Capítulo 26: El resurgir de Yehud II, Cenizas en en trono (400 a.C.)


El resurgir de Yehud



Segunda parte: Cenizas en el Trono

(Mediados del 400 a.C.)


Dionisio, Dios griego
de la Fertilidad y el vino
La primera visión de Helena
Helena, Regente Brujah de Jerusalén se encuentra en el salón del trono, ahora vacío, contempla la oscura noche de la ahora pequeña Jerusalén, lo hace a través de su gran terraza mientras el frío viento le da en la cara y mueve sus cabellos. Viene a su memoria la primera vez que Helena vio a Jacob, el Anciano Nosferatu, hace unos meses ya. En aquel entonces Helena entró en un profundo trance, con sus ojos en blanco “miraba” hacia todos lados, como si viera cosas. De sus labios surgieron frases inconclusas, palabras sin sentido, en varios idiomas, dirigidas hacia personas inexistentes. Pero Helena, fue esto lo realmente vio:

“Dionisio, Dios Griego de la fertilidad y el vino, paró el tiempo y Helena vio a Jacob y a Dorian paralizados. Ella y el Dios griego comenzaron a hablar amigablemente. Dionisio rodeo a Jacob y dijo: -mírale, es guapo ¿verdad?, demasiado para ser un anciano de Jerusalén. Me lo esperaba más alto, no me gusta…- Cuando de pronto el Dios se asustó y el enfado se reflejó en su divina faz. Con gran cólera comenzó a gritar a Helena - ¡¡¡Helena!!! ¡¡¡Es él!!! ¡¡¡El que acabará con tu no vida!!!, ¡¡¡está escrito…!!!- y de pronto Helena volvió a la realidad. Todo comenzó a moverse de nuevo “

Habían pasado unos minutos, Helena volvió en sí y al preguntarle qué es lo que la había sucedido, la Brujah explicó que había recibido la llamada de Dionisio, el Dios griego de la fertilidad y el vino. Ambos interlocutores se quedaron extrañados y Helena no le dio ninguna importancia. Dirigiéndose a Jacob le susurra: -Jacob, pensaba que eras más alto- a lo que el Nosferatu no sabe que responder mirándola extrañado...

Fue hace unos meses y aun sigue pensando que es lo que Dionisio quiso decir. Los mensajes de los Dioses son esquivos y en ocasiones demasiado enigmáticos para ser comprendidos.


Fe y Paz
Año 400 a.C., entre los humanos se respira esperanza y libertad. Aun siendo Jerusalén una conquista Persa, una provincia (satrapía) llamada Yehud, la permisividad de los mismos para rezar a su Dios y el fin de las disputas entre locales y retornados a causa del paso del tiempo, hace que reine paz en estos días, en el gobierno de Bagohi.
 
Mapa con las provincias (satrapías) del antiguo Imperio aqueménida o persa.
Se contempla la provincia de Yehud

Soldados persas pasean por la ciudad protegiendo el orden. En el Templo se hacen sacrificios semanales a Yahvé, llamados Holocaustos. Se hacen los domingos, tras el Shabbat,  que significa “día de reposo“. Este día fue instituido por Dios para que el pueblo encontrará descanso a su trabajo, y a la vez, recobrase las fuerzas físicas, emocionales, espirituales y evocará a Dios en su adoración. Ese día era una fiesta familiar de adoración y recordatorio mesiánico.

Los domingos toda la zona del Templo se llena de fe y los Vampiros no pueden ni acercarse por el poder de ésta, incluso deben ausentarse de su refugio si éste está en el área de influencia de la fe hacia el Dios Padre Yahvé.


Jerusalén nocturna
En la comunidad vampírica se respiran aires nuevos con sabor a rivalidad. Helena la nueva Regente de Jerusalén, recién nombrada por Cyra Sire de Amara, Princesa de Jerusalén,  comienza su reinado con una incómoda rivalidad entre ella y Lazarus, héroe Toreador de todo Persia, aliado de la propia Amara. Este a su vez es Sire por primera vez de una esclava de las tribus de la estepa del norte llamada Bactria, la neonata no acaba de encontrarse cómoda con su nueva situación, algo no acaba de encajar.
 
Templo de Jerusalén 

Hacía escasas noches había despertado un anciano Nosferatu llamado Jacob que se tambaleaba entre su vía del cielo y su lado bestial, éste a punto de ganar la batalla condenandolo a la muerte definitiva. Pero el azar quiso que acabara formando parte del Consejo del nuevo gobierno vampírico de Jerusalén.

Este nuevo Consejo de vampiros nombrado por Helena, La Regente Brujah y reunido por Bintanat, su Sire, ante la ausencia de la Regente y ante la insistencia de Jacob, en su primera reunión el viejo Nosferatu expone su problema y lo hace extensible a la comunidad como un peligro para todos, ya que ha quebrantado varias de las Tradiciones. Este viejo enemigo de Jacob, un cazador ahora inmortal, llamado el Nazareno. Suponiendo que es Cainita, El Consejo de Jerusalén declara una Caza de sangre contra el Nazareno y esto implica que todos los Vampiros de la ciudad deben cazarlo y ajusticiarlo.

Mientras, a oídos del consejo llega un misterioso descubrimiento, un guerrero formidable guarda día y noche las espaldas de Bagohi, actual Gobernador de Jerusalén. Le llaman El Espectro.


Amara, Princesa de Jerusalén, Ventrue
Aprendiendo a gobernar
La Nueva princesa de Jerusalén, obligada por Cyra, su Sire, abandona su propio trono la misma noche en la que es coronada y durante los últimos meses se encuentra aprendiendo en ciudades cercanas como se debe y no se debe reinar. Visitando gobiernos, cortes y comunidades donde sus éxitos y fracasos los han hecho prosperar o desaparecer. Aprende su política, sus argucias, sus juegos y entresijos, tan necesarios para gobernar. La importancia de la agricultura, del comercio, del poder de la FE. En definitiva aprende cómo dirigir y gobernar ciudades, a llevar el peso de la corona, donde cada decisión tiene una consecuencia y en ocasiones si la decisión es errónea la consecuencia es fatal.


Jacob, Anciano Nosferatu
El anciano se asienta
Jacob, el anciano Nosferatu, tras el robo de su reliquia por parte de su enemigo el Nazareno, decide cambiar de refugio y buscar uno más seguro. Siempre bajo el suelo de la ciudad, en los estratos de viejas civilizaciones. Él de joven, hace siglos, fue el Maestro cantero del Rey David, además de su amigo y consejero. Ahora este conocimiento le es útil para construir un dominio, tan seguro como sus manos puedan crearlo. Por supuesto con trampas de pesadas piedras que impedirán el paso de extraños y curiosos.

Un gran inconveniente asola la nueva no vida de Jacob y es el hambre, la vitae de los humanos ya no le sacia como antes, la edad ha hecho que durante sus generaciones su sangre se diluya y no le alimente como lo hacía hace siglos. Esto es un grave problema ya que cuando antes necesitaba un odre para alimentarse ahora necesita tres.

El sabio Nosferatu decide idear una trampa para que las ratas que pueblan la zona puedan acudir a comer durante el día y por la noche una gran piedra aplaste sus míseros cuerpos y exprima la preciada Vitae que Jacob ha consumido durante el sueño del día. Con esta acción diaria se da cuenta de que va a acabar con toda la población de roedores de la ciudad acabando con su alimento y teniendo que salir a la superficie a cazar presas más grandes, así que decide criar ratas alimentándolas con su sangre para que estas se multipliquen más fuertes y con más velocidad.


Oded, Torturador Toreador
Sangre y tierra
Oded del clan Toreador, fue en su vida de humano un reputado torturador para los babilonios. Ahora en Jerusalén, su nueva no vida no puede ser más diferente. En lugar de vivir en cárceles lo hace en un pequeño campamento de agricultores a las afueras de la ciudad.

