Capítulo 38: Crónicas de Yehud IV, Cae un rey (385 a. C.)

Crónicas de Yehud

IV

 

Cae un Rey

(385 a. C.)

 


Caravana de la corte de Jerusalén
La ciudad de Tiro

La caravana de la cote de Jerusalén, con Mudji a la cabeza, viaja dirección Tiro, para asistir a la coronación del nuevo príncipe de la noche.

Samas, el Ventrue comerciante de Jerusalén, conoce Tiro, importante plaza fenicia, corazón del comercio de Asia menor y uno de los puertos comerciales más importantes del mar mediterráneo. El Vástago Ventrue les habla a sus compañeros de viaje sobre la ciudad, demostrando cierta sabiduría y alardeando de ella:

–Tiro es el nombre por el que se conoce a la ciudad fenicia de Sur-ry, que traducido significa “Sur” o “Roca”, “La ciudad del sur” o “la ciudad de la Roca”. Tiro es la principal ciudad-estado del sur de Fenicia.

–La isla de Tiro es relativamente pequeña, cuatro mil pasos de diámetro. Sus murallas rodean la isla haciéndola impenetrable y tienen una altura de 28 hombres (45 metros), con grandes torres, con y dos grandes puertas con arcos.

–Tiene una gran densidad de población, aproximadamente 30.000 personas, con calles estrechas y las casas muy juntas, con algo increíble pero necesario,… ¡de varios pisos de altura!

–Posee dos puertos, uno natural al norte llamado Sidonio, y otro al sur construido artificialmente llamado Egipcio. Ambos puertos están unidos por un canal que cruza la ciudad por el centro, y se encuentran rodeados de arrecifes para protegerlos de las mareas, los vientos y los ataques por mar.

–Tiro posee construcciones monumentales, edificios públicos, una gran plaza del mercado cerca del puerto, el templo situado al norte, dedicado a Melkart, otros dos grandes templos dedicados a Astarté y Baal Shamem (Baalshamin) dios celeste Fenicio, y un palacio situado al suroeste.

–La divinidad principal de Tiro es Melkart, protector de la ciudad, símbolo de la institución monárquica y fundador de colonias, donde lo primero que se construía era un santuario en su honor. Debido a la propia naturaleza de la sociedad fenicia, es asociado especialmente con el mar. Gran parte de las riquezas provenientes de las colonias acaban en su templo.

–Melkart era la forma fenicia del dios Baal. Originariamente era un dios agrícola, del campo, la vegetación, la fecundidad y la primavera, por lo que su ritual comprendía una serie de ritos de muerte y resurrección cíclicos anuales, coincidentes con las estaciones del año. Es considerado «rey de la ciudad», que es el significado etimológico de su nombre.

Ciudad isla de Tiro (Roca)

–Tiro tiene dos grandes instituciones políticas, el templo y el palacio, que son, respectivamente, la casa del dios y la casa del rey. El actual rey de Tiro es Evágoras I, rey de Salamina de Chipre, anexando Fenicia a su reino de Chipre al liberarlo de los persas.

–El poder del monarca se expresa en el palacio real. La monarquía fenicia, en general, emplea la religión como un medio propagandístico. Es conocida la piedad de los reyes de Tiro, interesados siempre en reconstruir de los templos de la ciudad.

En este palacio real es donde se celebrará la coronación del futuro príncipe de la noche  de Tiro. Y es a donde los Vástagos de Jerusalén son conducidos por criados, ricamente ataviados, que los guían por la ciudad, que es tal y cómo Samas la ha descrito durante el viaje, un lugar impresionante.

Ya en  el palacio real, cada uno tiene un ostentoso aposento sin ventanas y con todas las comodidades necesarias para asearse y cambiarse. Son informados de que en el ala este de este gran palacio real se celebrará la esperada coronación.

 

Aharon Yehuda,
Maestro teólogo de la Torá Negra en Tiro
La Torá Negra de Tiro

Una vez se encuentran instalados, Aharon Y., sabio teólogo miembro de la Torá Negra y residente en Tiro, se reúne en secreto con Meir, para sorpresa del Capadocio, en un jardín del palacio real.

La noche les cobija y ante un imponente campo de narcisos el sabio haba con el honorable fundador de la Torá Negra, el mismo que lo eligió en Jerusalén para formar parte de la venerable hermandad de sabios.

–Mi Señor Meir, es un placer que estéis en el reino libre de Tiro. –Dice Aharon en voz baja e inclinando su cabeza– Sabed que tenéis refugio en mi hogar si lo necesitáis. Todo va como es debido aquí en Tiro, ocupo mis días en enseñar la cultura de los entresijos de la hermandad a nuestro nuevo hermano local y todo va como Yahvé desea, en buena dirección. Por eso somos el pueblo elegido.

Gracias Aharon, no necesito vuestra ayuda en este momento pero agradezco el ofrecimiento. –Responde Meir.

–¿Cómo va todo por Jerusalén? ¿Qué tal está Admiel? –pregunta Aharon.

–Todo muy bien. Yahvé protege nuestro destino. –Responde Meir– Admiel igual que siempre más interesado en la biblioteca que en las personas…

–Viene del reino de Egipto. –Dice el sabio mientras le da una carta a Meir– Es para vos y quien la escribe insistió en que se la diéramos en persona. Nos la envían los hermanos de la Torá Negra de Egipto.

–Gracias una vez más Aharon –responde Meir mientras coge la carta pensando si será de Donna...

–Para mí es un honor que estéis aquí –dice Aharon inclinando la cabeza de nuevo.

–Aharon, eres un buen hombre y sirves bien a la Torá Negra. Que Yahvé te acompañe. Hablamos. –Se despide Meir del sabio mientas abre la carta nervioso. Aharon se va sonriente por haber coincidido en Tiro con el fundador de la Torá Negra, hacia que no le veía desde que partieron de Jerusalén en busca de nuevos destinos donde instalarse para ampliar la hermandad de sabios.

 

Donna, Chiquilla de Meir,
Neonata Capadocio
Segunda carta de Donna

 

“Mi Sire Meir,

He viajado a Tebas, en el corazón de Egipto, hasta allí he seguido la estela de Ushpa.  Hace unas noches se encontró con aquel que había comprado los tres escritos que robó su madre Judith.

El muchacho había sido apresado por los esclavistas para su venta, pero Ushpa no nació para ser esclavo. Rápidamente huyo de sus captores y ha reunido el valor suficiente para presentarse ante el misterioso comprador. Tiene su residencia bajo las arenas del desierto, en un templo subterráneo construido en homenaje al Dios Seth.

He indagado sobre este dios en los escritos de la Torá Negra en Tebas y esto es lo que he descubierto: Seth o Set es el dios egipcio de la fuerza bruta, de lo tumultuoso, lo incontenible. Señor del caos, dios de la sequía y del desierto. Hermano de Osiris, dios de la resurrección… seguro que hay más que saber de él pero debo seguir con mi búsqueda.

He hablado con los Vástagos locales y el comprador es nada menos que un Seguidor de Set llamado Adeben, vive rodeado de acólitos en el templo.  

Mi siguiente paso será encontrarme con el Setita y pactar con él el precio de Ushpa.

Siempre tuya:

 

Tu chiquilla y neonata Capadocio, Donna”

 

Guerreras de Artemisa
al servicio de Desdémona

La recepción

La noche siguiente a la llegada de la corte de Mudji, es la noche de la coronación y de Jerusalén se presentan: el príncipe Mudji, el anciano Abraham, el Senescal Meir, el Primogénito Oded, Nahum el leproso Nosferatu, Desdémona la Brujah troyana, Dante el Ravnos y Samas el Ventrue.

Todos aseados y limpios, asistidos por los esclavos de cámara, todo está listo para la ocasión. A excepción de Nahum, que como leproso le dejan a su aire por miedo a contagiarse de su enfermedad y tampoco va con demasiadas alharacas, se cambia de túnica y poco más. Los Vástagos de Jerusalén, que han venido juntos, se encuentran en la recepción del ala este del palacio real.

Mudji, viste de forma elegante acorde con su posición, tenían sus ropajes listos en su alcoba. No ha traído a Nayl, su pantera negra, que se encuentra a las afueras de Tiro, esperando a que su domitor regrese a Jerusalén.

Desdémona lleva una sencilla túnica blanca con un tocado con flores locales de color azul en el pelo. Las guerreras de la Brujah, vestidas con amplias túnicas, deambularan discretamente alrededor de la celebración, para no llamar demasiado la atención.

Meir lleva una elegante túnica azul tirio, dejada en su cama la noche anterior. El Capadocio va encapuchado para no llamar la atención con su aspecto cadavérico.

Abraham, no ha optado por la túnica azul y se ha vestido con una discreta casulla sacerdotal marrón, tapando también su semblante con una capucha, así disimula su aspecto de momia andante, que inquietaría enormemente a los humanos presentes.

Samas, viste a la última moda de Persépolis. Sus elegantes ropajes negros, cubiertos por una imponente capa oscura, su sombrero con plumas de ave exótica y joyas en manos y cuello, son su ostentosa carta de presentación. Su semblante, de hombre entrado en años con el pelo blanco, le da cierto empaque a la hora de completar su apariencia.

No tarda en conseguir bella compañía femenina, una noble local a la que presencia y con la que se pavonea por toda la sala de recepción, mientras el marido de la atractiva dama les mira impotente e incapaz de hacer nada para evitarlo.

Dante podría ponerse unos harapos, que no es el caso, ya que nadie se fijaría en lo que lleva puesto. Luce sus grandes cuernos de animal indeterminado en su cabeza. Para contrastar con su testa, va vestido con colores muy llamativos con el pecho abierto para dejar ver los tatuajes esotéricos de su pecho. El pelo negro cubre sus ojos y no se ve su mirada, pero no parece molestarle.

Al parecer los humanos no ven su verdadero aspecto, están viendo a alguien banal del que se olvidarán dentro de un segundo. Su Sire Amal también tiene esta habilidad y ambos la emplean para guardar debidamente la Tradición del Silencio de la Sangre, ante los imprevisibles humanos.

Un criado con una gran vara dorada en la mano, la golpea contra el suelo al llegar nuestros protagonistas y presenta a todos los asistentes. Solamente lo hace con su nombre y lugar de procedencia. Piden la ropa de viaje y las armas. Nadie las lleva, están prohibidas.

Todos se deshacen de su armamento, grande o pequeño, dándoselo sin protestar a los criados, todos excepto Mudji…

–Insisto en portar mi falx –dice Mudji rompiendo toda etiqueta– soy el príncipe de Jerusalén y mi espada es un símbolo que jamás se separa de mi.

–Igual los humanos de la fiesta no saben lo que somos… –susurra Desdémona al oído de Mudji alertándole de la posible razón por la que ir desarmados.

–Entraré con mi espada o no lo haré –dice Mudji mirando a los ojos del criado de turno que se pone colorado sin saber qué hacer.

–Mi señor, va contra la etiqueta y el protocolo, pudiendo violentar a los presentes e incluso siendo peligroso para la integridad de todas las personalidades asistentes. –Explica refinadamente el criado, con la cabeza baja y sin tener contacto visual alguno con Mudji.

–¡Insisto! –dice Mudji agarrando la empuñadura de su falx.

El criado sale corriendo raudo, seguramente esté pidiendo permiso para saltarse en protocolo, en el caso excepcional de Mudji. A lo lejos dentro de la celebración se ve como pide permiso a Anat y esta se lo da.

 

La entrada al baile

Cuando entran en el salón el baile está bastante concurrido. La música de trovadores lo envuelve todo. Las danzas de las bailarinas y los bailes de salón amenizan el ambiente, mientras los criados caminan raudos de un lado para otro con bandejas llenas de copas de vino y Vitae.

En total puede haber unos 80 o 100 invitados, teniendo en cuenta de que son 8 o 10 Vástagos de Jerusalén, la medida comparativa seria de 10 a 1.

Muchos de los presentes son humanos adinerados, cortesanos, nobles y personalidades de Tiro.

