Desdémona, Brujah (389 a. C.)

Desdémona, Brujah
Vida humana

Desdémona nació en Troya en plenas guerras griegas. Era la pequeña de nueve hijas y como tal siempre fue protegida y enseñada por todas sus hermanas.

Se crió en el seno de una familia acomodada que vivía cerca del Templo del dios Apolo, patrón de la ciudad y en agradecimiento sus padres rendían homenajes diarios y daban aportaciones sustanciosas para que los sacerdotes les dieran su bendición. Hasta que un día no aportaron su cantidad habitual…

Cuando era muy pequeña perdió la vista al ver algo que una niña jamás debería haber visto. Una imagen que no se la desearía ni al peor de sus enemigos. Para qué esto no ocurriera jamás su poderosa mente nubló para siempre sus ojos que se recubrieron de una blanquecina catarata que la cegó por completo para el resto de sus días.

Una noche un rival del padre de Desdémona consideró una afrenta contra losla suyos y ordenó asesinar a sangre fría a toda la familia de Desdémona. Pidió qué dejaran a la hija pequeña con vida para que fuese testigo fatal y viviente de la tremenda deshonra que su padre había cometido.

Desdémona tenía solamente nueve años cuando vio a toda sus allegados degollados, sentados a la mesa, esperándola para comer, con sus ojos aun abiertos y sus miradas de terror congeladas. Lo último que la niña vio fue esa mascara sin facciones que llevaba puesta quien ordenó la masacre, que observaba todo macabramente desde un rincón.

Arrojaron a las puertas del templo de Artemisa, a la invidente niña, aun traumatizada y paralizada por el terror. Las sacerdotisas de la diosa de los animales salvajes la acogieron y cuidaron para que no muriese. La sangre aun era visible en sus ropajes y su mirada impotente impactó de tal manera a la suma sacerdotisa del templo que decidió acogerla y tomarla como pupila. 

Poco después la suma sacerdotisa le regaló un cachorro de lobo gris llamado Fafner. Fue una ofrenda que un misterioso guerrero nórdico dejo en la puerta del templo. La suma sacerdotisa contó a Desdémona que en la mitología nórdica Fafner era el hijo de un rey enano dotado de un poderoso brazo y un alma intrépida. Una de las patas delanteras del cachorro era de color negro, siendo el resto de su peaje blanco y gris.

Fafner, Ghoul de Desdémona


Fue enseñada a honrar a la Diosa Artemisa para que no olvidase jamás que los mundanos nunca debían olvidarse de agradecer a los sacerdotes su labor.

La adiestraron como guardiana del templo y a pesar de carecer del sentido más importante, desarrolló el resto de los sentidos de tal forma que aprendió a valerse por sí misma y a realizar todas las tareas sin necesidad de ver con sus propios ojos. 

Esto era una muestra de que Desdémona era una niña muy especial con capacidades sobrehumanas, ya que invalidada de sus ojos seguía siendo alguien con aptitudes por encima de la media.  

La dieron ciertos valores idealistas por los cuales Desdémona aprendió que el mundo podía cambiarse para mejor siempre y cuando lo hiciera de la mano de Artemisa, hija de Zeus, hermana melliza de Apolo. Una de los doce dioses olímpicos que configuraban el panteón. Homero señalaba en la Ilíada que Artemisa junto a Hermes rescataron a Ares, encadenado por los gigantes ctónicos.

Cuando llegó a la edad adulta destacó como la mejor de todas las guardianas del templo y fue recompensada con un ascenso a Señora Guardiana del Templo de la Diosa Artemisa. Diez sacerdotisas guerreras estaban a su cargo y darían la vida fielmente por su señora Desdémona si se lo pedía, así era la ley de la Señora de las bestias salvajes.

Protegían el templo de todo mal y su nueva posición le otorgaba también una ayudante que fue su mano derecha. Artemisa la había bendecido con el dondo de la belleza, su nombre era Hylia y de ella era la gran responsabilidad de ser comadrona en los partos auspiciada por su diosa, patrona de las comadronas.

Como servidora de Artemisa mantuvo su virginidad y no conoció a varón alguno dedicándose en cuerpo y alma a las labores que requería su diosa, señora del terreno virgen.