La tierra es árida, el agua es escasa y los conocimientos de los agricultores humanos son limitados. Con estas dificultades el Toreador se afana en labrar una influencia entre ellos y gracias a sus poderes de Presencia consigue ser su consejero para que el fruto de la tierra sirva para algo más que para alimentarse.

Hay una faceta más oscura que la comunidad agricultora no conoce de Oded, y es su pasión por el arte del dolor. Con sus conocimientos de medicina, se encarga de curar y sanar a esta pequeña comunidad pero no sin antes ofrecerles algo de tortura gratuita disfrazada de necesidad para curarse: “si no duele, no sana”. Y con su sangre mientras ellos están febriles, Oded pinta sus lienzos de muerte y dolor.


Lazarus, Héroe Toreador
Sire y chiquilla
Lazarus se vuelca en su papel de Sire y dedica todo su tiempo a instruir, entrenar y formar a su chiquilla Bactria. Todas las noches comienzan igual, Lazarus cuenta historias de sus vivencias en la Estirpe y enseña Tradiciones y lecciones vampíricas para su supervivencia; conceptos como los lazos de sangre, los clanes, la diablerie, la cazas de sangre o las Tradiciones de Caín, son comunes en estas noches de saber oscuro. Tras cultivar la mente siempre acaban entrenando el cuerpo y luchan hasta el amanecer; cuerpo a cuerpo, combate a espada, con lanza, a caballo. Bactria y Lazarus disfrutan de una primera época en la que ambos se sienten bien, siguiendo el camino del guerrero pero sin olvidar la importancia del conocimiento.

Lazarus como padre comprometido, decide interesarse por la preocupación de su chiquilla Bactria, algo no funciona y ella no es capaz de contárselo. Para el Toreador esto es un campo de batalla nuevo, ya que los sentimientos no son algo que cultive un guerrero, al menos no uno como él. Parece ser que su faceta fraternal le hace desarrollar una empatía hacia su hija vampírica que consigue
Bactria, Toreador chiquilla de Lazarus
que ambos se entiendan mejor. Ahora Lazarus empieza a darse cuenta de que su chiquilla viene de una dura y lejana sociedad en la que las mujeres son las dueñas y señoras de todo y al ser él un hombre, todo en lo que Bactria cree, comienza a desmoronarse, comenzando por que ella misma siente tal atadura por Lazarus que no puede explicar; es porque él la abrazó con su vitae y ese sabor es inolvidable, y ata para siempre, él le dio la inmortalidad y esto choca de frente con sus valores humanos.

Bactria es enviada en ocasiones por Lazarus ante su Sire Elsh, el Constructor de Templos, y cuando regresa, Bactria nunca habla de sus encuentros con su abuelo. Lazarus sospecha que algo ocurre y que no le está gustando a ella. El Toreador lo achaca a que su anciano Sire está alejándose de la senda de la humanidad y en ocasiones es bastante violento y sangriento, pero nada más lejos de la realidad…


Abraham, Capadocio,
buscador de las Revelaciones Sagradas
La Torá Negra
Meir, sacerdote judío Capadocio, chiquillo del anciano Abraham se encuentra reunido con su pequeña hermandad de sabios, ya superan la decena, debaten sobre varias materias, ciencias, religión, ocultismo, herbolaria y múltiples saberes. Ellos son los llamados La Torá Negra, en homenaje a la legendaria búsqueda de estos antiguos escritos por parte de su Sire Abraham, el buscador de las Revelaciones Sagradas.

Meir se vuelca en la búsqueda de más sabios para que formen parte de su hermandad. El objetivo de la misma es recopilar la mayor parte del saber escrito y hablado de la zona, para velar por él, que no se pierda en el tiempo y poder emplearlo para beneficio del pueblo elegido por Yahvé.

Meir, sacerdote Capadocio
Desde su refugio en una cripta del cementerio, en plena tierra santa, todas las noches, El Capadocio pone a prueba su coraje ante la fe del único Dios Padre, ya que él es el todopoderoso, él ha decidido el camino de Meir y solo él puede ayudarle en este sagrado lugar llamado Jerusalén. Cada noche recita pasajes de las santas escrituras y reza en nombre de Yahvé Dios Padre.

Meir se encuentra con Admiel, su ghoul bibliotecario para ver cómo va la clasificación de la escasa biblioteca inicial de la Torá Negra. Danna, la doncella Ghoul de Meir acompaña a Admiel para casi cualquier tarea que haga que se salga de su especialidad.


Admiel, el bibliotecario
Ghoul de Meir, un diestro documentalista, guarda, clasifica y ordena todo el saber escrito de forma impecable. Meir no puede pedirle nada más, si no fuera por Danna la doncella, Admiel se moriría de hambre.

Sus anteojos, son un invento único otorgado por un sabio egipcio que aseguraba que en su
Admiel, Bibliotecario de Meir
civilización se había inventado absolutamente todo lo que conocemos.

Es tímido, es callado, carece de inteligencia emocional, es ingenuo y tras tantos años centrado en papiros, pergaminos y tablillas es como una rata de biblioteca. A causa de esto no le gusta el exterior y su piel es tan sensible a la luz que si camina por el día se lastima con solo exponerse ante el más tenue sol, aunque esté nublado.

Es un hombre que no sabe socializar y puede levantar sospechas, e incluso poner a su señor en un apuro si sale de sus tareas, aunque sean simples y sencillas. Es un absoluto
Danna, Doncella de Meir
desastre y entre sus últimas gestas están: hace poco se torció un tobillo yendo por agua; hace unos años fue engatusado por una mala mujer y lo emborrachó para robarle todo lo que llevaba, libros, dinero y botas; la última primavera se indigestó comiendo demasiado, el mes pasado cayó exhausto 
al no acordarse de comer. Hace un par de días le robaron la bolsa del dinero mientras iba a comprar tinta…

Meir le brinda todo el saber escrito y oral que encuentra para qué él lo documente, de momento en una sencilla y pequeña biblioteca.


Liezer, Seguidor de Set
La búsqueda
Liezer el Seguidor de Set, idea un maquiavélico plan y decide ir por las espadas de un antiguo príncipe persa llamado Amir, del clan Assamita, que murió a manos de Lazarus en la tumba del Niktucku, la noche en la que todos los vampiros locales de Jerusalén, junto con Teispes el Príncipe de Persepolis, hermano y enemigo de Cyra, perdieron la no vida a manos de el recién despertado Matusalén Nosferatu. No se puede confiar en utilizar un Niktucku como arma contra tus enemigos y esta soberbia se volvió contra ellos y los exterminó a todos, dejando a los retornados como únicos supervivientes y a causa de esto actualmente en el poder. Benshajar, capadocio sobrino de Meir, también pereció aquella fatídica noche.

El plan de Liezer es recuperar las espadas de este príncipe, hechas del valorado acero de Damasco por los mejores herreros y artesanos, para regalarselas a Lazarus y que éste portándolas tenga problemas con posibles Assamitas que vengan a Jerusalén de visita.

Lo último que el Setita recuerda es que tras la masacre, toda la cueva se derrumbó sepultando la tumba y los restos de los fallecidos. El Niktucku, también se quedó allí, pero Liezer espera que ya no se encuentre en el mismo lugar.