La comida es desperdiciada obscenamente y la bebida corre a raudales en las copas, siempre llenas, de los presentes mientras los trovadores y flautistas tocan continuas sonatas para amenizar la fiesta.

Todos los presentes miran mal a Mudji por portar un arma. Esta es la carta de presentación de Jerusalén en Tiro. Una falta de respeto hacia su anfitriona y el futuro príncipe o princesa de Tiro. Pocos quieren acercarse al Assamita por si les pudieran relacionar con un posible ataque violento por su parte. Otros simplemente no se acercan por qué les parece de muy mal gusto… ¡ni que fuera un camellero!

–Si me temen, por algo será –dice orgulloso Mudji mientras los cortesanos les ponen muecas de desagrado.

Nerea ya ha llegado y está agarrada al brazo del silencioso y misterioso Espectro, que para sorpresa de los recién llegados, también esta. La neonata Toreador no se despega de él ni un momento y caminando a su lado, se pavonea por la fiesta mientras el Espectro, se encuentra claramente fuera de lugar, siempre con su armadura completa, su yelmo puesto y su espada curvada al cinto, otra ruptura clara de la etiqueta, de nuevo por otro Assamita.

La Toreador lleva un llamativo vestido negro de encaje con escote palabra de honor. Su pelo recogido con un tocado con flores negras y todos sus complementos son de plata brillante, anillos, collares, pendientes, pulseras, brazaletes. La combinación del negro con el brillo de la plata es elegante a la vez que misteriosa.

Parece que la neonata Toreador ha encontrado un buen protector, Orión no deberá preocuparse por su integridad. Es evidente que Nerea se encuentra como pez en el agua, la corte es su medio natural y sabe cómo moverse, con quien hablar y que hacer en cada momento.

El Espectro, por su aspecto, seguramente también haya tenido problemas con el petimetre de la entrada. Portar el yelmo puesto incumple todos los protocolos de etiqueta habidos y por haber, ya que bajo la armadura puede haber cualquiera, aunque como a Mudji, no parece importarle demasiado.

Anat, imponente y salvaje, incluso vestida con un sencillo vestido de piel curtida gris, al ver a la corte de Jerusalén se abalanza para recibirles, agradece su asistencia, pregunta por su viaje y les presenta a los Vástagos de Tiro, ciudad de la que oficialmente, no olvidemos, aun es Princesa.

Es inquietante ver como Anat se comporta como una Toreador en esta ceremonia, no sabían que le gustaban estos ambientes. ¿o a lo mejor está contenta por su presencia por otra razón?...

 

Elsh, El Constructor de Templos,
Anciano Toreador
Elsh, el constructor de templos

Anat se acerca y presenta a Elsh, algunos ya le conocen. El anciano Toreador que se alegra de ver a su compañero de clan Oded. Elsh es un anónimo fenicio. Es más bajo que la mayoría de los presentes. Su oscura tez y su pelo negro y rizado no llaman la atención. Sus dedos son excepcionalmente finos. Viste con ropa bien confeccionada pero sencilla, de colores apagados que no llaman la atención y disimulan las manchas de algún trabajo en el que ha estado inmerso.

Elsh y Abraham se juntan y comienzan a hablar de arquitectura y ambos se retroalimentan de conocimiento que les hace sentirse más cómodos. Poco a poco se apartan y disfrutan de su conversación mientras beben sangre que los criados les sirven de vez en cuando.

–¿Sabía que determinados arquitectos transmiten mensajes por medio de sus construcciones, que solamente pueden entender otros arquitectos? –Pregunta Elsh dirigiéndose al anciano Capadocio mientras Oded se arrima a su mayor y les sigue.

–¡Que interesante! Responde Abraham  De ese modo podría reírse de su mecenas, poniendo un tipo diferente de capitel y nadie se enteraría.

–¡Mucho más mi querido amigo! –continua Elsh– algunos arquitectos muestran verdaderas ofensas para los comunes de los mortales, o invisibles a ojos mundanos, que en realidad son retos y bromas para otros arquitectos de la historia futura… ¡Son mensajes solo para arquitectos del futuro! ¿Se imagina codificar algo esencial en este lenguaje?

Abraham permanece pensativo y asiente mientras se atusa la barbilla.

–¿Y qué me dice sobre la arquitectura de Dios? pregunta Abraham.

–Muy interesante querido Capadocio… responde Elsh mientras los tres Vástagos se pierden entre los invitados. Ambos ancianos se pasan la velada paseando e imbuidos en su conversación sobre la apasionante arquitectura y cosas de ancianos de siglos de antigüedad.

Oded decide acompañar a Elsh, en un discreto segundo plano. El Toreador es una leyenda, es el primer vampiro Toreador que pisó Jerusalén y él fue quien ayudó a construir el primer Templo de Salomón, maravilla mundial, entre otras muchas obras. Oded acompaña a Elsh, como muestra de respeto a su anciano de clan, para ver si aprende algo de ambas leyendas no muertas.

Los demás cainitas de Jerusalén permanecen juntos. Ahora sin Oded, ni Abraham, menguan su número.

 

Ahinadab, Espía Nosferatu
Más viejos conocidos

Adón, Ventrue y Ahinadab, Nosferatu, ambos residentes de Tiro, permanecen juntos observando y charlando tranquilamente. Ambos se conocen y conviven en Tiro desde hace algunos príncipes y su complicidad es evidente.

Adón, viste muy elegante y también de negro igual que su compañero de clan Samas. Ambos se miran y saltan chispas de tensión cuando se aprietan la mano. Hay una evidente rivalidad. Samas sonríe maquiavélicamente y Adón le devuelve la expresión.

Ahinadab, lleva una pesada túnica marrón que contrasta con su horrible cara amorfa de monstruo de leyenda. Solamente enseña su verdadero aspecto cuando hay Vástagos presentes, el resto del tiempo su apariencia es la de un bajo noble sin importancia. También es evidente que tiene controladas todas las salidas por si en algún momento ocurriera algo.

Los dos vampiros pertenecieron a la corte de Enki, enemigo de Innominat, y trabajaron para él. Ahinadab como espía del oscuro hermano de Innominat fue quien secuestro a los ghoules de algunos de los cainitas de la corte de Jerusalén, incluida la propia Donna, en aquel entonces ghoul de Meir. Adón se dedicó a llenar las arcas de su príncipe Enki para lo que pudiera necesitar.

En otra zona del salón, Ahirom, Regente de Cartago, se rodea de un pequeño grupo de cortesanos cartagineses. Su aspecto es el de un bárbaro arreglado. Lleva tatuajes tribales y armas de filo que rompen por completo el protocolo establecido y desentona con las ricas vestimentas de sus acompañantes.

El aspecto del Brujah es el de un guerrero tribal, que podría perfectamente presentarse en cualquier batalla que le requiriera en este mismo instante. No parece importarle las miradas de los asistentes que sonríen nerviosos cuando ven el filo de sus hachas desnudas.

Meir intensifica sus sentidos con su Auspex para buscar a Noa, antigua ghoul de Ahirom. Pero el bullicio en sus oídos hace que pierda la concentración y no sea capaz de ver nada más allá de lo que percibe normalmente.

 


Lista de asistentes y ausentes

 

Jerusalén

Mudji, Assamita, Regente de Jerusalén

Meir, capadocio, Senescal de Jerusalén

Abraham, Anciano Capadocio

Oded, Toreador, Primogénito del clan

Nahum, Nosferatu

Desdémona, Brujah

Samas, Ventrue

Espectro, Assamita

Nerea, Toreador

Dante, Ravnos

 

Tiro

Anat, Matusalén Brujah

Elsh, Anciano Toreador

Adón, Ventrue

Ahinadab, Nosferatu

 

Cartago

Ahirom, Regente de Cartago

 

Humanos

Evágoras I, rey de Salamina de Chipre

 

Ausencias

Kothar, Anciano Nosferatu

Ephraim, Nosferatu

Amal, Ravnos

Orión, Toreador

Bicor, embajador de Alamut y Persia

 

Varios temas de recientes acontecimientos se tratan en la fiesta. Nadie sabe cuáles de ellos son ciertos y cuáles no. La información y la desinformación son un filo de la misma arma.

 

Meir, Senescal de Jerusalén, Capadocio
Disculpas y más

Adón, el comerciante Ventrue y Ahinadab el espía Nosferatu, ambos fueron súbditos de Enki.

Los dos cainitas se acercan a Meir y Ahinadab toma la palabra y explica que estuvieron obligados y amenazados por Enki, bajo pena de muerte. Piden disculpas por todo mal que pudieron ocasionarles y piden que el pasado quede atrás. Cuando Meir decide echar pelillos a la mar, el Nosferatu se interesa por la salud de los chiquillos de Enki, víctimas inocentes.

–Se encuentran bien. Anat parece que está contenta con ellos. –Dice Meir mirando a Ahinadab y después saludando a lo lejos a Anat que los ha dejado hablando solos hace un rato, el Capadocio se dirige donde la Brujah.

Meir estaba muy a la defensiva en presencia de Ahinadab, ya que fue él quien secuestró a Donna, cuando era su ghoul para que el Infernalista Enki la abrazase, mancillando su cuerpo y su alma. Pero al disculparse se ganan de nuevo a Meir. Además el Capadocio tiene otra preocupación en la cabeza más importante que la venganza y camina hacia la Matusalén para hablar con ella.

Samas y Adón mantienen cierta tensión en sus miradas. Adón pregunta a su compañero de clan por el viaje desde Jerusalén a Tiro, ya que viajar entraña cierto peligro per se. Adón habla de un peligro añadido en esa ruta y son las llamadas: Bestias lunares, también conocidos como lupinos u hombres lobo. Al no haberlas encontrado en su camino han sido afortunados, dice Adón con cierto retintín, al parecer no le hubiera importado que hubieran dado un buen susto a su pérfido rival de clan Samas. Tras el chascarrillo jocoso el Ventrue ríe estruendosamente, se nota que juega en casa.

Nerea pasa cerca de los Vástagos de Jerusalén y le hace ojitos a Dante. Se ve que el Ravnos se siente atraído por ella y ligeramente celoso al verla del brazo del Espectro. Para ella y cualquier cainita, Dante tiene ese aspecto exótico y prohibido de un ser de leyenda…

–No deshonres a tu Sire. Recuerda que aun no has sido liberado y tus actos repercutirán directamente en Amal –recuerda Meir a Dante que está muy atento a todo lo que hace Nerea– Cuídate de Nerea… –El Ravnos agradece los consejos y se aparta de los Vástagos de Jerusalén para aventurarse en la fiesta solo.

Samas se fija en el comportamiento de Nerea y enervado comienza a despotricar sobre la Toreador  a todo aquel que pueda oírle:

–Nerea es el demonio, una puta y una cobarde. Igual que su Sire Orión, todo un valiente que no se ha dignado a venir por miedo a morir por el camino.

Mudji de desmarca de las tramas de los Vástagos locales y se dispone a buscar y saludar a todo aquel Vástago que le conoce y se molesta en presentarse a todo aquel que no tiene el placer de conocer y no se sienta intimidado por la espada en su cinto.

Mientras tanto el solitario Nahum se fija en las estructuras del edificio y en las posibles salidas, puertas, ventanas y demás. Se siente como un animal enjaulado, completamente fuera de lugar. De vez en cuando pregunta a sus compañeros alguna curiosidad sobre la corte, que le solventan con gusto.

 

Petición a Anat

Anat está claramente esquivando a todo aquel que sea persa, no puede evitar que su prejuicio salga a la luz, sus miradas, sus expresiones y sus puños apretados…no siente nada bueno por ellos, pero no quiere que una batalla campal pueda afectar a la celebración, lo echaría todo a perder…

Meir se dirige a Anat y percatándose de su tensión y con la excusa de entretenerla para que no le sea tan complicado, el Capadocio comienza a darle conversación, ya que tiene algo importante que pedirla:

–Enhorabuena por su victoria aquí en Tiro –Dice Meir.

–Gracias Meir –responde Anat– quería agradecerte también tu ayuda prestada con la cobertura de tu Torá Negra. Me está siendo de gran utilidad. Y por supuesto ayudo a tus sabios en lo que puedo, como acordamos.

