Benshajar, el sepulturero (539 a.C)

Benshahjar, Hijo de la mañana, “El Albino”
“Vine a este mundo bajo el manto de un alba soleado tras una noche tormentosa, mi madre devota del altísimo y único Dios pereció en el parto. Mi padre, según  me contaron, murió antes de que yo naciera en la ciudad de Babilonia como esclavo solo por ser judío. Era un gran erudito y lo condenaron a una vida de sufrimiento.

Benshajar, El Sepulturero

En Babilonia nadie más aceptaba o deseaba a un niño albino y huérfano, así que crecí en un entorno eclesiástico ya que unos monjes hebreos me adoptaron.

Aprendí de cada uno de ellos y su basta biblioteca. Me versaron en todas las artes que existían pero una tremenda necesidad de comprender la muerte y todo lo relacionado con esta me hizo centrarme en esos oscuros conocimientos. Nunca exponía lo aprendido a mis parentibus, puede que por miedo o porque seguramente ellos no serían capaces de comprender estas curiosidades, así que solo lo recolectaba, quería saber, quería saber cómo, cuándo, porqué.

Como puedo comprender que hay más allá de esta vida, cuando el sino decide que es el momento de que marches de este mundo y porque tiene que ser así.

Soy muy consciente de que nací robándole la vida a mi mater ¿eso tiene algún sentido para la existencia o para la próxima?. Mi padre fue esclavo muriendo lejos de la tierra que le vio nacer antes que a mí, obligado por babilonios que nos consideraban sus némesis solo creer en algo diferente ¿estos son los caminos inescrutables del señor?

Tiene que haber algo más, esta vida solo es el primer paso de una senda muy larga, tal vez sea el camino para llegar al paraíso pero dudo de que existan atajos, la senda se tendrá que recorrer, paso a paso, tramo a tramo, vida a vida.

¿Por qué?, sé que siempre que me haga alguna pregunta esta será la última en responderse;¿por qué estamos aquí?, ¿por qué el mundo es un enigma indescifrable?, ¿por qué morimos?, ¿por qué me hago estas preguntas?, ¿por qué nací con estas condiciones?, ¿por qué cuanto más sé más porqués desconozco?.

A veces parece que solo el dolor de mi penitencia por mis pecados es lo que apacigua esta curiosidad que me corroe. Me he interesado por todo y parece que me he obsesionado por nada, pero mis dudas persisten.

Lo peor siempre fue no entender a mis semejantes, a mis hermanos, a mi pueblo, así que les observaba, les observaba para entender porque eran como eran y hacían lo que hacían. Con el tiempo entendí que el ser humano se mueve por impulsos, por el deseo, incluso por evadirse de la realidad que deberíamos cuestionarnos, ¿por qué Yahveh nos hizo tan deficientes? ¿por qué nos hizo tan corruptos? ¿por qué nos resulta tan fácil pecar?

Desde que nacemos nos preparamos para morirnos, desde que morimos creemos ascender o desaparecer, según se mire, aunque yo creo que un nuevo camino se abre paso ya que la vida a veces parece ser simplemente una ilusión de la que aparentemente solo la muerte nos puede hacer despertar o escapar del mundo de la carne.

Sé que mis pensamientos son pecaminosos, pero ¿por qué el más alto de todo permite que sean estas mis inquietudes? ¿por qué realmente está mal que me lo plantee?

Mi cometido con mi pueblo se reduce a preparar a los difuntos para su funeral, se ve tanto dolor y ello no me aflige, pero mi curiosidad me lleva a investigar en los cadáveres, profanándolos antes de su marcha, averiguando el cómo, buscando el cuándo, intentando satisfacer mis porqués.

Cada pecado lo pago, cada latigazo me libera, ¿porque cuando mi sangre se derrama me siento tan sosegado?, la penitencia consigue arrancar la culpa junto a mi carne, sé que mi curiosidad bien vale el castigo.

Hay veces que creo que solo en el sepulcro estoy en paz, rodeado de muerte, rodeado de paz, rodeado de lo que a mi parecer debe ser el fin para comenzar un nuevo camino, el camino de las sombras.

Mi vida se reduce a enterrar a mis semejantes y mientras lo hago más porqués fustigan mi mente.

Mi pueblo me mira a veces con miedo, otras con curiosidad, no les culpo, me conocen como “el albino”. La verdad es que no me importa, me resulta tan banal el aspecto físico, la belleza es tan abstracta y a la vez tan efímera que no merece ni mi más mínimo esfuerzo en usar mi curiosidad en desentrañar los secretos que esta guarda y la verdad que me resultan tan predecibles esa gente que busca insustancialmente una aprobación ya sea propia o ajena ya que sin que ellos lo sepan o ignoren ya sea consciente o inconscientemente la humanidad se mueve sobre todo por miedo, miedo a la muerte, miedo al hambre, miedo al desamor, miedo al rechazo, miedo a la vida misma.

Siempre que entierro a alguien para que vuelva al polvo del que provenimos me pregunto cuándo será mi hora, ¿cuándo me tocara a mi hacer ese largo viaje?, caminar la larga senda a no se sabe dónde yo no estoy seguro de que la meta sea el paraíso y la realidad es que nadie lo ha visto nunca. Jerusalén es la tierra prometida y lo único que nos ha prometido realmente es dolor y miseria a mi pueblo ¿Por qué es así si somos los elegidos de Yahweh? ¿Por qué debería creer que el próximo tramo de nuestra existencia no será otro valle de lágrimas?

Dicen que hay que tener fe, fe en él, en nosotros y en sus caminos inescrutables, pero yo siempre me preguntare por qué.

Solo sé que quiero saber más que nadie y me resigno a no saberlo antes morir ¿por qué debería hacerlo?