Dicho y hecho, Liezer entra de la misma forma en la que huyó la terrible noche de la matanza, en forma de serpiente, entre los pedruscos que tapaban la entrada de la cueva de la Tumba del Niktucku. Entre los restos y las cenizas de los vampiros que allí encontraron la muerte definitiva está una de las espadas de Amir, de la otra no hay ni rastro. Liezer la engulle y sale de la cueva con gran dificultad y algún que otro rasguño y herida interna, pero ha conseguido una de las obras de arte ante las que Lazarus, como Toreador, quedó paralizado en más de una ocasión. La belleza de la hoja es abrumadora, las filigranas y joyas que adornan la espada tienen tal calidad que es fácil pensar que no ha sido fabricada por artesanos humanos. Liezer la envuelve en los restos de una capa de algún difunto de la masacre y se dispone a llevársela de regalo a Lazarus.


Helena de Lyth, Regente Brujah
La Regente Brujah
Nueva en la ciudad y nueva en la Regencia, máxima autoridad en un lugar que no conoce, así que la joven Brujah decide saber más de la ciudad de la que ahora es responsable. Tampoco conoce su idioma así que su primera tarea será aprender judío mientras conoce Jerusalén.

Camina por la ciudad, sobre sus murallas, puestos de vigilancia y Templo. Deambula entre los soldados persas y allí conoce al capitán de la guardia, no quiere ser conocida, simplemente que la vean como una señora de la corte que se interesa por su ciudad y se mancha las sandalias de barro, para variar.


El encuentro
Amara regresa a Jerusalén, ahora más sabia y con los conocimientos necesarios para afrontar esta nueva etapa de su no vida. A partir de ahora ha decidido llevar siempre caros vestidos que dejen al descubierto su espalda, y así mostrar orgullosa las cicatrices de los diez latigazos con los que la castigaron en Babilonia, hace ya casi dos siglos, cuando solo era una cantinera humana y nadie creía en ella excepto su Sire Cyra.

Lo primero que hace la Ventrue es encontrarse a solas con Helena, la Regente Brujah que cuida su trono en su ausencia. El encuentro se da en la sala del Trono de oro de Amara, ante los ventanales que dejan ver la rejuvenecida Jerusalén.

La Brujah da la bienvenida a la Ventrue y le hace una pequeña reverencia. -Aquí tienes tu ciudad mejor que cuando te fuiste, como te prometí-  Exclama Helena orgullosa. Amara mira el trono y agradece a la Brujah su labor. Ambas se cuentan lo sucedido en su ausencia y la Brujah insiste a la Ventrue que no ansia gobernar  la ciudad. Tras esto Amara ordena a Helena reunir a la corte ante ellas. Helena mueve sus hilos y las invitaciones llegan a todos los vampiros de Jerusalén.


Reunión de la corte
Meir decide encontrarse con su Sire Abraham y enseñarle el pergamino que encontró en la tumba del Niktucku. Ambos Capadocios admiran el antiguo escrito y Abraham se encamina para perderse en la oscuridad con él en las manos, al despedirse pide a Meir que excuse su presencia a la invitación de Amara, y que a partir de ahora será él, su chiquillo Meir, quien acuda a asuntos de gobierno y política de la ciudad, en representación del Clan Capadocio. Meir acepta tal responsabilidad y parte hacia el palacio del Trono.

Elsh declina amablemente la invitación y pide a su chiquillo Lazarus que le excuse y que se ocupe él. Lazarus lo entiende, nunca su Sire estuvo interesado por la política, y ahora no iba a ser menos.

Oded se encuentra a las afueras de la ciudad, iluminado por la luna y en medio de un terreno arado y rodeado de agricultores. Con sus conocimientos de agricultura  les explica cómo deben hacer para que el grano crezca de forma más firme. Cuando de pronto dos figuras encapuchadas llegan a buscarle. Son Lazarus y su chiquilla Bactria. Ambos Toreadores se abrazan efusivamente y Lazarus le presenta a su nueva chiquilla. Oded se acicala y se cambia para asistir a la invitación que Lazarus le trae, se encontrarán ante la Princesa Amara, amiga de ambos desde que eran humanos hace casi 200 años.  Mientras Oded se prepara pregunta a Lazarus muy animado si quiere ver sus obras y éste declina amablemente su invitación. Hablan del arte de Oded, que es el dolor y pintar cuadros con la sangre de los torturados y Lazarus explica que su arte es la guerra y el combate. Bactria confundida se pregunta cuál será su arte y si como Toreador debe tener uno, si es así aun no ha encontrado el suyo. Los tres Toreadores se encaminan hacia el salón del Trono, en un palacio cercano al Templo.

Helena, imponente, con su presencia real, a pesar de su apariencia mundana, recibe a los tres Toreadores en el salón del trono y se presenta ante Oded, que la saluda elegantemente vestido pero con tierra entre las uñas.

Meir y Jacob se encuentran en la entrada del salón, pero no se conocen aun, además, el Nosferatu está utilizando máscara de las mil caras y su aspecto ahora es el de un humano normal, con cojera y con un olor a humedad fuera de lo común.

Por fin se encuentran todos ante un trono vacío y Helena la Regente los recibe con amabilidad uno por uno. Jacob, se encuentra inquieto ante tanta limpieza y pulcritud, él ama la suciedad y el desorden.

Meir y su aura de santidad hace que los presentes se apiaden de su alma y Helena que no lo conocía piensa despectivamente al ver sus hábitos de sacerdote judío, sin embargo su apariencia de qué es alguien puro e inocente hace que la Brujah baje la guardia ante él, no parece culpable de nada.

Lazarus se encuentra incómodo y su chiquilla Bactria tensa, aunque mira con ojos de interés a Helena la Brujah, como si le gustase. Por supuesto su Sire no se ha percatado de dicho detalle, sin embargo Helena sí, y la sonríe maliciosamente.

Lazarus saluda a Meir y presenta a su chiquilla Bactria a su compañero. Meir charla amigablemente con ellos y se exculpa por no haber estado en la coronación, tenía mucho trabajo con la Torá Negra.

Jacob se presenta ante Oded y Meir, no se conocen, y lo hace explicando que es un Anciano Nosferatu de más de 500 años que ha despertado hace poco. Pertenece al consejo junto con Lazarus y Liezer. Cuenta orgulloso como conoció al Rey David y fue su amigo. Él mismo fue portador del Arca de la Alianza, y explica cómo su hijo ayudó a construir el Templo de Salomón. Todos escuchan las historias del viejo Nosferatu, que parece más bien distante del mundo actual. Su olor es horrible, mezcla de podrido y humedad, pero los vampiros no se sienten molestos ya que no tienen que respirar para vivir.

Amara hace su aparición, imponente, reluciente y a su espalda el peso de su pasado, en las marcas de latigazos al descubierto. Un vestido azul cielo con acabados de oro y plata le encaja como un guante y tras saludar y presentarse ante todos se sienta en el trono. En este instante Lazarus comienza un improvisado aplauso que secunda la corte confusa, a pesar de la ruptura del protocolo y la etiqueta. Oded y Helena no aplauden, no encuentran vulgar y fuera de lugar.

Amara se presenta correctamente y retoma el poder, como Princesa de Jerusalén. Pregunta por la creación del consejo y por la razón del mismo; cuando le ponen al día y le explican la primera decisión del mismo, una caza de sangre, aún en vigor, la Ventrue escucha atentamente.

Lazarus encuentra el momento para presentarla a su chiquilla Bactria, abrazada en el momento en el que aún nadie era Príncipe, después de la muerte del anterior Príncipe Tattenay, a manos del Niktucku y antes de la coronación de Amara y Regencia de Helena. También aprovecha para disculpar a Elsh ante Amara por no venir. La Princesa pregunta por Liezer y nadie sabe dónde está.

Amara pregunta por la tensión entre Helena la Brujah y Lazarus el Toreador, es más que evidente que ambos no se soportan, sus miradas, su actitud, sus gestos. La Princesa pide a la neonata Bactria que le cuente que es lo que ocurrió en la coronación para encontrarse ambos en esta situación.