–¿Conoces a algún Setita importante en Egipto? –pregunta Meir.

–Al más importante –responde Anat– Alara, el Matusalén Faraón de Faraones.

Meir cuenta a Anat su problema con Ushpa y que ha enviado a buscarle a Donna. También le da las últimas informaciones enviadas por su chiquilla por carta en sus dos recientes misivas.

La Brujah recuerda haber recibido la misiva de Meir, por medio de la red de la Torá Negra, donde éste la pedía apoyo para su chiquilla Donna en Egipto, pero no daba muchos más detalles. En vez de contestarla, Anat sabía que se verían hoy y prefirió hablarlo en persona.

–Parece que Ushpa ha acabado en una guarida de Serpientes –dice Meir– y estoy preocupado por él y por mi neonata Donna. ¿Podrías dar a mi chiquilla algún punto de referencia allí en Egipto?

–Supongo que podría pedir algún favor… –dice Anat pensativa– No es fácil mover ficha en los desiertos de las serpientes, pero puedo intentarlo, Alara me debe algún favor que otro, no por nada Egipto sigue estando libre de persas... Y puede que tú Meir, me tengas que devolver el favor antes de lo que piensas… quizás esta misma noche…

–Si lo puedes hacer… –dice Meir– te estaría eternamente agradecido. El nombre del Setita es: Adeben. Alara lo conocerá.

–¿Necesitas que te apoye ahora? –Pregunta Meir.

–De momento puedo salvar la situación. –Responde Anat– Sabrás cuando puedes devolverme el favor.

Meir agradece su apoyo a Anat y se pierde por la fiesta buscando hablar y contactar con sabios que pueda haber en la celebración. No parece haber ese perfil en la coronación pero el Capadocio no desiste en su cometido.

 

Ahirom, Regente de Cartago, Brujah

Nuevo Regente en Cartago

Ahinadab, el Nosferatu de Tiro les informa de las novedades sobre los Brujah cartagineses:

–Ahirom, Brujah de Cartago, hasta ahora lugarteniente del príncipe, ha sido nombrado Regente de Cartago. Su superior ha desaparecido en Egipto, durante un viaje diplomático, buscaba aliados contra los persas y sospechan que fue asesinado por los Assamita para que Setitas y Brujah no forjaran una alianza.

–El Regente de Cartago, al que llamaban “El Buscador”, su anterior mano derecha, viene para presentar sus respetos al nuevo príncipe de Tiro, acercar impresiones y darse a conocer, ya que los cambios de gobierno en Cartago  han sido recientes e inesperados.

El Regente Ahirom, se acerca al príncipe Mudji y se presenta a él. Se conocen de cuando Innominat era príncipe en Jerusalén. Sus relaciones con Jerusalén nunca han sido demasiado solventes. Sin embargo Mudji asegura que eso puede cambiar a partir de ahora…

–Nos podemos llevar bien. –Dice Mudji abriendo puertas a los Brujah de Cartago.

–Los Brujah Cartagineses tenemos una relación diplomática distante. –Responde el Regente Brujah Ahirom– Cartago es una antigua colonia Fenicia que ahora es una ciudad reino igual que Chipre y Tiro, ahora anexados por el rey Evágoras.

–Sí, los cartagineses humanos se han declarado enemigos de los persas, pero nosotros, los Brujah de Cartago, no queremos posicionarnos abiertamente contra los Assamita, no ayudaremos en eso. Anat va por libre, en ese asunto el clan no la secunda y por lo que se, en Grecia tampoco hay unanimidad sobre sus actos. –Dice Ahirom.

–Agradezca a Amal Faruk haber enviado a su neonato Arang, como pago por haber matado a mi hermano. –Dice Ahirom dirigiéndose a Dante que pasa por allí cerca.

El Ravnos se arrima al Brujah al escuchar su nombre. Mudji aún está allí con ellos.

–Vino a Cartago como una acción desesperada para conseguir a Noa. Un gran acto de valentía por su parte. Tiene huevos, no voy a negarlo. Por eso sigue vivo. Mejor vivo y trabajando para nosotros, que muerto y bueno para nadie. ¿No es verdad? –Dice el Regente de Cartago a ambos Vástagos de Jerusalén.

–Reciba las disculpas de mi Sire Amal, por no poder estar aquí ahora. –Responde Dante con una reverencia– ¿Cómo está Noa?

–Será ella quien te conteste… si quiere –dice crípticamente el Regente y deja la respuesta en el aire sonriendo con una picara mueca, como si supiera algo más…

Dante queda descolocado  y nervioso. Se le quitan las ganas de divertirse y piensa que su futura hermana Noa puede estar cerca y concentrado se despide de los presentes y comienza a buscarla entre la multitud.

 

Felicitaciones de Anat

Anat se acerca a la bella Nerea y la felicita, como neonata de Orión para que le transmita sus palabras cuando le vea y después Anat busca a Mudji y extiende las felicitaciones con las que ha otorgado dicha a la neonata Toreador:

–Acabo de recibir la grata notica de que los egipcios se alían con Esparta en su guerra contra Persia para defender Egipto.

–Sé que Orión ha movido hilos con Esparta para que esto suceda. Desconocía la faceta diplomática de Orión, pero ha sido todo un éxito. Esparta es una vieja enemiga de los persas que esperaba su momento, y este ha llegado. No solo por el futuro de Esparta y Grecia, si no por el fin de los persas. Si Esparta consigue la victoria junto a Egipto, conseguirá alianzas para proclamarse reyes de Grecia y poder y gloria para unificar todas las ciudades estado helenas bajo una misma bandera y el liderazgo de Esparta.

Pero Atenas no se lo va a poner fácil, he oído que hay mercenarios atenienses que están vendiéndose al persa, solamente para que Esparta no logre su objetivo. Todo esto es una mierda… hermanos luchando contra hermanos…

–Sea como fuere, dele mi enhorabuena a Orión, tiene alma de espartano, ligeramente dormida, pero como todos ellos tuvo la misma admirable formación de guerrero. Llegar a ser alguien tan anciano en Esparta es francamente difícil. Con su edad seguramente haya conseguido ser libre tras los 40 años obligados de formar parte del ejército. Después son liberados como ciudadanos y se convierten en maestros de los nuevos cachorros, los lobeznos, o en su caso quizás eligió otro camino…

–Ruego tenga una deferencia con él sobre su posición y acceda a otorgársela. Merece una recompensa. Quizás el momento sea cuando Egipto y Esparta rechacen el ataque persa. Por sugerir…

–He ascendido ya a Orión a la posición de Antiguo de Jerusalén. Ya lo ha conseguido –responde Mudji a una gratamente sorprendida Anat.

–¡Me alegro! –Dice Anat– no te has equivocado con él. Es un buen griego –Desde su lugar, Samas mira con mala cara a Anat cuando escucha que habla tan bien de Orión.

Queda claro que Anat comulga con el Toreador espartano, a quien apoya abiertamente ante Mudji y su corte.

 

Evágoras I, Rey de Chipre y Tiro,
Ghoul de Anat
Príncipe vampiro y rey humano

Dante le dice a Mudji quien de los presentes es el rey Evágoras. El Ravnos lo conoció cuando lucho a su lado en Chipre, por la liberación de los persas. Mudji se acerca al rey, sabe que es ghoul de Anat, se lo comunicaron Desdémona y Amal cuando regresaron de la guerra en Tiro.

–Soy Mudji príncipe de Jerusalén –dice el Assamita al rey– Felicidades. En poco tiempo has conseguido liberar Chipre y Tiro de la influencia persa.

–Gracias Mudji. –Responde Evágoras– lo hice con apenas un puñado de hombres valientes, cuatro decenas de ellos…

–No es difícil llegar a la cumbre –dice Mudji– lo difícil es mantenerse.

–Me mantendré mientras tenga mi puñal en la garganta de mis enemigos. –Dice Evágoras, agarrando la empuñadura de su puñal al cinto, en un tono extremadamente brabucón.

–Es importante estar bien armado –añade Mudji– pero también es importante contar con la sabiduría de un buen Senescal que te de buenos consejos. Yo lo tengo en mi gobierno nocturno.

–Un claro ejemplo de lo que hablas es el actual rey aqueménida. Ya han pasado 18 años desde que Artajerjes II, actual Rey de Reyes de Persia fue expulsado de Egipto, dejando de ser Faraón, solo le duró el cargo unos meses  hasta que Egipto fue liberado. Eso no me ocurrirá a mí, ¡te lo aseguro Mudji! –exclama el rey muy seguro de sí mismo.

–Por cierto –el rey se arrima al oído de Mudji y le susurra–  se dice que el rey persa Artajerjes II es un ghoul de los griegos atenienses. Los Brujah griegos han desmentido esta falacia y los Ventrue Fenicios la mantienen en que es veraz.  Es curioso en manos de quien puedes acabar…

–No sería la primera vez que la guerra hace extraños compañeros de alcoba –responde Mudji en voz alta.

–De hecho en la última expulsión de Egipto a los persas, hubo mercenarios griegos atenienses, que lucharon del bando  los persas contra los rebeldes egipcios. –Añade Evágoras.

 –¡Cuídate compañero! –dice Evágoras en un tono cercano que no agrada nada a Mudji. El Assamita piensa que hay algo en el rey no va como debería o a lo mejor simplemente es así de engreído…

 

Abraham,
Buscador de las Revelaciones Sagradas,
Matusalén Capadocio,
Sire de Meir
Política entre ancianos

Meir se desmarca de sus compañeros y se dirige donde se encuentra su Sire hablando con Elsh. Saluda a Oded que parece estar escuchando atentamente la conversación, observando cómo charlan los ancianos y mirando embobado a Nerea cuando pasa cerca de él.

–He oído por aquí que Orión, Toreador de Jerusalén, no ha venido a la coronación por cobardía… –dice Elsh.

–La verdad es que no lo sé… –responde Abraham– Bueno ya sabes lo que dicen de los cobardes: un cobarde sirve para dos guerras.

Y ambos ancianos ríen cómplicemente.

–Puede que no sea más que una apariencia ensayada y Orión no sea tan cobarde –añade Meir entrando en la conversación de los ancianos. Parece que sabe de lo que habla…

–Quizás vosotros estáis más enterados. Me interesa por la repercusión sobre el arte y la cultura podría tener… –divaga Elsh mientras piensa en alto– Este mismo año pasado Chipre, Tiro y varias ciudades fenicias de Asia menor fueron arrebatadas a los persas, se ha desatado una guerra entre Evágoras, rey de Chipre, aquí presente y Artajerjes II de Persia. ¿Qué hay de cierto en todo esto?

–Doy fe de ello. Efectivamente así ha sido –responde Meir.

–Me han dicho que Anat no participó en la liberación de Chipre. –Continua Elsh al ver que Meir está bien informado– Envió a tres chiquillos suyos que lo hicieron por ella. Uno de ellos tenía cuernos de carnero, otro la piel azul y una mujer Oráculo con un solo ojo en la frente. ¿Hay un Vástago con cuernos en la fiesta verdad?

–Anat si que estuvo y no eran sus chiquillos los que lucharon a su lado, ni tenían exactamente ese aspecto –Corrige Meir a Elsh sin saber si la nueva versión proviene de la confusa mente para la política de Elsh, o es un rumor infundado– La valiente Anat sangró junto a varios Vástagos de Jerusalén, aquí presentes. Desdémona, Dante y su Sire Amal, que no ha podido venir a la celebración.

–He escuchado por aquí que el rey Artajerjes II es ghoul de los Brujah atenienses… –Dice Meir para ver si Elsh sabe algo.

–No tengo ni idea la verdad… –Responde Elsh confuso.

–El que sí que es Ghoul de Anat es Evágoras, que ha llegado a dominar casi toda la isla de Chipre, así como la ciudad de Tiro y algunas otras ciudades fenicias. –Dice Abraham mirando a Meir que asiente ante las palabras de su Sire.

