. Amal Faruk, Ravnos

 

Amal Faruk, Ravnos
El legado de Faruk

Noa nació en el seno de una familia noble cartaginesa. A pesar de todas las comodidades nunca se sintió querida y pasa su infancia fuera de lugar, evadiéndose con su imaginación. Su familia nunca la trató como una hija, más bien como una futura transacción comercial para la que debía prepararse.

La joven Noa planeó escapar de su prisión de oro cuando se encontró cara a cara con el mal. Un demonio poseyó el cuerpo de su madre y Noa se dio cuenta de que a pesar de todo no podía abandonarla.

Aquella noche conoció a Ahirom, vampiro del clan Brujah que acabó con el sufrimiento de su madre y adoptó a Noa como ghoul. Entonces comenzó una nueva vida al servicio del “buscador” un alto cargo del clan Brujah, los señores nocturnos de ese reino, Cartago.

Noa siempre había soñado con acabar con la lacra de criaturas demoniacas, de la

Arang,
Primogénito de Amal (Caitiff)

 especie que mató a su madre, pero ahora tenía una vida nueva en una sociedad que la aceptaba como una miembro más, y era lo que en ese momento necesitaba.

Entonces apareció Amal Faruk, el Oráculo le había mostrado que ella sería una de sus hijas. Sin pedir nada a cambio, el Ravnos ofreció a Noa una familia donde ser acogida como hija y como hermana. Esa familia se llamaba los Hijos de Faruk y su fin era acabar con todos los demonios posibles, hasta equilibrar la balanza entre el bien y el mal, ahora descompensada por el lado infernal.

Noa no se lo pensó dos veces, era su destino, pero no podía dejar a su familia Brujah sin más, así que pactó con Amal terminar sus servicios en Cartago y una vez se ganara su libertad, acudiría a Jerusalén para formar parte de los Hijos de Faruk, nada le hacía más ilusión.

El tiempo pasó y Noa fue creciendo en la corte Brujah, hasta el punto en que le ofrecieron abrazarla como una Vástago del clan y con el cargo de mano derecha del regente de la ciudad, su domitor y Señor Ahiroum.

Dante,
Segundo chiquillo de Amal
Por aquel entonces su futuro hermano Dante, chiquillo neonato no liberado de Faruk, estaba en Cartago para proteger a Noa, enviado por el propio Amal, como última prueba para obtener su propia libertad.

Dante averiguó la intención de Ahiroum de abrazar a Noa y le pareció una traición hacia su Sire Faruk. Debía ser él quien la diese la inmortalidad, para así ser una hija de Faruk y hermana suya. Pero fue Noa quien convenció a Dante de su error, ya que su otro hermano, el esquivo Arang, no era Ravnos como Faruk, si no que no tenia clan, era un Caitiff, chiquillo de un famoso infernalista llamado Enki. Por lo tanto, no era imprescindible ser del clan Ravnos para pertenecer a los hijos de Faruk, y eso dejaba vía libre para que los Brujah la abrazasen y después ganarse su libertad de forma segura y limpia. Eso daría más variedad a la hermandad, seguro que Amal Faruk estará conforme con esto, pensaba Noa sin equivocarse.

Si hubiera huido con Dante a Jerusalén para que Faruk la abrazase, los Brujah hubieran iniciado una guerra contra los hijos de Faruk por Noa y todo hubiera acabado mal. Noa no quería hacer daño a los Brujah de Cartago, la habían tratado como una más, y eso para ella era mucho.

Dante odiaba que Noa tuviera razón, ya que quería volver con ella a Jerusalén, como había prometido a su Sire, para ser libre y demostrar su valía, además de traer a Jerusalén a semejante mujer: Noa. Entonces podrían comenzar a buscar demonios los tres, Faruk, Noa y el propio Dante, que es lo que estaba escrito.

 

Noa, Neonata Brujah
El principio del fin

Pero nada es tan sencillo y entonces apareció la verdadera madre de Faruk, Logriksa, “La madre de demonios”. Ella había parido a Amal Faruk en el infierno, a pesar de no poder engendrar hijos, y ese milagro debía ser salvado, por eso lo sacó del infierno a escondidas, para que su mayor enemiga lo cuidara en la tierra, Astarté, y así fue, al menos mientras Amal era un inocente bebé.

Logriksa y Astarté siempre habían sido enemigas y ambas acabaron abrazadas y presentadas en sociedad como chiquillas neonatas de diferentes cainitas, dos que eran compañeros de Jerusalén, Desdémona y Amal Faruk. Curioso fin para dos enemigas centenarias ¿coincidencia?