La neonata Toreador inquieta, mira a su Sire Lazarus y este asiente permitiéndole que hable sin tapujos. Bactria se adelanta tímidamente y dice cabizbaja -Mi Sire se comportó como un chiquillo malcriado con Helena, desautorizando a la Regente- Tanto Amara como increíblemente Lazarus se encuentran satisfechos de la intervención de Bactria ante la corte, es la primera vez que lo hace y ha sido para poner en evidencia la impertinencia de su Sire. Amara pide a Lazarus su palabra de que no creará rivalidades innecesarias y que este inconveniente será olvidado; Lazarus firme, le da su palabra.

Amara orgullosa y sonriente mira a su corte y de pie ante su trono dice -Llevaremos Jerusalén a lo más alto. Quiero que todos aportéis para que esto prospere. Aquí y ahora declaro inaugurado el nuevo consejo, ya no será por representantes de cada clan, ya que tenemos varios Toreadores presentes, pero será como sabios y expertos en diferentes artes, Lazarus, Meir, Oded, Jacob y Liezer, aunque no esté presente, todos le conocemos.- gira ligeramente su sonrisa -Helena pasa de Regente a consejera y Bactria como Neonata aún no podrá formar parte del mismo.- en este mismo instante Lazarus pone mala cara por su decisión de incluir a la Brujah y Amara continua -Vuestras responsabilidades serán: Meir los eruditos,  Oded la agricultura, Lazarus la guardia de la ciudad, Liezer se encargará de los bajos fondos y Jacob … ¿Cuál es tu especialidad?- Pregunta curiosa Amara al viejo Nosferatu. Jacob responde con voz vibrante -Puedo crear una red de información y ponerla a su disposición y soy Maestro Cantero, trabajé para el Rey David en los inicios de Jerusalén.- Amara pensativa responde tras unos segundos -Te encargarás de obtener recursos de canteras cercanas y crearás esa red de información para mí- Jacob asiente satisfecho.

Jacob aprovecha para pedir a Amara el título de Primogénito Nosferatu, para estar por encima de todo Nosferatu que venga a partir de ahora a Jerusalén. Ya ostentó ese título en el pasado y cree que es justo tenerlo también ahora. Amara lo acepta y explica a todos los presentes que ellos también tendrán posición ante cualquier nuevo visitante de la ciudad, ya que son la única autoridad en Jerusalén después de ella.

Helena explica a Amara que poco puede aportar, es una extranjera de un clan que no existía en Jerusalén. Amara le pide que sea el enlace entre ella y el pueblo, la Brujah accede a la petición de la Princesa Ventrue.

Amara pregunta a Meir sobre un juicio que sus informadores en la corte le han hablado. El Capadocio sorprendido por sus canales de información le corrobora que el Gobernador Bagohi va a hacer un juicio público en la plaza central, un asunto familiar sobre rupturas de las leyes de Dios. Todos intervienen dando su punto de vista y mostrando su interés por asistir.
 
Sala del Trono de Jerusalén

En este momento, más discernido, Meir y Helena hablan de Dioses, claramente tienen posturas enfrentadas, el monoteísmo judío frente al politeísmo griego. Meir le cuenta a Helena como al famoso Lazarus se le empezó a llamar “la Espada de Miguel” porque él lo hizo por primera vez siendo aún humanos, en la lejana Babilonia y recuerda la primera pelea pública en la que el Capadocio conoció al Toreador, cuando Lazarus acabó con un gigante babilonio, el mejor y más fuerte de sus soldados, y el héroe judío ya había sido tocado por la gracia de Yahvé. La conversación lleva a las historias más viejas del inicio de los tiempos con Caín, el primero de los condenados de la Estirpe y Helena lo rebate exponiendo que los Dioses y las historias judías estaban basadas en las egipcias, ya que tienen el mismo origen geográfico. Meir no está de acuerdo, pero no hay tensión en sus palabras, simple desacuerdo.

El siguiente tema de conversación es sobre aquel al que llaman “el Espectro”, y de su interés por verle, ya que seguro que acudirá con el Gobernador Bagohi al juicio de esta noche.

Concluyen la conversación con la Caza de Sangre hacia el Nazareno y los involucrados le explican bien a los presentes por qué se hizo, Jacob lidera este debate muy dolido por la intromisión de su némesis, el Nazareno, el odio nubla su razón, pero eso no quita que sea un peligro para todos, es el argumento central del viejo y maloliente Nosferatu.


El juicio
El Gobernador Bagohi, severo y firme hombre de fe. Lleva diez años gobernando, y con él se ha logrado una relativa armonía y una tímida prosperidad. Es un hombre justo, sus juicios son ejemplares y violentos. Es valorado y respetado de igual modo por el Rey Persa y por el pueblo judío, algo difícil de conseguir. Es conocido por implicarse personalmente en los problemas y soluciones de su pueblo. Se sabe que tiene múltiple descendencia y respeta las leyes de Dios.

Todos se encaminan hacia el escenario del juicio público, situado en la plaza central de Jerusalén, donde antaño se comerciaba en un bazar nocturno, cuando solamente había ruinas en lugar de casas.

La noche es fría, el viento corta y silba a su paso. El pueblo judío rodea el lugar, presidido por el Gobernador Bagohi y su consejo de sabios, tras él a unos pasos, en las sombras, el Espectro, impasible cual estatua. El silencio es abrumador y en el centro del círculo de gente hay tres figuras, una joven llorosa y asustada, que cubre su cabello oscuro con una tela negra; un joven magullado, cabizbajo arrodillado y atado de manos; y el cuerpo sin vida de un varón, aún caliente, tendido en unas mantas, amortajado por un sudario blanco.
 
Bagohi, Gobernador de Jerusalén

Los sabios exponen escuetamente el caso: un hermano ha matado al otro por yacer con su mujer. Preguntan a los acusados como se declaran ante la máxima autoridad de Yahvé en la tierra y ambos se declaran culpables entre amargas lágrimas y lamentos desesperados.

El Gobernador Bagohi se levanta despacio, y con contundencia en sus palabras condena al hambre a morir decapitado por matar a su hermano y a la mujer a ser lapidada por adúltera.

"El Espectro"
Si más dilación un grupo de soldados inmoviliza al asustado joven y uno de ellos lo decapita con una gran espada, con un fuerte y certero golpe a su cuello. La sangre salpica a los presentes de la primera fila que ansían justicia. Acto seguido la multitud descubre un montículo de piedras de las que los presentes van cogiendo y arrojan fuertemente a la mujer lapidándola entre sollozos, gritos, sangre y huesos rotos. Es un castigo tan cruel como común, sin duda es ejemplar para todos aquellos que osan cuestionar las leyes de Dios, esculpidas en piedra para el bienestar del pueblo elegido.

A medida que el juicio avanza la fe lo hace con ella y los personajes se encuentran en un segundo plano viendo la escena, aun así no pueden evitar temer el poder de la fe y el aura de este vasto influjo va extendiéndose alrededor del Gobernador Bagohi, incluso el Espectro tiene que apartarse unos metros del mandatario.

Meir, temeroso del poder de Dios, tiene un don, una habilidad sobrenatural proveniente de su tribu original de cuando era humano, puede percibir a los muertos y en este caso ve como los que acaban de perecer gritan hacia el más allá, arrastrados hacia el infierno, el eco de sus lamentos inquieta al Capadocio. Dios así lo quiere, el es la ley. 

Jacob, asustado, viendo tal violencia, pone en duda la veracidad de la ley de Dios, en la que tanto ha creído siempre, parece que nada ha cambiado y se cuestiona el precio del alma, “¿no estaré siguiendo el camino equivocado?”, piensa el viejo Nosferatu.