–Evágoras está aliado con Acoris, el faraón de Egipto y además contó con apoyo de varios enemigos de los persas en Chipre, Egipto y Fenicia. –Asegura Meir– Hay noticias de que los egipcios se alían con Esparta en su guerra contra Persia. Egipto se ha liberado ya tres veces del yugo de los persas.

Los ancianos escuchan atentamente al sabio chiquillo Capadocio.

 

El príncipe y la neonata

El príncipe Mudji se acerca en solitario hacia Nerea y el Espectro. La mujer le mira atentamente mientras bebe sensualmente Vitae en una copa de cristal pulido.

–Nerea. Espectro –Saluda fríamente Mudji.

El Espectro ni se inmuta y Nerea inclina ligeramente su cabeza mientras juguetea con su lengua dentro de la copa de cristal mirando con ojitos mimosos a Mudji.

–He oído que tu Sire ha conseguido una alianza de Esparta con el Faraón Acoris para defender Egipto –dice Mudji a Nerea– ¿Y crees que tu Sire aprobaría verte del brazo de alguien de la corte de Persépolis?

–Soy libre de agarrarme del brazo de quien quiera –dice Nerea provocativa– ¿o acaso hay alguna Tradición que lo prohíba? 

–No, no la hay. Pero si hay una que dice que los neonatos deben ser fieles a sus Sires y Antiguos… –explica Mudji– fieles a sus amos.

–Soy fiel a mi naturaleza y mi Sire Orión, me quiere como soy. Sabe perfectamente que soy la sal que le falta a él. Así que no creo que le extrañe nada de lo que haga, por mucho que rompa tradicionalismos, que no Tradiciones. Cada uno juega a la diplomacia como puede, o como sabe… –dice Nerea con tono suspicaz y lanzándole un beso al aire en dirección Mudji.

–No juzgo tus actos. –Responde Mudji– solo muestro extrañeza. Sois una curiosa pareja. No has venido con nosotros como tu Sire quería... Al menos ahora compartimos tu deliciosa compañía… y la del Espectro…

–Mudji… –dice Nerea con tono meloso con demasiadas confianzas– siempre tan adulador…

–Acabo de escuchar –dice Nerea cambando radicalmente de tema mientras observa con detenimiento la Vitae de su copa de cristal– que el Faraón Acoris solo bebe sangre de niños y que tiene una reserva de esclavos que le nutren de ella continuamente… ¿Sabes si es un Vástago?

–No que yo sepa… –responde escueta y misteriosamente Mudji.

–Sangre de Faraón… –Dice Nerea relamiéndose provocadora.

–También acabo de oír decir una frase que me ha gustado y aun pienso en su significado: “En la guerra entre Antiguos, los primeros en morir siempre son los Nosferatu” –Dice Nerea sacando el tema de los leprosos mientras mira al solitario Nahum, ahora cerca de Desdémona.

–Jamás despreciaría el poder de un Nosferatu –responde Mudji y ambos se despiden alejándose en dirección contraria.

 

Desdémona, Brujah Troyana
¿Dos Espectros?

En ese momento Desdémona reclama la atención de Mudji, que se acaba de despedir de Nerea y el dicharachero Espectro, que no ha movido ni un musculo durante toda la conversación entre Nerea y Mudji.

–Mudji… cuando fui a recoger a Nerea en Jerusalén y no apareció, su rastro llevó a Fafner al palacio del gobernador y allí estuve con el Espectro. Ella había partido hace unas noches y él parece estar con ella ahora, puede que vinieran juntos… entonces: ¿Cómo pudo el Espectro estar hablando conmigo y a su vez estaba de camino hacia esta coronación en compañía de Nerea? –reflexiona en voz alta la Brujah.

–¿Acaso hay dos Espectros? –pregunta Desdémona– Y si los hay… ¿cuál de los dos es el verdadero, este que está aquí o el que presumiblemente permanece ahora en Jerusalén?

La Brujah ha pedido a Meir que mire su aura y no ha sido capaz de ver nada fuera de lo normal.

–El que está aquí junto a Nerea es un Vástago y es el Espectro que conocemos… –dice la Brujah a un pensativo y silencioso Mudji– Nahum se ha ofrecido a seguirle ofuscado…

–Vamos a ver… –responde Mudji sin dar ningún paso en ninguna dirección y esperando a ver que depara la noche. Sigue esperando que se lie parda.

 

Nahum de Hinnom, Nosferatu

Secretos Nosferatu

–Saludos Compañero. –Dice Ahinadab, Nosferatu de Tiro, a Nahum, Nosferatu de Jerusalén.

–¿Ese es el Espectro? –pregunta Ahinadab a Nahum señalando discretamente con la cabeza al Espectro bien acompañado por Nerea.

–Así es. –responde Nahum.

–¿Qué te parece si hacemos un intercambio de información “sensible”? –pregunta Ahinadab– me gustaría saber más de él.

–¿Sobre qué?... –pregunta Nahum– puede que no tenga la información que buscas…

–¿Eres un Nosferatu que no dispone de información? –pregunta Ahinadab– ¿o más bien… no quieres compartirla?

Meir escucha como los Nosferatu discuten y no se acaban de entender. Parece que Nahum no se fía de Ahinadab y prefiere no meterse en líos ni intercambiar ninguna información con él. Nahum piensa que será él quien daba  regresar a Jerusalén con el Espectro y no quiere problemas con el siniestro Assamita.

El Senescal Capadocio no deja pasar la oportunidad de poder sacar información de un Nosferatu, además el puede jugar a su juego con sus armas, ya que dispone de más de un siglo de recopilar conocimientos y lidera una hermandad de sabios que otra cosa no, pero información tienen a raudales.

–Parece que Ahinadab quiere comenzar el juego Nosferatu de información por información. –Dice Meir.

–¿Puedo jugar yo? Puede que disponga de información importante… –pregunta Meir mientras Ahinadab sorprendido sonríe al cadavérico Capadocio. “Este santurrón de Meir…” piensa el Nosferatu de Tiro.

–Por qué no… –Responde Ahinadab dejando a Nahum en un segundo plano en el que el solitario Nosferatu se encuentra más cómodo.

–Empezaré yo –dice Meir Supongo que sabrás que los persas preparan una gran ofensiva contra Egipto y los Espartanos se acaban de aliar con Egipto para defenderlo de Persia… pues la alianza ha sido lograda por Orión, el Sire de la hermosa y peligrosa mujer que va del brazo del Espectro. Ambos vampiros miran a la pareja disimuladamente.

Ahinadab asiente satisfecho viendo que el Capadocio se desenvuelve bien en el trafico de información y cual Nosferatu sabe soltar anzuelo… pero no demasiado, si no, podría perder el cebo.

–Esta infamación te va a interesar bastante y será algo que seguramente revolucionará tu circulo querido Meir…–dice Ahinadab elevando el nivel de expectativa que Meir tiene sobre la información que espera– El Espectro es un asesino durmiente. Espera órdenes de Persia para matar al príncipe que quieran eliminar. Dicen que ha matado ya a tres príncipes, uno fenicio, una judía y otro Setita. No descartan que acabe con un Assamita para su colección…

La cabeza de Meir estalla por los aires… figuradamente por supuesto. El Capadocio no puede creer lo que oye y ansia el momento en el que poder compartir este “mandoble” con sus compañeros de Jerusalén, sobre todo con Mudji.

–Juegas fuerte… –dice Meir– ¿ves la mujer de la que te he hablado antes, la que va del brazo del Espectro? Se llama Nerea, es chiquilla de Orión y es tremendamente peligrosa… sospecho que tiene tratos con los Setitas. Aunque solamente es una suposición personal, no tengo pruebas.

–¿Hay Setitas en Jerusalén? No lo sabía –confiesa Ahinadab.

–Puede que haya. Están en todas partes. –se aventura a responder Meir.

–En Tiro no hay. –Asegura el Nosferatu.

–Eso es lo que crees ­–Meir siembra la duda misteriosamente.

–Hay un rumor que corre por este salón que no es del todo cierto. Habría que matizar… –dice Meir– Se dice que Anat no luchó en Chipre y que sus tres chiquillos lo hicieron por ella. Es falso, Anat si luchó y los tres chiquillos no fueron tales, si no valerosos Vástagos de Jerusalén.

El Nosferatu escucha atentamente al Capadocio hablar orgulloso de sus compañeros de corte.

–También he escuchado que Artajerjes II es ghoul de los griegos Atenienses –dice Meir– Atenas y Esparta siempre enfrentadas por la hegemonía griega. Hay sospechas de que los atenienses están aliados con los persas, ahora que se sabe que los espartanos lo están con Egipto. Y así continuarían la guerra, solo que quien la pierda puede perder toda Grecia y quien la gane…

–Se acercan tiempos duros. –“Suspira” Meir– El oro persa lo cubre todo y eso no puede ser bueno, alimenta la codicia entre los hombres y la codicia es un pecado capital…

–Eres sabio Meir, no por nada eres el fundador de la Torá Negra, la hermandad de sabios más conocida de Asia menor. –Alaga Ahinadab.

–Ya que has tocado antes el terreno de conjeturas e ideas personales… –dice el Nosferatu habiendo cogido cierta soltura en la conversación y estando ambos cómodos intercambiando secretos.

–Hace tiempo que tengo una idea rondándome por la cabeza. Tu eres alguien posicionado y ojala algún día llegue yo a tener tu poder en la corte vampírica… –confesa Ahinadab– Mi idea es la de ser príncipe de una ciudad secundaria, podría llamarse gobernador o sátrapa… me refiero a una ciudad o aldea menos poblada. Seguramente condicionado al príncipe de la Capital, pero sin tantos problemas, ni tanto cainita merodeando para conspirar y mucha más autonomía para hacer lo que uno considera. Si es cierto que también es más peligroso, siendo más sencillo organizar un ataque mortal contra un único vampiro en estas condiciones… ¿Qué os parece?

–Un príncipe secundario propuesto por el príncipe Principal. –Reflexiona Meir en voz alta Interesante. Si fueran vampiros de confianza a ciudades secundarias… La Capital podría estar más equilibrada en cuanto a población cainita. Incluso podrían difundir falsa información y falsos acuerdos que den lugar a un nuevo estilo de guerra… muy peligroso –divaga Meir extrañando al Nosferatu.

El Capadocio mira a Adón, el Ventrue de Tiro que habla con un grupo de cortesanos cercanos a Evágoras.

–¿El será el nuevo príncipe de Tiro? –Pregunta Meir refiriéndose al Ventrue comerciante compañero de confianza de Ahinadab.

–Ahora lo verás… –dice misteriosamente el Nosferatu mientras se aleja de Meir acercándose a Adón y le susurra algo al oído tras lo que el Ventrue se alza como un resorte mirando a Anat.

 

 

El Espectro, 
Guardián del gobernador,
Assamita

El secreto ardiente

Meir, no puede esperar ni un segundo, el secreto que acaba de descubrir sobre el Espectro le quema en la boca y debe soltarlo…

El Senescal de Jerusalén se apresura a acercarse a Mudji que está junto a Desdémona y en voz baja el Capadocio le susurra al oído algo mientras los músicos dejan de tocar, parece que algo va a suceder.

–El Espectro es un asesino durmiente. –Dice Meir preocupado al oído de Mudji– Si eso es cierto no se que hace exactamente aquí y a quien quiere asesinar… hay que mantenerle vigilado.

–Quizás venga a asesinar al nuevo príncipe de Tiro… –dice Meir.

–Pues ahí tiene a Anat –responde Mudji mirando a la Matusalén Brujah.

Desdémona, con su esplendido oído, ha escuchado el secreto que Meir ha compartido con Mudji. Y decide acercarse a ellos y entrar en la conversación, lo hace en susurros ya que todos en la fiesta están dejando de hablar.

–No hay por qué dejar que lo haga. –Dice Desdémona.

–Igual hay que decírselo a Anat –sugiere Meir.

–Yo no voy a hacerlo. Me da igual. Soy un mero espectador. –Dice Mudji muy tranquilo.

Meir informa de lo más relevante que ha conseguido de la productiva charla con Ahinadab. Quién diría que el Capadocio venía con prejuicios sobre el Nosferatu, por haber violentado la voluntad de Donna en el pasado, cuando trabajaba para Enki.