Amal abrazó a Logriksa, engañado por ella para hacerlo, ya que le había mostrado en sueños la posibilidad de abrazarla para sacarla de circulación entre la tierra y el inferno.  Cuando Amal Faruk presentó a Orión a Logriksa, no pensó que los iban a condenar y ejecutar a ambos por romper una de las seis Tradiciones de Caín, la segunda concretamente, la progenie, que dice así: “Sólo serás el Sire de otro con el permiso de tu Antiguo. Si creares otro sin el consentimiento de tu Antiguo, tú y tu Progenie seréis eliminados”

Logriksa,
Madre de demonios,
Tercera chiquilla de Amal
Lamentablemente Amal no había pedido permiso a Orión, regente y Antiguo del Ravnos en Jerusalén. Además Amal se había mofado de la autoridad del Toreador, ascendido por el propio Oded, senescal de Jerusalén. Gracias a esto Amal Faruk, sin saberlo, había cavado su propia tumba.

Cuando Noa llegó era demasiado tarde, Amal y Logriksa habían sido ejecutados y Dante y Arang habían peleado a muerte; El segundo había decapitado al primero, igual que Caín mató a su hermano Abel, Arang mató al suyo, Dante. Arrastraban una rivalidad desde neonatos, y nunca solucionaron debidamente su enemistad, hasta que se enquistó.

Arang renegaba de su Sire por haber abrazado a una demonio, por mucho que fuera su madre y hubiera embaucado al Ravnos. Nunca perdonaría a su Sire por ello y el mismo venia para matarlos. Sin embargo Dante juró vengar su muerte ante el propio Arang, detonante que hizo que ambos luchasen a muerte con el trágico desenlace.

Noa vio como Arang era desterrado de Jerusalén por el regente Oded y también vio, la cabeza de su futuro hermano Dante, posada sobre el suelo del salón del trono, como si fuera un juguete roto. Sus ojos aun parecían mirar y tenían la expresión de un niño desvalido. Noa nunca jamás olvidará esa mirada de la cabeza decapitada de Dante.

 

Cob,
Espíritu tejedor del Destino
El legado

La sangre Brujah corría ya por las venas de Noa, pero su gran autocontrol, la mantuvo a ralla. Desdémona la dio cobijo, al fin y al cabo era de su clan, a pesar de que ella tampoco había hecho nada para que Amal muriese. Noa comprendió que la transgresión de la segunda Tradición era algo que nadie podía pasar por alto, ni siquiera los compañeros del propio Amal. Pero entonces… ¿las leyes estaban por encima de la amistad?

Fue entonces cuando comprendió que debía ser ella la que continuase portando la antorcha de Amal Faruk y mantuviera los hijos de Faruk activos, pero a partir de ahora serian todos humanos bajo el control de Noa.

Noa sabía que seguro que Amal se sentía orgulloso de ella, estuviera donde quiera que estuviera. Seguramente sobre el cefalotórax de Cob, la araña tejedora del destino.

Astarté,
Némesis de Logriksa,
Neonata Brujah
Lo último que hizo Noa fue presentarse en el campamento zíngaro recién instalado a las afueras de Jerusalén y preguntado por su matriarca, descubrió que venían de la muerte, Logriksa los había resucitado como pago por su abrazo, como había prometido a Amal Faruk.

La masacre de ellos, toda su familia y amigos, fue lo que había hecho que Amal fuera expulsado del clan Ravnos y ahora que habían vuelto, Noa decidió acompañarlos en busca de un Antiguo del clan Ravnos que escuchara lo ocurrido y otorgase al difunto Amal, el estatus de Ravnos, otra vez. Era lo justo y Noa lo haría como pago a Amal Faruk, que la aceptó en su familia sin conocerla.

Y así es como Noa abandona Jerusalén, en la caravana de los zíngaros que nunca más verán a su querido Amal Faruk, que murió con la seguridad y el orgullo de que siempre hizo lo que le vino en gana, como buen Ravnos.

Larga vida a Amal Faruk, cazador de demonios del clan Ravnos, en este plano y también en el otro, donde ha despertado del sueño de la no vida. Ahora con su muerte sabrá que hay en el mundo real. Sea o no la no vida una ilusión, la vida sigue y los sueños, sueños son.

 

Muraguri, Mentor de Amal Faruk