Las catacumbas de Meir
Para mantener cierta discreción y hablar de lo acontecido, Meir lleva a los vampiros presentes a su refugio, en pleno cementerio, bajo un viejo templo, en las catacumbas enmohecidas que ahora le sirven de Dominio. Comenzó a utilizarlas tras la muerte de un Nosferatu local que pereció en la masacre del Niktucku.

Mientras bajan por unas viejas escaleras de piedra, se encuentran una pica con una calavera con las cuencas de los ojos y la mandíbula empapadas en sangre. Meir les explica que es un viejo ritual Capadocio que sirve para alertar si alguien no deseado intenta entrar en su refugio, si así fuera, la calavera gritaría fuertemente.

Ya en las catacumbas, ven criptas llenas de huesos y una serie de cuerpos incorruptos tumbados en el suelo, es inquietante ya que parecen recién muertos. Todo está iluminado por velas, una mesa llena de manuscritos, hay pergaminos y tablillas escritas con símbolos en cada rincón.

Meir coge un puñal y abre con delicadeza uno de los cuerpos por el costado y lo desangra en vasos hechos de hueso mientras explica que es sangre de ahorcado y que por supuesto era culpable de reiterados robos. Los presentes prueban la sangre que para su asombro es extrañamente sabrosa, tiene un matiz que Meir dice que es el sabor del miedo y de la culpa.

Jacob aprovecha para exponer su problema con la Vitae, ya que no le nutre igual y debe beber mucha más cantidad para no perecer, pide a Meir un cuerpo entero y este se lo desangra para que pueda beber de él. Una vez han terminado un extraño moho de color verde comienza a comerse la carne hasta que en cuestión de instantes deja el esqueleto limpio para que Meir pueda aprovecharlo más adelante. Al parecer es otro de los rituales Capadocio.

Mientras hablan Helena introduce la mano en el pecho de uno de los cuerpos tendidos y le arranca el corazón. Está negruzco pero la Brujah lo mira y comienza a comérselo a mordiscos, masticando explícitamente. Jacob y Meir están horrorizados y le piden que no lo haga, pero ella sigue degustando su exquisito manjar diciendo orgullosa -Mi Dios me lo permite- El Capadocio le pregunta que le aporta la carne muerta, a lo que Helena responde que nutrientes igual que la Vitae para ellos.

Mientras todo esto ocurre, Oded, excitado, coge un papel y un carboncillo de entre los manuscritos de Meir y comienza a dibujar un boceto de la macabra escena sin perder detalle. Es música para sus oídos, la musa de su arte se manifiesta siempre en el lugar más insospechado.

Amara, pide centrarse en el asunto que les ha traído aquí y hablan del Espectro. Meir vio su aura durante el juicio y era claramente un vampiro, muy tranquilo por cierto. El Capadocio ha preguntado entre sus sabios y comparte con sus compañeros la información que le han dado sobre este misterioso vampiro.

“Es un incansable guardián que protege al Gobernador Bagohi. Hombre de pocas palabras, nunca enseña su rostro y un halo de misterio rodea su figura. De aspecto oscuro siempre lleva puesta una elaborada armadura, excesiva para la batalla en estos tiempos. Se le atribuye acabar con más de una decena de asesinos enviados para acabar con la vida Bagohi el Gobernador de Jerusalén. El Espectro lleva diez años con el gobernador, y no se ha presentado a la Princesa Amara ni a la Regente Helena.”

Meir explica que si lo han visto por el día como dicen puede tener un poder inconmensurable, se baraja que pueda ser el Nazareno. Amara decide no actuar y eso mismo les ordena con el llamado Espectro -nos mantendremos al margen y le vigilaremos sin interactuar aún con él.-

Concluye Meir recordando en voz alta cómo el Gobernador se ha mantenido férreo en el juicio. Amara, ensimismada por la entereza del Gobernador afirma -Así me gustaría reinar a mí en el futuro.-


Seth, Dios Egipcio del Mal y las Tinieblas
La segunda Visión de Helena
Helena, masticaba el corazón del muerto cuando todo se detuvo de nuevo:

“Helena ve a Seth, el Dios Egipcio del Mal y las Tinieblas, camina alrededor de ella como una serpiente y habla con voz cavernosa y aliento pútrido, augurando la caída de Helena. En ese momento la Brujah comienza a caer en un oscuro pozo y cuándo impacta sobre el fondo del mismo miles de serpientes devoran su carne. Entre tremendo dolor Helena ve un enorme lobo blanco que lucha contra las serpientes venciendolas y con su aliento congela el dañado cuerpo muerto de Helena.”

Con frio en sus huesos Helena se despierta, parece que nadie se ha percatado de su trance. La Brujah piensa en cómo esquivar el aciago destino augurado por Seth. Cuando de nuevo es consciente habla en voz alta interrumpiendo la conversación de los demás, y dice con tono tétrico - … Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo- Meir se sorprende al escuchar estas palabras de la pagana Brujah, sin duda hablan del fin de los días augurado en las sagradas escrituras de los ancianos de su propia religión, la de el Padre Dios Yahvé. Meir pregunta a Helena por estas palabras al reconocerlas y la Brujah le dice que ha visto a Seth, Oded pregunta: -¿Esto es lo que te pasa cuando comes corazones?-

La noche llega a su fin y cada uno se recoge a su refugio, mañana al anochecer se encontrarán de nuevo en la sala del trono tras sus tareas nocturnas.


Encuentro secreto con Bintanat
Cuando Helena se recoge al refugio en el Palacio del Trono, acogida por Amara, la sorpresa se apodera de ella cuando ve a su Sire en la habitación. No se lo puede creer, partió hace meses y no dijo que volvería tan pronto.

Anat, Diosa Caldea esposa de Baal,
Anciana Brujah
Bintanat, su Sire, Hija primogénita y esposa del Faraón más importante de Egipto, Ramses II, el Rey Guerrero. Se encuentra silenciosa en la oscuridad y mira con intensidad a su chiquilla. -Helena, el tiempo acucia, vengo a fraguar una alianza, y tú debes ayudarme. Auset, hechicera egipcia Seguidora de Set, Sire de Liezer es consejera del actual Gobernador de Egipto, actual provincia del Imperio Persa, al igual que Yehud, Judá. Si conseguimos la alianza de Auset, haremos una alianza entre Grecia y Egipto para atacar a los persas por dos frentes y hacerles perder fuerza en dos fronteras comenzando así su caída. Para ello necesito que contactes con Liezer y le convenzas de que somos de fiar para que su Sire Auset se pueda encontrar con Anat, mi Sire, tu abuela, Diosa Caldea esposa de Baal. Confío en ti Helena, gánate a Liezer y consíguenos ese encuentro, es vital para el futuro de la prosperidad de nuestro reino.-

Tras la rápida intervención de Bintanat, esta se despide y sale rauda del lugar, como siempre sin dar explicación alguna. Helena queda sola y pensativa.


La visita de Elsh
Elsh hace una visita sorpresa a Lazarus deja de lado a su chiquilla Bactria, se encierra a solas con su chiquillo y con cara de pocos amigos le grita: -Lazarus, te enfrentaste a la Regente Helena públicamente, me dejaste en evidencia y a todo el clan, no estoy nada contento con tu comportamiento, tú eres mi chiquillo y yo tu mentor, aun lo sigo siendo.¡¡Eres un chiquillo malcriado!!, debes respetar a tu Mentor, a quien te lo ha enseñado todo. Me avergüenzas, nunca debí abrazarte. ¿Este es el ejemplo que quieres dar a tu chiquilla? ¿La deseas la muerte definitiva?- Según avanza en sus palabras, lo hace en su enfado y Elsh va acercándose a su chiquillo de forma amenazante.