 

Hylia, Sacerdotisa de Artemisa,
Ghoul de Desdémona
La Advertencia

Llega el momento esperado. Los sirventés llenan las copas de todos los invitados y los músicos hace un rato que han dejado de tocar. La mayoría de las velas se apagan y se encienden unas antorchas en uno de los jardines interiores de palacio.

Cuando los cainitas están dirigiéndose al jardín guiados por los criados tirios, Desdémona aprovecha para acercarse a Anat, que se prepara para tomar la palabra.

–Anat, debo contarte algo importante. –le dice la Brujah troyana a su Matusalén de clan.

–¿Tiene que ser ahora? –dice Anat viendo lo inoportuno de la situación. –debo abdicar y coronar a un príncipe…

–No la interrumpiría si no fuera importante. –Susurra Desdémona a Anat– Vigila al Espectro. No sé si ha venido para matar a Mudji o al nuevo príncipe…

Anat piensa en las palabras de su compañera de clan y mira al Espectro, que está con Nerea impasible. Por si acaso lo tiene vigilado de reojo…

Desdémona ordena a su ghoul Hylia que salga de la fiesta y la espere en sus aposentos junto a las guerreras que ya estaban al margen. La Brujah no quiere que la pueda ocurrir nada malo en la celebración.

–Mi señora, ¿quién le hará de intérprete y le contará lo que sucede? –Pregunta Hylia preocupada, ya que es los ojos de Desdémona explicándole todo lo que sucede y guiándola donde quiere ir.

–Meir ¿puedes encargarte de hacerme de intérprete? –Dice la Brujah mientras es evidente el rigor de preocupación de su cara, junto a su mirada perdida.

–Sin problema –responde Meir acercándose a Desdémona.

Hylia besa la mano de Desdémona con sus cálidos labios humanos y la aconseja que se cuide para después marcharse con pena, por la orden de la Brujah. Fafner mira a su dueña entendiendo que algo ocurre y se levanta poniéndose en guardia y alerta.

Desdémona le indica a Meir que le describa en voz baja lo que va sucediendo y así el será sus ojos durante lo que queda de ceremonia.

Mudji cercano a los cainitas de su corte, se dirige al jardín con ellos y agarra la espada mientras prepara su sangre en secreto para un posible combate. Si sucede algo, no le pillará de sorpresa

 

Adón, Comerciante Ventrue

La coronación

Ya en el precioso y acondicionado jardín interior, en una silenciosa y discreta ceremonia a la que solamente asisten los cainitas, Anat se acerca lentamente hasta el próximo príncipe de Tiro y mientras este se arrodilla, la anciana vampiresa le coloca una liviana corona de oro y joyas a: Adón del clan Ventrue.

Nadie da crédito, ya que una Matusalén Brujah acaba de abdicar y coronar a un joven rival Ventrue, hasta ahora responsable únicamente del comercio en la ciudad de Tiro.

Es un giro inesperado de los acontecimientos que no tiene lógica alguna, por la histórica rivalidad entre sus clanes antagónicos en ideales. Pero sin duda, si en la Estirpe no existieran clanes, Adón sería un candidato perfectamente válido para ocupar el trono. Esto tiene pinta de que le va a costar caro a Anat.

El príncipe Adón, muy erguido, altivo y tranquilo, sonríe y recita su ensayado discurso de coronación:

–Como dijo nuestro fundador Ventrue a sus chiquillos en la Segunda Ciudad:

 

Gobernamos Enoch.

Gobernamos por derecho.

Somos cada gran hombre, cada magistrado.

¡Gloria a quienes luchan y ganan!

Mantened fuertes espadas siempre a vuestro lado

y agudos ojos a vuestra espalda.

No temáis al Sol,

no tengáis miedo del fuego.

Aunque estemos malditos,

somos los Señores de la Tierra

y todas las cosas caen bajo nuestro dominio.

 

Tras este discurso épico de Adón, hay algunos aplausos discretos y  muestras de apoyo y admiración. También, por supuesto, envidia y sorpresa.

Adón, el nuevo príncipe de Tiro, mira a Samas, Ventrue de Jerusalén, con gesto de superioridad y se gira hacia Anat asintiéndola mientras cierra momentáneamente los ojos. Ésta le responde con una forzada sonrisa. La Anciana Brujah asume pues, la posición superior del afortunado Ventrue que ha cedido voluntariamente.

 

Samas, Ancillae Babilonio, Ventrue
Ira Ventrue     

La cara de Samas es un poema. Él, que quería restregar a Adón su ascenso a Ancillae en Jerusalén…

El Ventrue se dirige raudo hacia Mudji y discretamente le pide:

–Me gustaría adquirir mi posición de una forma más intima, para no hacer el ridículo. –Dice Samas con rabia en sus palabras. A ser posible esta misma noche ante quien vos consideréis oportuno. Pero por favor le pido que no esté Adón. Mudji asiente serio.

Samas se dirige junto a Meir y Dante y les susurra:

–Evoco la alianza que tengo con vos, Meir y con tu Sire Amal, Dante, para que hagáis algo y mostréis vuestra indignación ya que Adón no se merece su cargo. –Dice Samas muy nervioso y enfadado– No tiene nada de posición y de pronto ¿una Brujah le nombra príncipe? ¿Solo a mi me chirria lo ocurrido aquí? ¡Es una evidente artimaña de Anat para usarlo como una marioneta! –dice el Ventrue indignado– ¡haced  algo si queréis conservar mi alianza!

Meir, tú tienes posición y puedes movilizar al príncipe de Jerusalén. ¡Pronunciaros contra esta farsa!

–Voy a decirte algo que igual te alegra la noche. –Responde Meir a un incrédulo Samas– Igual el Espectro asesina esta noche a tu rival.

–¿Igual? –dice Samas muy nervioso– Haced algo ahora –dice Mirando a Dante y a Meir.

Dante mira al Capadocio sin saber qué hacer, esto le supera, espera que el Senescal de Jerusalén sepa cómo salir de esta y Meir le responde:

–No puedo hacerlo. –Dice Meir al cada vez más indignado Samas– Podría deshonrar y perjudicar a Mudji y no voy a consentirlo.

–Entonces nuestra alianza acaba aquí y ahora. –Amenaza Samas al Capadocio.

–Lo siento Samas, no puedo hacerlo –Responde Meir dando la última palabra sobre el tema.

Samas mira  Dante, que este a su vez mira a Meir y el Ravnos asiente mientras señala al Capadocio, dando la razón a Meir, sin abrir la boca. Seguramente su Sire también acaba de perder un aliado, pero mejor eso que ganarse un enemigo. Y Dante suda sangre en su primera situación comprometida en la política vampírica.

El Ventrue se va de la ceremonia muy enfadado, despidiéndose únicamente de Mudji que antes de irse ante su insistencia le nombra Ancillae de Jerusalén de palabra, sin ceremonia alguna ni testigos directos. Samas aun no puede creerse lo que acaba de suceder.

Una cosa tiene clara, hoy mismo se cierra el grifo de oro persa que le hacía llegar un cofre periódicamente a Meir y esto afectará directamente a la ya tocada financiación del molino para hacer aceite de oliva.

Una cosa es clara, lo haya conseguido como lo haya conseguido, sin duda alguna, Adón va a pasar a la historia por esta ascensión en Tiro. El recién nombrado príncipe de Tiro eleva su copa de sangre y alzándola brinda:

–Por la ciudad isla, por la roca más valiosa… ¡por Tiro! –Muchos de los presentes repiten ¡por Tiro!

 

Disgusto cartaginés

La indignación de Ahirom, Regente Brujah de Cartago, también es evidente y le falta tiempo para “arrinconar” a Anat y pedirle explicaciones por este grandísimo error.

–Acabas de apuñalar a tu clan dando ventaja a los odiosos Ventrue. Sabes que usarán su poder para aplastarnos, una vez más. –Dice Ahirom muy enfadado tras retener con éxito su bestia interior.

–No tiene por qué ser así. –Responde Anat, resignada– Tus prejuicios no te dejan ver más allá. Todos tenemos cabida y los Ventrue pueden ser grandes gobernantes, sobre todo si no se esperaban el triunfo. Tiro será una aliada, a pesar de ser Ventrue. No temas Ahirom, el tiempo me dará la razón y tú lo verás…

Ahirom no es capaz de dejarla terminar de hablar y apretando los puños y reprimiendo la bestia, sale disparado de la fiesta seguido de su círculo de confianza.

 

Mudji, Príncipe de Jerusalén, Assamita

El discurso de Mudji

–Mudji, ahora es el momento de dar el discurso que hemos preparado. –Recuerda Meir a su príncipe, temiendo la reacción de los Brujah– lo único no menciones a Samas y su ascenso.

–Esto aun no ha acabado… –dice Mudji escéptico.

Nerea pide a Mudji el regalo para Adón y la Toreador, acercándose provocadora mientras sus caderas se contonean graciosamente, se dirige hacia el nuevo príncipe. Se arrodilla sumisa ante él y con cara de inocente, abre la caja donde descansa el cetro de oro, mandado a hacer por su Sire.

Adón agradece el regalo y cuando Nerea va a hablar Meir hace una seña a Mudji comience su discurso, truncando las palabras que Nerea quería decir a Adón.  

Sin dar tiempo a la Toreador a abrir sus fonos labios rojos, Mudji pide la palabra y se dirige a Adón:

 

“Mi enhorabuena al nuevo príncipe de Tiro.

Puedes contar con tus aliados de Jerusalén.

Desde el señor de la noche,

pasando por su Senescal,

hasta el primogénito Toreador.

Jerusalén recompensa a aquellos que la hacen grande.

Por el príncipe Adón de Tiro”

 

Cetro para el Príncipe de Tiro

Mudji eleva la copa a modo de brindis.

No ha sido nada del otro mundo, pero no deseaban hacer sombra a nadie, por eso Meir hizo algo modesto recordando que Jerusalén tiende la mano a los aliados. El Capadocio recuerda en este instante que el cetro es el símbolo del clan Ventrue, bien jugado por parte del ausente Orión.

Adón se lo agradece a Mudji dándole la mano y el Assamita recuerda que cuando lo confeccionaron, Orión aun no era antiguo y el Toreador ha sido el único con posición en Jerusalén que no ha sido nombrado en el discurso.

Nerea frustrada por no haber podido hablar y relegada a un segundo plano al dar Mudji el discurso, se agarra fuertemente al brazo del Espectro, su bestia lucha por salir, pero es capaz de contenerla apretando los puños y mordiéndose la lengua...

 

Oded, Primogénito Toreador

El cuadro de Oded

Meir aprovecha que no hay demasiada atención sobre el nuevo príncipe, para regalarle la pintura de la ciudad de Tiro, que ha dibujado Oded. Es una panorámica lejana de la ciudad isla. En los detalles, puede apreciarse la reciente liberación de la ciudad de los persas a manos del rey Evágoras, aquí presente.

Todo el cuadro tiene un estilo onírico e inexacto que le da un misterio muy especial. La verdadera razón de este estilo es que Oded ha pintado la ciudad de memoria, con lo cual puede haber lugares o inexactitudes que dándole esta visión no serán tan evidentes. La pintura es de una notable calidad, ha sido pintada por el Toreador con la sangre de criminales a los que por supuesto ha torturado, su pintura habitual.  

Adón lo observa detenidamente mientras lo sostiene con ambas manos para que el rollo de papel no regresa a su ser y se enrosque solo. Parece gustarle mucho, agradece a Meir el detalle del Primogénito Toreador de Jerusalén.

Tras la coronación de Adón, El nuevo príncipe nombra su consejero y mano derecha a Ahinadab, el Nosferatu de Tiro. Que lo agradece con una reverencia y recibe la enhorabuena de los presentes.  

Meir, se disculpa un instante con Desdémona, dejándola con compañía y se acerca al Nosferatu recién ascendido. Le felicita y aprovecha para ofrecerle estar en contacto, así podrían seguir intercambiando información, cada uno desde su ciudad. Ahinadab le contesta que ya lo irán viendo.