 

Oráculo de Artemisa,
Sire de Desdémona
El abrazo

Desdémona había llamado la atención del Oráculo de Artemisa, una cainita del clan Brujah que utilizaba su condición de Vampiresa para ganarse el favor de las sacerdotisas del templo y así poder ganar dinero, poder e influencia. Era una farsante ya que sus visiones de Oráculo eran falsas pero siempre conseguía que sus peticionarios se fueran contentos gracias al pérfido manejo de sus Disciplinas.

Una noche la suma sacerdotisa apareció muerta y Desdémona y sus guerreras buscaron al culpable encontrándose frente al propio Oráculo de Artemisa. 

No daba crédito y Desdémona pidió permiso para tocar su cara y ver su expresión. El Oráculo accedió de buena gana, era una poderosa Vampiresa y Desdémona solamente una humana ciega que había aprendido más de la cuenta y mucha curiosidad.

Desdémona toco su faz y fue cuando se dio cuenta de que llevaba puesta una máscara sin facciones. Su mente y sus recuerdos regresaron la escena de la masacre de su familia. El precursor de dicha maldición había sido el Oráculo de Artemisa.

Ambas mujeres lucharon a muerte y Desdémona, sin demasiado esfuerzo, acabó asesinada por el Oráculo. Ahora si, había consumado la matanza de toda su familia.

Hylia, Sacerdotisa de Artemisa
Ghoul de Desdémona

Desdémona resucitó a las tinieblas en el templo de la Diosa guerrera Artemisa. Tomó una poderosa reliquia que allí se guardaba, la Lanza de Artemisa y junto a Hylia, Fafner y sus guerreras escaparon de las garras del Oráculo.

Huyeron lejos de Troya, lejos de Grecia, muy lejos hasta encontrar el lugar en el que el olvido limpiara sus heridas.

Las primeras noches fueron muy duras y sobrevivió gracias a Hylia, Fafner y sus guerreras, que la ayudaron a alimentarse de sangre y a evitar la luz diurna mientras huían lo más rápidamente posible, sin mirar atrás.

 

Kothar, El Profeta,
Anciano Nosferatu


El Profeta

Sus erráticos pasos les llevaron a una pequeña cueva donde por designio divino de la Diosa de las bestias salvajes, Desdémona encontró a un ser que dormía en un sueño profundo de muerte.

Una de sus guerreras registro al maltrecho nómada, que había sido sepultado  bajo piedras de gran tamaño, y encontró un rudimentario mapa que guiaba hasta un valle llamado Hinnom, en la satrapía de Yehud, antiguo reino de Judá.

Desdémona pidió a sus guerreras que ayudasen a trasportar el cuerpo muerto de este desgraciado, tenía una corazonada y por su diosa que la siguió. 

Llegó al valle de Hinnom y se encontró con la colonia de leprosos de Kothar, el Profeta, un viejo Vampiro que llevaba aquí desde el principio de los tiempos. 

Kothar la dijo que la estaba esperando, no por nada le llamaban el Profeta. El Nosferatu agradeció que trajera a ese hombre muerto que había encontrado, era nada menos que su chiquillo Nahum, que había desaparecido hace más de un siglo mientras era perseguido por unos cazadores humanos. Había sido dado por muerto pero Desdémona se lo había devuelto.

Guerreras de Desdémona

El anciano Nosferatu despertó a Nahum de su letargo y se sintió en deuda eterna con Desdémona, acababa de ganar un aliado. 

El Profeta les dio cobijo en el valle y Desdémona y sus guerreras ayudaron a los leprosos de la colonia. Lo hacían sin juzgar sus apariencias, ya que no podía ver sus cuerpos putrefactos y horrendos.

El viejo Nosferatu enseño a Desdémona a ser Cainita y aprendió con él a utilizar sus Disciplinas. A pesar de pertenecer a otro clan, algunos de sus poderes eran los mismos. El anciano Profeta era alguien muy sabio que no solo conocía las Disciplinas de su clan.

Tras años en el valle, Desdémona cree que ha llegado el momento de conocer la misteriosa Jerusalén…


Lanza de Artemisa