Lazarus avergonzado y emocionado se acerca a su Sire y… lo abraza. Elsh no puede creerse lo que sucede y por supuesto no se lo esperaba. El Sire de Lazarus se queda sin palabras y descolocado. A partir de este momento cambia el tono de su reprimenda y se convierte en una charla severa de un padre preocupado y molesto, pero a partir de ahora sin elevar la voz.
 
Elsh, anciano Toreador, el Constructor de Templos, Sire de Lazarus

- Esta actitud tuya es nueva para mí y parece que tu ego ha desaparecido por una noche, te lo agradezco. Lazarus debes entender que no tienes talento artístico, únicamente tu cuerpo y la guerra, todo inútil, lo contrario de lo que predico, construir y no destruir. Y en vez de abrazar la oportunidad de prosperar, te meas en ella. Cyra es la única oportunidad de que Jerusalén vuelva a ser grande. ¿Cómo crees que le ha sentado a ella tu comportamiento hacia su elegida como Regente?- Lazarus responde con voz baja, -Mal, lo sé. Lo lamento Sire, mi relación con Helena ha mejorado y lo hará a partir de ahora.-

Elsh prosigue con un tono firme -Eso espero Lazarus, mucho musculo pero poca inteligencia, piensa de vez en cuando, chiquillo mío. Soy tu Sire y tu Mentor, fuiste liberado, pero nunca has dejado de venir a mis faldas para pedir consejo y permiso, a tu manera, pero lo has hecho. Puedes redimirte y ser útil, cambia tu espada por tu astucia. Adáptate o muere Lazarus. Tu vida humana murió contigo hace más de un siglo. Ya no eres un soldado, compórtate como un Toreador. Es lo que eres te guste o no. Solo hay un camino, y es a mi lado en Jerusalén. Nunca te he dado un ultimátum Lazarus, pero debo hacerlo: O estas a mi lado para reconstruir Jerusalén y pones de tu parte o no vuelvas a dirigirme la palabra y puedes olvidarte de mí para siempre. Piensa que quieres hacer con tu no vida. Deberías pensar que fuiste creado solamente con un fin: Ayudarme a edificar templos en Jerusalén, de la mejor forma posible, al mando de un ejército protegiendo la ciudad o a mi lado como aprendiz de Maestro Arquitecto. Pero no puedes destruir lo que yo construyo, para eso mejor no existas, o vete de la ciudad. No contestes ahora si no quieres. Espero que tu respuesta esté a la altura de tu nombre. Oh gran Lazarus, héroe de Persia y piensa que tu fama no ha sido ganada limpiamente y eso tiene su precio. Nada que no cueste sudor de tu frente es beneficioso y se volverá contra ti con furiosa cólera… cuando menos te lo esperes. Te lo dice Elsh, el Constructor de Templos.- Los ojos de Elsh están ensangrentados de lágrimas.

Lazarus avergonzado se dirige  a su Sire -Tienes razón Elsh,  mejoraré, no te defraudaré, tienes mi palabra. En cuanto a mi fama tampoco estoy orgulloso de ello, prefiero ganármela limpiamente, como siempre lo ha hecho-  Elsh, serio pero satisfecho le pide a Lazarus -Chiquillo debes centrarte en tu chiquilla y en cómo ambos podéis ayudarme  a construir Templos en Jerusalén, metidos en la política junto a los que mueven los hilos. Pero a partir de ahora, dejaremos de vernos por un tiempo, Bactria hará de enlace entre ambos, será lo mejor para no interferir en nuestros trabajos.-

Lazarus acepta las condiciones de su Sire y Mentor, de otro modo seguramente lo perdería. Poco después Elsh se marcha y Bactria se acerca a su Sire Lazarus. Este le cuenta lo sucedido y la chiquilla de Lazarus se siente orgullosa de él, cree que este es el verdadero camino y no el que siguió con anterioridad. Lazarus se siente mejor tras hablar con Bactria. Hace mucho que ambos no tienen una familia y son lo más parecido a una que jamás tendrán, deben cuidarse mutuamente.


Meir se ausenta
El sacerdote Capadocio se dispone a investigar a solas sobre planes de reconstrucción de la ciudad. Tras mover su influencia entre los sabios de la ciudad descubre que no hay ningún plan de expansión ni de reconstrucción y si lo hubiera está en manos de los persas, ellos son los que administran los recursos al Gobernador Bagohi.

Tras esto Meir busca un escriba que sepa idiomas y encuentra uno egipcio. El Capadocio observa al sabio y evalúa la posibilidad de abrirle las puertas de la Hermandad de la Torá Negra. Vigilará sus pasos para ver si es digno.


Limando diferencias
Lazarus sabe que Helena ha estado conociendo la ciudad y le pregunta si conoce al capitán de la guardia, para poder hacerlo ghoul y así comenzar el primer paso para tener influencia sobre la guardia de Jerusalén como le ha pedido Amara. El Toreador pide a Helena que le presente a dicha personalidad y de esta forma comienzan a trabajar juntos, dejando sus diferencias a un lado, por el bien común de la ciudad.

Una vez en presencia del capitán, Lazarus busca vino y lo mezcla en secreto con su sangre para brindar con él. En el mismo instante que bebe del vino con Vitae de Lazarus se convierte en su ghoul y su confianza en el recién conocido y encapuchado héroe anónimo se acrecienta a niveles insospechados, uniendo su existencia de forma sobrenatural. Dos sorbos más y dará la vida por él, sin pensarlo dos veces.

Lazarus para dejar a un lado sus diferencias decide invitar a Helena a pelear y de ese modo liberar tensiones. A Helena le parece una buena idea, siempre le ha gustado una buena pelea. Ambos deciden luchar a las afueras de Jerusalén para no llamar la atención de miradas indiscretas.


Duelo a la luz de la luna
Ya en pleno desierto, en lo alto de un escarpado risco iluminado por la luna llena. Deciden luchar cuerpo a cuerpo sin armas. Lazarus propone no utilizar Disciplinas que no sean físicas, descartando la celeridad y sin infligir daños letales. Helena está de acuerdo y pactan que el final del combate, lo decidirá el qué se vea vencido perdiendo el duelo.

Se encuentran preparados, uno frente al otro, sus miradas se cruzan y ambos cargan con furia uno contra el otro para atestar el primer golpe sobre el rival. Lazarus es el afortunado y de un certero puñetazo rompe la nariz de Helena qué sangra por ella dolorida mientras se levanta de la arena. Se ha derramado la primera sangre. 
 
Helena de Lyth, Brujah
Helena sonríe y vuelven a embestirse furiosamente. De nuevo Lazarus golpea fuertemente y con su potencia y de una tremenda patada rompe varias costillas de la Brujah que cae al suelo por segunda vez, ahora incapacitada y humillada. No hay nada más peligroso que azuzar a la Bestia de un Brujah y esta noche ambos lo descubrirán.

La Bestia de Helena posee su cuerpo que tras la humillación ésta ansía la sangre de quien le ha apaleado y arrojado al suelo. Los cuatro colmillos afilados se despliegan amenazantes en la boca de la Brujah y poseída por un frenesí­ aullante se lanza contra el atónito pero preparado Toreador. Ambos chocan enfrentados y Lazarus, experto en pelea, es capaz de inmovilizar a la descontrolada Helena apenas sin esfuerzo. Los ojos de la desbocada mujer están llenos de odio y grita de impotencia, fue una buena idea alejarse de la civilización, aunque sus gritos se escucharan en la noche desde muy lejos, helado la sangre de los frágiles mortales que los escuchan.

La inmovilizada Brujah grita y patalea dando dentelladas mortales al aire y lejos de tranquilizarse se enerva más. Su odio crece por momentos, Lazarus no sabe cuánto tiempo durará ésta pesadilla y por su cabeza pasa la debilidad del desconocido clan Brujah: no pueden controlar a la bestia, ¿Y si no se calma nunca?...