 

Nerea, Neonata Toreador,
Chiquilla de Orión

La provocadora Nerea

El Sacerdote Capadocio, ahora solo, se dirige después a la vera de Nerea:

–No vuelvas a intentar dejar mal a nuestro príncipe –recrimina Meir a Nerea– tu intento de sacar provecho de la situación al intentar entablar conversación con el recién nombrado príncipe, justo cuando le has regalado el cetro en nombre de Jerusalén, ha sido un feo detalle, que cómo ves he truncado rápidamente.

–No sabias lo que iba a decirle, ¡cadáver santurrón! –Dice Nerea despreciando al Capadocio– Solamente iba a felicitarle y no me has dejado… –Y tras decir esto ignora al Capadocio mirando hacia otro lugar, mientras a su lado el Espectro permanece quieto y callado como una estatua de mármol.

Tras la advertencia del Senescal Meir, vuelve con Desdémona y continua describiéndole lo que ocurre.  

 

Mapa de Chipre
Rey Ghoul

Tiro ha sido liberada por el rey de Chipre, Evágoras de Salamina, con ayuda del Faraón Acoris. Ahora Evágoras se ha proclamado rey de Tiro, anexándolo a su reino de Chipre.

Anat, Domitora del rey de Chipre, acompaña al rey hasta Adón y como muestra de buena relación le pide discretamente sangre al Ventrue, que se la da en una copa de plata. Anat  le la da a beber la Vitae de Adón a Evágoras, brindando con él mientras la Brujah le mira a los ojos.

Lo que acaba de ocurrir, a ojos de los cainitas, es que Anat ha “cedido” al rey de Chipre como ghoul, al nuevo príncipe Adón. Este es su regalo dando al Ventrue poder sobre la luz del día de dos reinos, Chipre y Fenicia. Una decisión peligrosa, ya que otorga un poder descomunal al clan rival de los Brujah: Los Ventrue.

Adón “pasea” a Evágoras por la fiesta, como quien enseña un cachorro que le acaban de regalar. El rey, luciendo su túnica roja de la mejor calidad y su corona de oro puro, vinculado con sangre una vez a Adón, siente simpatía por el estiloso comerciante, que ahora es un aliado cercano,  en la corte de la noche.

Evágoras era antes ghoul de Anat, así que mantiene un vinculo mayor con la Brujah, de la que sigue enamorado hasta su alma, daría su vida por ella, al menos hasta que la sangre de la Matusalén se diluya y sea sustituida por el vinculo de sangre de Adón. Esta estrategia es una buena forma de Anat para protegerse de posibles intrigas que conciernan a su, ahora, antiguo ghoul Evágoras.

 

Dos Brujah

Desdémona pide a Meir que la lleve donde Anat. El Capadocio lo hace dejando a las dos mujeres solas, para después hacer compañía a Nahum.

–¿Es el más indicado para ser príncipe? –pregunta Desdémona a su Matusalén mientras ésta observa contenta a Adón.

–Ahora mismo. Lo es. –Responde Anat.

–Me siento orgullosa de sus valientes decisiones. Sin importarle lo que los demás piensen…  confiesa la joven Brujah troyana.

Repentinamente Anat abraza a Desdémona, que no se esperaba esta cercana reacción. Parece que la Matusalén tiene las emociones a flor de piel deseosas de salir a la superficie.

–Rebeldes incluso para los rebeldes –dice riéndose Anat mientras mantiene un poco más el largo abrazo con Desdémona.

 

Mapa de Fenicia

De príncipe a príncipe

Al llegar a Mudji, el recién nombrado príncipe de Tiro Adón, ordena a su corte que le dejen a solas con el príncipe Assamita de Jerusalén.

–Enhorabuena –felicita escuetamente Mudji.

–Gracias Mudji –responde Adón mientras brinda con el príncipe de Jerusalén y ambos miran al rey Evágoras, ahora ghoul de Adón.

–El Faraón de Egipto Acoris, es ghoul de Alara y ahora Evágoras es ghoul mío…

Debo agradecerle la ayuda prestada a Evágoras para liberar Chipre y Fenicia. Los cainitas de Yehud hicieron su parte durante aquellas noches –Dice Adón mirando a Desdémona y a Dante, que está ahora con Meir hablando de lo ocurrido con Samas.

–El gobernador Bagohi, de ascendencia judía, –continua Adón– ha reinando Jerusalén durante más de dos décadas, bajo la fría sombra de Alamut. Supongo que será ghoul suyo ¿verdad? 

–No lo es. –Responde Mudji sorprendiendo al príncipe de Tiro– Os dejáis cegar por el brillo de los frágiles mortales. Los imperios vienen y van pero mi dominio, Jerusalén… ¡es eterno! Los mortales pueden ser útiles, pero también pueden ser una peligrosa debilidad.

–Le sugiero que se lo replantee, príncipe Mudji –dice Adón– No vaya a ser que alguien se adelante y utilice ese “brillo cegador” para intereses opuestos a los suyos…

–Gracias por el presente –dice Adón elevando el cetro y admirando su maestría y llama con un gesto al rey Evágoras, que acompañado de bellas tirias come y bebe insaciable. El ostentoso rey acompaña a Adón continuando la ronda de agradecimientos enseñando a su nueva mascota.

 

Anat, Diosa egipcia de la guerra,
la fertilidad, las montañas,
y los manantiales
La infame Anat

Anat ha decidido abdicar para coronar a un miembro de un clan infame entre los Brujah. Anat ha puesto en el trono nada menos que a un Ventrue.

La rivalidad entre ambos clanes por la disparidad de sus ideales los ha puesto a ambos, en múltiples ocasiones, en situaciones difíciles. Alguna vez ha llegado la sangre al rio y consensuado por ambos clanes han decidido no interactuar, ya que es la única forma de no acabar sumidos en una guerra sin precedentes.

Esta tregua no escrita, acaba de ser rota por Anat, pero no con una muestra de violencia entre ambos clanes, cómo se esperaba, si no por un símbolo del idealismo y la rebelión del clan Brujah, uno dentro del seno de su propio clan, destruyendo la reputación de Anat y dando poder a los Ventrue, que sin duda aprovecharán a la menor oportunidad para hacer daño a sus odiados vecinos griegos, los Brujah.

Anat confiesa a los Vástagos de Jerusalén, no haber elegido con el corazón, si no haberlo hecho con la cabeza, ya que Adón el fenicio, es la mejor opción para que Tiro prospere y la dejen espacio para otros menesteres más urgentes que ahora se antojan más importantes que el propio clan.

Ahora podrá tener la tranquilidad de ser libre en Tiro para llevar a cabo sus planes, mientras tiene como aliado al Ventrue al que ha ayudado a formar parte de la historia.

El ascenso de Adón le dará un prestigio notable entre los de su propio clan, y esto es un regalo que Anat va a aprovechar para que el comerciante lejos de molestarla y la ayude y proteja mientras esté en Tiro, ahora sin tener que preocuparse algo tan tedioso como el gobierno de una ciudad.

–Seréis testigos de mi importante cometido… es más seriéis protagonistas de la función. –Dice Anat orgullosa mientras mira a los Vástagos de Jerusalén.

 

Noa, Ghoul del Regente de Cartago
La sombra de Noa

Nahum, se percata de que una bella y siniestra mujer que permanece en un segundo plano, sin querer molestar a Dante, lo vigila bajo una capucha, desde un rincón.

Cuando Nahum se lo dice, Meir reconoce a la valiosa ghoul de Ahirom, Regente de Cartago. Se llama Noa, y hace años fue elegida por Amal Faruk para ser su futura chiquilla, por muy extraño que parezca. Con la dificultad añadida de que ella pertenece a la corte Brujah de Cartago y no es tan fácil salir de ella sin pagar un alto precio.

Nahum consulta con Meir y decide ir donde la mujer, que continua escondida espiando al Ravnos. El Nosferatu se ofusca y dejando de ser visible para la mentes de casi todos los presentes, se dirige hacia la mujer y la sorprende:

 –¿Qué estás haciendo? –pregunta Nahum apareciendo ante la ghoul.

–Soy una invitada… vengo con el Regente de Cartago –dice Noa nerviosa.

 –¿Quieres hablar con Dante? –pregunta el Nosferatu directamente.

–Me gustaría saludarle… –responde Noa.

–Acompáñame –dice Nahum a la ghoul Brujah.

La mujer acompaña al leproso junto al grupo de Vástagos de Jerusalén que permanece unido, como un grupo de guerreros se dispone en un campo de batalla, solo que aquí las flechas son las palabras.

Solamente Meir la reconoce y la saluda amablemente por su nombre.

–Así que tu eres la famosa Noa… –exclama Mudji.

Cuando Dante se percata de ella, con gran regocijo se acerca como una polilla a una llama.

–¡Hermana Noa! Soy Dante, hijo de Faruk. ¡Por Cob que Faruk me ha hablado de ti! A veces pienso que habla más de ti que aun no eres su chiquilla que de mí que ya lo soy… –dice Dante en tono jocoso.

–Estoy deseando que seas liberada como Ghoul de Ahirom y al fin poder ser una de los hijos de Faruk, como predijeron las visiones de Oráculo de Faruk. –Dice Dante exultante.  

–¿Qué le ha pasado al príncipe de Cartago? –pregunta Mudji a Noa.

–Ha desaparecido en un viaje diplomático a Egipto –responde Noa– Arang, chiquillo de Faruk, hermano de Dante, ahora mismo se encuentra allí, investigando su perdida.

–Me alegro mucho de que Ahirom, el Regente de Cartago, no matara a Arang nada más verlo aparecer por la ciudad. –Explica Noa– Al fin y al cabo fue Arang, aun siendo humano, el que asesinó al hermano de Ahirom. Y por lo que sé, quería venganza por encima de todo.

–Pero ahora que Arang es un cainita, a pesar de ser Caitiff, adoptado por un Ravnos expulsado de su clan –dice Noa– Ahirom le ha dado una nueva oportunidad para que se redima. Les hizo mucha gracia que Arang se personificara, sin paños calientes, ante el Regente y le pidiera disculpas por haber matado a su hermano en el pasado. Podía haber muerto ahí mismo, pero creo que el valor que demostró no fue confundido con una extrema estupidez y le dio la vuelta a la tortilla.

–Eso ocurre con los Brujah… ¡que todo es posible! –Continúa Noa– Una noche estas discutiendo sobre la injusticia social del esclavismo y la noche siguiente estas enzarzada a puñetazos contra un compañero, por alguna ofensa trivial.

–Lo que me sabe mal, es que ahora Arang es esclavo de los Brujah de Cartago. Aun así, soporta estoicamente los trabajos que le mandan. Cazas de sangre, persecuciones de criminales y enemigos de Cartago, rastreos y vigilancias de reinos rivales. Trabajos para el Caitiff adoptado, les gusta decir…

Ahirom lo tiene en cierta estima, cuando yo no estoy delante lo llama “hermano de Noa”. Eso es bueno, ¿verdad Dante? –Dice Noa con gran palabrería. Es evidente que la ghoul es una gran oradora, no por nada es ghoul asistente del actual Regente.

–Debo confesarte algo Noa… –dice Dante con un tono más serio– Arang y yo no nos llevamos muy bien. Somos la noche y el día. Arang es un estúpido, engreído y amargado… si Faruk no hubiera estado con nosotros… ¡le hubiera aplastado su estirada cara contra el suelo en más de una ocasión! A mi parecer debería quedarse con los Brujah y venir tú con nosotros… –dice Dante mientras le guiña un ojo– ¡es evidente que saldríamos ganando!

Noa se lo toma a broma pero pronto se pone muy seria. Esta sería una conversación para tener quizás en un ambiente más intimo, pero tanto Noa como Dante están muy emocionados intercambiando palabras, ahora mismo es como si estuvieran en una burbuja y no hubiera nadie a su alrededor. Aun así no se preocupan de que se les escuche y los compañeros de Jerusalén, que han venido con Dante, escuchan su conversación atentamente, sobre todo Mudji y Meir. Nahum y Desdémona permanecen atentos a cualquier posible cambio de “clima” en la celebración, mientras los músicos, malabaristas y bailarinas vuelven a actuar magistralmente para todos los presentes.