La Bestia de Lazarus se pone a prueba por la tensa situación, el héroe Toreador no es conocido por su autocontrol, así­ qué un fracaso en su contención hace que su bestia le posea y ambos vampiros sucumban a una lucha a muerte dirigida únicamente por sus instintos más profundos violentos y peligrosos.

La lucha es bestial, ambos con sus colmillos al aire, fauces abiertas y aullando de ira se enfrentan cara a cara. Lazarus arranca el brazo de Helena de una potente dentellada y su cuerpo ya herido por el daño anterior no puede soportarlo. Helena la Brujah muere sin piedad alguna, asesinada por la bestia de Lazarus.

No conforme con esto aún en frenesí­, Lazarus, el Héroe de Persia, descuartiza brutalmente a mordiscos el cuerpo ya fallecido de Helena.

Lazarus despierta del frenesí, bañado en sangre pero­ ya calmado, sin recordar nada desde qué perdió el control y el espectáculo a su alrededor es dantesco. La arena manchada con charcos de sangre, cubierta de restos de las vísceras de la Brujah y «adornada» con los restos despedazados de su cuerpo.

Lazarus no se cree lo qué acaba de ocurrir, espera qué todo sea una horrible pesadilla, pero no es así­, sigue ahí­, arrodillado en la fría arena, cubierto de sangre de Helena y sintiéndose tremendamente culpable. Ha roto la Tradición más importante de los cainitas, la eliminación. Y ha causado la muerte definitiva a una compañera de la corte de su amiga y Princesa, Amara.

No se imagina un escenario peor. Abatido y sin fuerzas, Lazarus recoge los restos ensangrentados de Helena en la capa de la misma y haciendo un siniestro hatillo se encamina cómo un espectro en dirección al Palacio del trono. Está dispuesto a asumir las consecuencias de sus actos, a pesar de qué nunca quiso llegar a este extremo. Tiene bien claro que la condena por romper la Tradición de la Eliminación, es la muerte.


Lazarus culpable
Lazarus cubierto de sangre seca irrumpe en el salón del trono mientras Oded y Jacob se encontraban explicándole a Amara sus avances y dificultades para transportar agua de los pozos hacia los regadíos de las tierras cultivables.

La cara del Toreador y su hatillo goteando sangre lo dicen todo, es algo tremendamente grave. Amara ordena a Jacob y Oded que se vayan no sin antes insistirle estos que les avise si necesita algo de ellos.

Ya a solas, Lazarus cabizbajo explica a Amara lo sucedido. Amara pregunta -¿Qué debo hacer?- A lo que Lazarus responde -Asumo mi responsabilidad por haber roto las Tradiciones- Amara muy enfadada responde -Es absurdo, no voy a perder a mi mejor guerrero por una tontería semejante- Lazarus espera su sentencia a lo que Amara responde -ya he perdió a una aliada, no quiero perder a otro- y Lazarus afirma -Vendrá su Sire, pedirá explicaciones y tendrás problemas por mi culpa, no quiero que eso suceda- y Amara concluye -Demos un entierro digno a Helena, hazlo según las costumbres de su pueblo. Y cuando venga su Sire asumiremos consecuencias. Tendrás que vivir con la vergüenza y la culpa, si es que la tienes… yo no puedo pagar por tus chiquilladas- dice Amara muy enfadada y Lazarus termina la conversación -Prefiero morir que vivir avergonzado-

Lazarus deambula hasta las mazmorras del palacio, olvidándose de enterrar el cuerpo de Helena como Amara le ha ordenado y él solo se encierra hasta que las autoridades pertinentes lo juzguen. Mientras se encuentra en la fría celda piensa como se le ha podido ir la situación de las manos de tal forma. Podría morir por su arte: La Guerra.


La gran venganza de Bintanat
Llega la noche siguiente y Amara no puede creerse quien se presenta ante ella en el salón del trono. Bintanat la Sire de Helena, con expresión calmada saluda con una reverencia y presenta sus respetos a la Princesa de Jerusalén. Bintanat pide disculpas por no haberse presentado antes, lleva aquí desde ayer, y sintió el presentimiento de venir a presentarse antes de marchar, aunque no iba a molestarla.
 
Bintanat, Princesa Egipcia, Antigua Brujah, Sire de Helena

Amara agradece a Bintanat sus palabras y le dice con gran pesar que debe contarle algo importante. -Helena ha muerto- La noticia cae como una gran roca que aplasta la cabeza de Bintanat. La bestia de la Brujah ruge por salir y destrozar a Amara, pero Bintanat es capaz de controlarla a pesar de que el autocontrol es la debilidad de este clan.

Los ojos de ambas vampiresas se cruzan y comienza un duelo de miradas que Amara aguanta con fuerza y decisión durante varios segundos, incluso por un instante parece resistir fuertemente la ira y la voluntad de la Brujah pero se derrumba ante la intimidatoria mirada y poco antes de quedarse inconsciente del esfuerzo, la Ventrue Amara aparta la mirada perdiendo el duelo y aceptando la voluntad de Bintanat.

La antigua Brujah exige que traigan al culpable del asesinato ante ella. Amara ordena que saquen a Lazarus de su celda y que lo presenten ante ella.

Lazarus camina despacio y cuando entra en el salón del trono hace aparecer de la nada a “Legendaria”, su espada mágica invocada a voluntad, regalo de su Sire Elsh. La lleva en su mano derecha y se arrodilla con la cabeza baja y eleva la espada sosteniéndola en ambas palmas de sus manos elevadas sobre la cabeza, esperando claramente su castigo. Amara se sitúa a su lado, apoyando a su mejor guerrero y asumiendo su parte de responsabilidad como máxima autoridad de Jerusalén.

Bintanat al ver a Lazarus se controla para que la bestia no salga y le destripe como se merece tras matar a su chiquilla. Siendo Brujah es mucho más difícil auto controlarse, pero a pesar de esto lo hace y se acerca poco a poco ante el Toreador.

Bintanat la antigua Diosa Brujah coge la espada de Lazarus, “Legendaria”, y le eleva el cuello con su mano para que este la mire. La expresión del Toreador es de abatimiento completo, ya que es evidente que asume su muerte. La Sire de Helena pregunta -¿a quién de los dos debo ajusticiar, a ti Lazarus por matar a mi chiquilla o a ti Amara por permitirlo como Princesa de Jerusalén?- Lazarus responde con voz firme sin dudarlo: -A mí, asumo mi culpa, no quiero que esto afecte de ningún modo a Amara, a mi Sire, ni a mi chiquilla.- Bintanat le mira muy seria cuando en ese momento Amara responde con la voz quebrada –Yo, debo morir como responsable de la muerte de tu chiquilla Helena-

Bintanat decapita a Lazarus de un certero tajo en el cuello, y lo hace con su propia espada, que corta la carne de Vampiro como un puñal una hoja de papel. “Legendaria” ha sido el arma utilizada para acabar con el héroe de Persia, el Gran Lazarus de Babilonia.

Su cuerpo comienza a pudrirse rápidamente y se convierte después en cenizas dejando las ropas del Toreador en el suelo. Amara se abalanza sobre la espada cuando Bintanat estaba a punto de matarla a ella y con su movimiento se clava la hoja de “Legendaria” en el pecho, que la traspasa violentamente mientras ésta dice a Bintanat: -Ahora eres tú la responsable de la muerte de la Princesa de Jerusalén- y en ese instante la Brujah mira a los ojos de la Ventrue y tira violentamente de la espada hacia arriba partiendo literalmente por la mitad a Amara, que se deshace en cenizas a la misma velocidad que Lazarus.

Bintanat, loca de ira, suelta la espada y sale de la escena del crimen atravesando un ventanal y arrojándose al vacío, y desaparece como alma que lleva al Diablo. No solo ha matado al asesino de su chiquilla, si no que ha acabado con la no vida de la Princesa de Jerusalén, chiquilla de su hasta ahora aliada Cyra de Persia. Esto puede traer funestas consecuencias para los planes de su Sire Anat, Diosa Caldea de la Guerra.

El último pensamiento de Amara antes de morir fue: “Un buen líder está hasta el final, mejor morir con honor que vivir siendo marionetas. Ninguna desconocida va a decidir mi muerte. Es un acto de libertad y de poder” y esta es la verdadera razón por la que Amara se dejó matar.


La réplica de Cyra
Quiso el destino que Bintanat estuviera presente la noche después de la muerte de su chiquilla y también ha querido que Cyra espere sentada en el trono de Jerusalén, con los restos de su chiquilla Amara y de Lazarus esparcidos por el suelo de mármol rosa. Ha sido mucho tiempo y recursos invertidos en ella para que consiguiera su legítimo Principado de Jerusalén, para que ahora quien haya matado a Amara quede sin castigo. Eso no ocurrirá, piensa Cyra de Persia.
 
Princesa Cyra de Persia, Antigua Ventrue, Sire de Amara

Jacob y Oded, vampiros del consejo, llegan al salón del trono buscando una explicación de lo que ayer noche presenciaron y se encuentran a Cyra sentada en el trono de oro, jugueteando con “Legendaria”, la espada de Lazarus. Se extrañan y al ver los restos de Amara y Lazarus en el suelo y no pueden más que quedarse petrificados.

Cyra se levanta del trono muy lentamente y pide explicaciones a los presentes pidiendo que antes se presenten debidamente ante ella. Cuando la explican que son consejeros de Amara, Cyra se mofa de ellos señalando con la espada los restos de su chiquilla la Princesa -Sois consejeros de Amara, ¡¡¿y así le habéis aconsejado que está muerta?!!, Explicadme porque…¡¡ahora!!- Ambos vampiros muy nerviosos explican lo sucedido la noche pasada y Cyra no parece conforme ya que se acerca a ellos y utilizando su presencia les asusta de tal modo que se sienten incapaces de levantarla la voz en su contra. -Tengo dos opciones- continua Cyra con un hilo de voz que sale de sus dientes apretados con furia -Buscáis y ajusticiáis al asesino de mi chiquilla o morís aquí y ahora- y lo dice mientras sujeta firmemente la espada y la mueve cerca de las cabezas de los atónitos consejeros. Sin duda parece dispuesta a utilizarla y está esperando que la den una excusa para hacerlo. Jacob y Oded se prestan a para encontrar y ajusticiar al culpable. El miedo habla por ellos, solo quieren no pagar los platos rotos y una palabra fuera de tono podría desencadenar más muertes.

Cyra se va expresando que espera tener noticias de ellos lo antes posible. Seguramente le sirvan más vivos que muertos, pero lo que queda claro es que sus amenazas no parecen banales. Se lleva a “Legendaria”  y los restos de su chiquilla que coge con mimo y mucha rabia contenida ante los paralizados Jacob y Oded.

Ambos vampiros están en shock y comienzan a discutir por la intensa situación. Jacob se siente utilizado y no quiere enfrentarse a la asesina de Amara, que a todas luces parece la Sire de Helena. Ambos vampiros no tienen aun claro que ha sucedido pero su responsabilidad de consejeros de la Princesa les ha puesto en la senda de este duro destino, nadie dijo que fuera sencillo.

Liezer el Seguidor de Set llega en este mismo momento e irrumpe en el salón del trono, viene con lo que parece una espada envuelta en unas telas, era un regalo para Lazarus, pero parece que no va a ser posible dársela. Ve el percal, con restos y cenizas de algunos de sus compañeros y se da cuenta de de una buena se ha librado.  

Cuando Jacob y Oded le cuentan lo que saben, Liezer hace una hipótesis bastante certera de lo que ha podido ocurrir: “Lazarus ha matado a Helena, su Sire ha ajusticiado a Lazarus y a Amara y la Sire de esta ha aparecido clamando venganza”. Los tres vampiros comienzan a ser conscientes de la magnitud de los hechos y en consecuencia el trono de Jerusalén se encuentra vacío.

Los tres vampiros discuten sobre sus posibles líneas de acción y no tienen nada claro que hacer. Liezer se desmarca de la situación alegando que él no estaba ante Cyra a lo que Jacob le asevera que él también pertenece al consejo.

Tras las tensiones Liezer bromea ante la ausencia de Meir, el sacerdote Capadocio, propone a Jacob y a Oded gastarle una broma: -… y si ahora me siento en el trono y le digo a Meir cuando venga y vea el percal: "Todo eso de la Torá Negra me lo quemas... y ahora apunta Set:   "-los vampiros ríen por no llorar dada la tensión acumulada.


Pésames
Tras acordarlo con el resto Liezer investiga si alguna caravana reciente ha salido de Jerusalén, y así poder rastrear a Cyra o a Bintanat. Descubre que una caravana griega ha pasado por la ciudad coincidiendo con la visita de Bintanat, se encuentra a dos noches y sería fácil rastrearla y dar con ella. Pero esta información no solo no la comparte con sus compañeros si no que cuando estos preguntan por ella, les miente diciendo que no ha encontrado nada, parece que Set está guiando sus pasos hacia el caos, donde las serpientes se encuentran a gusto.

Jacob y Oded recogen los restos de Lazarus, meten las cenizas en una urna, y los llevan ante su Sire Elsh, que se encuentra en el Templo admirando su obra. Cuando le dan la mala noticia de que Lazarus ha muerto, Elsh se queda callado como una estatua, aprieta los puños durante momentos de tensión y ante el peligro de su reacción violenta, ya que claramente está reprimiendo a su bestia, ambos consejeros deciden dejarle solo con su duelo. Poco después escuchan un grito de Elsh que desgarra la noche. Esta noche nadie rezará en el templo.

Jacob y Oded deciden dar la nefasta noticia a Bactria, la chiquilla de Lazarus y sin más dilación van a su refugio. Solamente se muestra Oded, Jacob está ofuscado por si acaso hiciera falta reducir a la chiquilla por su posible reacción violenta.

Bactria está triste sentada en el suelo del refugio de Lazarus, al morir este ha sentido que su vínculo con él ha desaparecido, pero ella no sabe que ha ocurrido, solo sabe que sus sentimientos hacia su Sire se han esfumado, pero sin explicaciones, se siente muy confundida y desorientada, al fin y al cabo solo lleva unos meses de neonata. Oded le da la mala noticia y Bactria entra en frenesí poseída por la bestia, Jacob ofuscado la empala con una estaca y la inmoviliza hasta que se calma. Una vez está mejor, la desempala Oded y Jacob vuelve a ofuscarse por si las moscas, en ese instante Bactria vuelve a entrar en frenesí pero esta vez Jacob tiene que reducirla a golpes antes de empalar su corazón de nuevo y dejarla fuera de combate. Por último cuando está más calmada, la vuelven a quitar la estaca de madera del corazón y Bactria sin mediar palabra llorando sangre se va desapareciendo en las oscuras calles de Jerusalén.

Es una neonata que acaba de perder a su Sire, la tragedia vuelve a invadir su existencia y el destino vuelve a jugarle una mala pasada, su alma de esclava superviviente sale a flote pero se siente perdida y sola en la noche…


Reflexiones sobre los caídos:

La verdadera debilidad de Lazarus no era su ego, si no su autocontrol.

Tal era el peso de la corona de Amara qué le rompió el cuello.

¿Vio Helena un lobo blanco justo antes de morir?.