–No veo claro el momento en el que seré liberada. –Confiesa triste Noa– Mi lugar está tan delimitado en Cartago, que veo complicado irme sin que el Regente no fuera perjudicado. Antes era la ghoul de un lugarteniente, pero ahora… ¡soy la mano derecha de un Regente!... nada menos. En términos de cainitas digamos que: mi valor ha aumentado. 

–Es un pesado dilema… –Confiesa Noa muy triste– temo que al final la corte Brujah me absorba y no me permita cumplir mi destino como Hija de Faruk. Quizás mi sino es ser una Brujah. Es lo que todos los signos indican…

–¡Quizás esta sea la solución! –dice con energía– Ganarme el abrazo de los Brujah, ser liberada, y así poder reunirme por fin contigo Dante y con mi padre adoptivo, como hija de Faruk.

–Quizás el espíritu guía de Cob desea que las sangres de los Hijos de Faruk sean diferentes. Arang es Caitiff, tu Dante eres Ravnos… a lo mejor esté tejiendo esa senda… ¿no crees? –dice Noa ilusionada como una niña– Veo más probable esa opción, que la de que Arang y yo seamos libres para viajar juntos a Jerusalén…

–Ser una Brujah no es el peor de los destinos… –dice Mudji dando un paso hacia Noa y entrando así en la conversación entre la ghoul y el Ravnos– al contrario. –Mudji señala a Desdémona como ejemplo a seguir– Valóralo, cómo dices quizás sea la mejor forma de reunirte con Amal Faruk.

–Me gustaría que me facilitaras un encuentro con tu Regente –pide Mudji a Noa.

 –Ahora mismo no se lo aconsejo –dice Noa– digamos que tras los acontecimientos de esta noche, su bestia estará a flor de piel y puede ser peligroso.

–No tiene por qué ser ahora –aclara Mudji.

–Haré todo lo posible para facilitarle un encuentro lo antes posible, príncipe Mudji. –dice Noa con mucha diplomacia.

–Te he oído que Arang está en Egipto… –dice Meir a Noa– mi chiquilla Donna se encuentra también en Egipto. Es curioso, ambos son hermanos de Sangre Caitiff, separados por el destino y ahora reunidos en un reino lejano y peligroso… las sendas de Yahvé son impredecibles.

Meir recuerda a su chiquilla Donna y vuelve a preocuparse por ella. El Capadocio se disculpa de nuevo y busca en la fiesta a Anat. Cuando la encuentra le recuerda la importancia de que vele por su chiquilla en Egipto. Y le da la nueva información de que su hermano Arang está también allí buscando al desaparecido príncipe de Cartago.

Anat agradece la nueva información y le promete hacer algo en cuanto termine la coronación.

 

Aššur-nasir-pal II Matusalén Asirio,
Assamita
Assur entra en el juego

Alguien irrumpe en la celebración. Por un momento todas las miradas se vuelven hacia él. Su apariencia podría ser la de un Dios de la antigüedad, caminando entre humanos y cainitas.

Sus ropajes son de la mejor calidad y de un estilo claramente de otra era. Porta una corona de oro macizo, hecha claramente a medida. Lleva muñequeras de cuero con imágenes del Dios Mitra iluminando. Con su brazo derecho abraza contra su cuerpo, una tablilla de piedra con caracteres sumerios grabados en ella. La porta como quien muestra orgulloso los logros de la cuna de la civilización. Su barba muy larga y cuidada, podría ser persa, pero todo indica a que nos encontramos ante un viejo rey asirio, y por su porte podría ser un anciano o un Matusalén, quizás ambas cosas.

Sin duda está fuera de su época, pero con su presencia física y su aura de poder, nadie es capaz de decírselo sin esperar la muerte definitiva a continuación.

A su lado, todos los presentes parecen más pequeños, solamente hay alguien a la atura de su imponente presencia y esa es Anat, que deja de hacer lo que está haciendo para acercarse al recién llegado. Con toda la calma del mundo, Anat le sirve una copa de sangre para después servirse otra ella.

La Brujah eleva su copa y ambos brindan mirándose a los ojos. Hay tal tensión en el aire que podría cortarse con una daga. Ambos parecen gigantes en un mundo de hormigas, ya están acostumbrados.

Todo vuelve, más o menos, a la normalidad, y ahora hay otro tema de susurros en todos los círculos de conversaciones: el asirio recién llegado. Entre los humanos comentan que será un excéntrico noble al que se ha ido la cabeza, sin tener explicación para su imponente presencia. En los círculos de cainitas las palabras que se escuchan son diferentes: Assamita, sorpresa, ¿enemigos?, miedo, Matusalén, ¿No murió?... 

El recién llegado se presenta ante el príncipe Adón como Assur Nasir, Matusalén Assamita asirio. A su lado derecho Bicor, embajador de Alamut, viste de forma discreta y tapa su agrietado semblante con un kufiyya (pañuelo árabe) oscuro. Poco después al lado izquierdo de Assur, se sitúa el Espectro. Los tres Assamita caminan juntos encabezados por el Matusalén, haciendo de ellos un grupo tan inquietante cómo mortal.

–¿Quién es este Matusalén? –se escucha como pregunta el príncipe Adón a Ahinadab, su espía Nosferatu, recientemente nombrado Senescal.

–No lo sé. –Responde Ahinadab– Al parecer ha venido con el Embajador Bicor, que si estaba invitado... pero a este Matusalén nadie lo esperaba… Los ancianos no suelen a anunciar su llegada… por su seguridad o por la de los demás…

Los tres Assamita se dirigen a Mudji y Assur se planta frente a él. El príncipe de Jerusalén lo saluda mostrando respeto hacia su anciano.

–Mudji, somos del mismo clan –dice Assur con un acento indeterminado– Tú no sabes de mi, pero yo conozco a tu viejo mentor Innominat. Sé que fuiste su discípulo  cuando gobernaba en Yehud.

–Me siento honrado en presencia de un Matusalén de mi clan. –Dice Mudji bajando la cabeza como muestra de respeto.

–Te preguntarás ¿Qué hago aquí? –dice Assur Me he despertado por qué Alara, mi viejo enemigo Setita, ha sido visto caminando entre el rebaño. Mi entorno tenía orden de que si la serpiente volvía a arrastrarse entre los vivos, me hicieran despertar. Y así ha sido… tras siglos de letargo…

Tanta sinceridad abruma a Mudji, no es algo habitual en estos días y le extraña también que el Matusalén se tome tanta naturalidad y confianza con él. Mudji se inquieta sobremanera:

–Mi deseo es aliarme contigo Mudji y debo advertirte del venenoso Alara, puesto que anda tentando a los Brujah griegos, y tu navegas esos afluentes… Veamos lo fácil que me lo pones…

–Ahí tenemos una chiquilla que seguramente tenga contactos con Alara –Mudji mira a Nerea que se encuentra tras el Espectro a unos pasos. Assur la mira y el desprecio aparece en su cara al ver a una mujer en el posible papel de peón de guerra. Assur ignora a Nerea y vuelve a dirigirse a Mudji:

–Anat fue aclamada en el pasado como diosa en Egipto. Anat, Diosa egipcia de la guerra, la fertilidad, las montañas, y los manantiales… –Dice Assur mientras mira a la Matusalén que no le quita ojo– Le gustaba ser una deidad del Reino del Nilo… debe ser algo difícil de olvidar. Incluso cuando fue la amante de Enki, Dios de la sabiduría y la magia, Señor del agua subterránea.

–Ahora se ha aliado con Alara, mi viejo enemigo y ambos serán aplastados, al igual que todo el que ose estar a su vera. –Assur eleva su brazo izquierdo cerrando fuertemente el puño en el aire. Con el brazo derecho sigue sosteniendo la tablilla, que de cerca inquieta mucho más ¿Qué será exactamente?

–Mudji. Te pido el apoyo para que los Assamita cojan las riendas del imperio persa y reconquisten Egipto, dando su merecido a las Serpientes traicioneras. Cómo sabrás Persia se prepara una gran ofensiva para recuperar las dunas de las Serpientes.

Mientras los Assamita conversan con Mudji, Dante, disimuladamente, coge del brazo a Nerea, ligeramente desplazada por la escena tan tensa, y el Ravnos se la lleva discretamente, muy sigiloso. Dante saca a la Toreador de la fiesta. El Espectro está tan centrado en el encuentro entre Assamita, que no parece percatarse de su ausencia, o no le importa en absoluto, es difícil deducirlo de una armadura inexpresiva e inmóvil.

Los tres Assamita se apartan de Mudji y los suyos y comienzan a hablar en sumerio. Meir pone el odio y al ser versado en viejas lenguas de la zona puede reconocer algunas palabras: “Va a ser aquí, esta noche”

 

Fafner, Ghoul de Desdémona

Jerosolimitanos inquietos

El Capadocio preocupado dice a Mudji y a sus compañeros lo que ha podido traducir de sus palabras y parece que Bicor y Assur discuten sobre algo. Los jerosolimitanos (habitantes de Jerusalén) están inquietos y discuten en voz baja sobre la dirección a tomar:

–¿Qué vamos a hacer mi señor? –pregunta Meir– he oído que se prepara un gran ataque sobre Egipto desde Persia. Quizás Assur tenga algo que ver.

–Orión es aliado de Alara. –Dice Mudji– y yo no apoyaría a Persia por Egipto.

–Jerusalén y Persia, y tú y los Assamita. –Dice Meir– estas son los dos problemas que tenemos encima de la mesa.

–No tenemos nada que ver en esa guerra –dice Mudji.

–¿Ahora no tenemos nada que ver? –pregunta Desdémona confundida– no lo entiendo.

–Es una guerra humana –responde Mudji.

Desdémona pide a Meir que la lleve donde Anat. El Capadocio lo hace y se acerca después donde se encuentra su Sire, que sigue hablando entretenidamente con Elsh.

Desdémona invoca en su mano una fantástica lanza forjada en acero rojo que aparece en un abrir y cerrar de ojos. Es una reliquia, la lanza de Artemisa, un bello arma que parece hecha por Dioses del Olimpo. La Brujah la sujeta fuertemente por si hubiera que utilizarla. Mientras Anat permanece en silencio y su fiel Fafner, siempre a su lado, está alerta y orientando orejas hacia cualquier ruido cercano.

–Vengo para alertarles… –advierte Meir a Abraham y compañía– puede que se caldee el ambiente –dice mientras señala con la cabeza a los Assamita recién llegados.

Se quedan solos Mudji y Nahum y el Assamita se dirige al Nosferatu:

–Nahum, todas las noches pueden ser tu última noche… pero igual es divertido.

–La nuestra o la de ellos –dice Nahum.

–Si mueres, hazlo con estilo. –Aconseja Mudji.

–Estilo Nosferatu –apuntilla Nahum.

 

Bicor, Embajador persa de Alamut,
Assamita
La última oportunidad

Bicor ha hablado largo y tendido con Assur y se dirige con paso decidido hacia Mudji. Esta vez el embajador de Alamut es el que lleva la voz cantante.

–Dado que tienes alianzas en Alamut, sigues con vida. –Advierte Bicor– el Nido de Águilas te pone a prueba por última vez Mudji.

–Vas dos ofensas graves a Alamut: La primera fue la de invadir el círculo del gobernador, a pesar de haber sido alertado por el Espectro, aquí presente, de que Persia había prohibido acercarse a nadie de su entorno, a excepción del propio guardián: El Espectro, a quien Persia ha otorgado su protección,  desde que Bagohi gobierna. 

–La segunda fue la de permitir viajar a cainitas de tu corte a luchar junto a Evágoras contra el imperio Persa, conocidamente bajo la protección Assamita. Y en caso de que no hubieras tenido control real sobre sus acciones, sí lo tenías sobre las repercusiones de las mismas, pudiendo declarar una Caza de Sangre sobre los infractores, como se te aconsejó desde Alamut. Pudiendo haberlos incluso desterrado sin daño alguno, si es que algún vínculo afectivo os atase a ellos.

–Has enviado un mensaje claro a Alamut, una y otra vez: muerdes la mano que te da de comer.

–Tendrás que demostrar tu lealtad o esta será tu tercera y última ofensa a Alamut y al clan.

–Si tú no eres capaz de tomar medidas, Alamut lo hace por ti. Reúne a los Vástagos de tu ciudad en esa estancia –Bicor señala una puerta aledaña al salón de la coronación, situada en el ala oeste del palacio real.

Mudji reúne a Nahum, Desdémona y Meir. No encuentra a Dante ni a Oded, así que lo deja estar.

Sin darles explicaciones Mudji les ordena que le sigan. Los cuatro  Vástagos se encaminan en silencio hacia la puerta, ahora abierta por la que entran los tres Assamita.

–¿Me preparo para golpear primero? –susurra Desdémona al oído de Mudji.

–No golpearemos primero. –Deja bien claro Mudji– pero nos defenderemos si ellos lo hacen.

–Puede que no nos dé tiempo a defendernos y muramos primero… –apunta la Brujah.

–De algo hay que morir –dice sarcásticamente Mudji mientras sonríe y entra a la estancia donde están ya los tres Assamita.

 

Dante, Chiquillo de Amal,
Neonato Ravnos
La caza de Sangre

Cuando todos ellos están ya en el lugar acordado, un salón de tapices pertrechado con tapices de todo tipo y tamaño.

El Espectro cierra la puerta y se queda haciendo guardia en la misma por dentro, observando lo que sucede desde la retaguardia.

Assur en un segundo plano junto a Bicor y ante ellos Mudji y poco más atrás sus tres Vástagos de confianza.

–Es muy duro condenar a hijos míos al castigo. –Recita Bicor con una potente voz– Siempre estaré atado a mis mayores y a mis chiquillos. Aun así arrancaré las malas hierbas de mi jardín y podaré mi oscuro árbol. Destruyendo a los peores de todos vosotros tal y como mi padre Haquim me enseñó.

Meir sabe que estas palabras provienen de un famoso extracto del libro de Nod. Concretamente de un capitulo llamado la Crónica de las Sombras. Suelen emplearla los príncipes para declarar Cazas de Sangre. Muchos Ventrue deben aprendérsela de memoria para cuando deban emplearla.

La Crónica de las Sombras es una compilación de trozos y fragmentos que configuran una incompleta crónica sobre los mandamientos de Caín, las primeras palabras de algunos Fundadores Primogénitos de clan y estudios de la época de cómo veían las diferentes especies del Mundo de Tinieblas. Entre otras muchas cosas.

–Ya que la arrogancia de Mudji no ha tenido la clemencia que nosotros si tuvimos inicialmente, ya que dejamos la decisión de su juicio, en sus manos: Por el poder que me ha otorgado Haquim, declaro Caza de Sangre en todas las satrapías del imperio persa del Rey de Reyes, a Amal y a su chiquillo Dante del clan Ravnos y a Desdémona del clan Brujah.

–Tiro, lamentablemente ya no pertenece a Persia, así que mientras estéis aquí gozareis de vuestra libertad. Pero en cuanto piséis una satrapía persa, cualquier Vástago podrá luchar a muerte por vuestra sangre y será legítimo.

El Espectro le susurra algo a Bicor. Meir lo escucha con su Auspex: “Dante no lo ha liberado aun. Es responsabilidad de Amal” y Bicor continua:

–Para demostrar la clemencia de la que os hablaba, hago una corrección y eximo de la Cacería de Sangre al neonato llamado Dante, ya que a pesar de su libertinaje aun no ha sido liberado.

Assur que ha permanecido en un segundo plano igual que el Espectro, se acerca y le dice a Mudji:

–Debes elegir regresar al clan, aun estás a tiempo. Tras tus dos ofensas: Romper el círculo de influencia del gobernador Bagohi, a pesar de ser alertado de ello, y permitir a vástagos de tu corte ayudar a liberar Chipre y Tiro sin impartir un castigo a la atura a dichos traidores…

–Esta es la última oportunidad que te da Alamut. Si no la acatas serás desterrado del clan y no serás protegido por nadie y si repudiado por todos: serás un Caitiff. –Assur dice varias palabras ininteligibles en asirio.

–Tienes contactos en Alamut, que hasta ahora no han permitido tu ejecución directa, por dos veces. Pero la tercera será la última a pesar de que chupes el falo a Innominat y a todo su entorno de cobardes. No te vas a librar Mudji…

–Si un desterrado del clan decide tomarse la justicia por su mano... no sería raro ni mal visto por la mayoría del clan, acabar con su sufrimiento. Es más seria clemencia, ejecutada gustosamente por cualquier hijo de Haquim.

–Esta es tu última oportunidad: toma partido en la reconquista del Reino de Chipre usurpado por Evágoras. Lo tienes fácil, haz un llamamiento igual que el que hizo la prostituta de Anat, ahí presente –Assur mira la puerta por la que han entrado y menos mal que Anat no está escuchando estas ofensas, si no la coronación se teñiría ahora mismo de sangre y las bestias harían su aparición estelar.

–Llama a los Vástagos de tu ciudad que deseen luchar por sus benefactores del clan Assamita. Esto lavará su imagen, igual que la de los traidores a los que se les ha impuesto la Cacería de Sangre. –Assur mira a Desdémona y continua– ambos podrán limpiar su macula si ayudan a la corte aqueménida de Artajerjes II a retomar el Reino de Chipre.

–No contestes ahora, se que la sangre te hierve. Piénsalo con calma, deja reposar tu bestia, se aconsejado por tu sabio Senescal el señor de la “combustible” Torá Negra. Hazlo pensando en las repercusiones de tu decisión y no cometas el error de neonato de descubrir tu jugada aquí y ahora.

–Si llegado el momento, ayudas a recuperar Chipre, será una muestra de que vuelves a la senda que tu familia, tu clan, los hijos de Haquim. Senda que el propio Haquim ha marcado, te guste o no. Las aguas volverán a su cauce y yo podré volver a dormir después de dar su merecido a la serpiente traicionera…

–Si por otra parte, decides que tu orgullo es un presente suficiente para pagar a la muerte… estarás solo en Jerusalén. Con aquellos lunáticos que deseen estar a tu lado mientras el barco se hunde durante la tormenta. Y ya no habrá salvación para ti Mudji, dejarás de ser un Assamita y tendrás a tus espaldas algo que ni tu infame Sire consiguió: ¡un destierro eterno!  

–No olvides que Innominat solamente tiene uno de los siete asientos del Consejo. Hay otros seis, y puede que tus gritos en Jerusalén tengan sus ecos en Alamut. Si no lo haces por ti, hazlo por tu mentor, el gran defensor de la verdad: Innominat, el asesino de su hermano.

–Así están las cosas... ¡Assur ha hablado!

Tras esto Assur, Bicor y el Espectro se disponen a abandonar la estancia pero las palabras de Mudji irrumpen antes de que lo hagan. Los Assamitas se detienen se dan la vuelta y escuchan lo que Mudji tiene que decir:

–Solamente veo hipocresía por parte de Alamut. ¿Dónde estaban cuando un Baali, Enki, era príncipe de Tiro, una satrapía de Persia?

–Tuve el honor de poder arrancar malas hierbas en el nido de Águilas, saneando el Consejo. Pero ni siquiera me han permitido controlar al gobierno mortal de mi ciudad…

Tras hablar Mudji, Meir no puede contener su opinión y suelta sin control todo lo que opina de los Assamita:

–Vuestro clan nos abandono cuando limpiamos Tiro de la influencia Baali del infierno. El cometido inicial de Haquim era proteger a la Estirpe y exterminar a los Baali. Y ni una cosa, ni la otra. Solamente sabéis exigir. Bicor destronó a Innominat y nos dejó a nuestra suerte ante el Infernalista Enki, sin prestarnos ninguna ayuda. Jerusalén siempre ha sido un segundo plato.

–Me avergüenza la dirección que ha tomado el clan Assamita. Más preocupado por la política persa que por el bienestar de la Estirpe. Yo al menos, con mi “combustible” Torá Negra, he ayudado siempre a que Jerusalén prospere para poder ser más fuertes ante las adversidades. Preocupado de forjar alianzas para Jerusalén. Mientras Alamut solo exige apoyos en guerras humanas que no llevan a ningún sitio. ¡Yahvé está de nuestra parte!

Lanza de Artemisa,
Arma Sagrada de Desdémona

–Mudji cuentas con mi lanza –susurra Desdémona a su príncipe agarrando fuertemente su imponente lanza rojiza, mientas los Assamita les miran atentamente.

–Mi señor Assur –dice Mudji– Acepto tu ofrecimiento.

–¡Perfecto! –Exclama el Matusalén Assamita Sabia que ibas a hacerlo…

–Ahora mismo el rey de Chipre, está agonizando… –dice Mudji con tono neutro.

Según dice eso y los Assamita entienden que Mudji puede estar atentando contra el rey Evágoras, quizás lo haya envenenado o haya utilizado La Disciplina mortal de Extinción en su frágil cuerpo humano.

Bicor corre raudo saliendo por la puerta para ayudar al rey. Assur y el Espectro le siguen apresuradamente, pero sin tanta prisa y vigilantes a lo que los Vástagos de Jerusalén pudieran hacer.

En el salón principal de la coronación, el rey Evágoras cae al suelo entre convulsiones y empieza a escupir sangre por la boca mientras agoniza. Un circulo rodea al rey pero no saben cómo actuar y rápidamente los tres Assamita toman posiciones, y empleando sus disciplinas para que los humanos no se hagan preguntas, se llevan disimuladamente a Evágoras. Bicor explica a Adón que van a salvar a su ghoul, no merece morir de esta forma tan ruin, asegura que no es cosa suya pero que harán lo posible por salvar su vida.

Los tres Assamita sacan al agonizante rey al jardín, mientras los Vástagos de Jerusalén salen de la habitación en la que se encontraban y ven el revuelo ocasionado por la acción de Mudji. No tienen claro como lo ha hecho pero el rey Evágoras, héroe local, está muriendo ante los ojos de sus enemigos los Assamitas de Alamut.

–Mudji, este no es el camino…– Anat reprocha a Mudji que se le ha acercado tras deducir lo que está ocurriendo, seguramente ayudada por sus Disciplinas de Matusalén.  La Brujah no puede creerse que el discípulo de su aliado esté atentando directamente contra la corte de Tiro y sus intereses.

Mientras hay cierto desconcierto en la celebración, en el jardín, Assur disimuladamente se hace un corte en su muñeca y sangra sobre la boca del moribundo rey de Chipre Salamina y Tiro. Cuando Evágoras prueba ese preciado elixir carmesí oscuro, el rey se alza de un respingo y sus ojos se vuelven rojos al estallarle parte de sus venas oculares.

Parece que la sangre del Matusalén contrarresta momentáneamente la maldición de la sangre que le ha echado Mudji al monarca. Ataque que preparó cuando se presento al rey y charló con él, hace poco menos de una hora.

–¿Seguro que deseas hacer las cosas así? –pregunta Desdémona sin comulgar con su estrategia. Mudji no responde, está centrado en Bicor, se piensa si desenfundar su arma y acabar con todo de una vez por todas…

Bicor se acerca al grupo de Mudji y pide explicaciones. El príncipe explica brevemente a Bicor:

–Es mi forma de atacar al reino de Chipre, para favorecer la reconquista persa. Si descabezas a la serpiente, el cuerpo morirá… y de este modo Alamut vea en esto un gesto y retire la Caza de Sangre contra mis súbditos… Ayudo a mi manera… –dice desafiante Mudji, sabiendo que no es lo que ellos quieren, ni han dado a Mudji como opción.

–¿Crees que si hubiéramos querido muerto a Evágoras, ahora, no lo hubiéramos matado nosotros?  No hacemos las cosas así. El rey de Chipre es un adversario digno y así lo ha demostrado frente a Persia en el campo de batalla y en sus tácticas magistrales. No se merece una muerte tan ruin y esto demuestra una vez más que no eres digno de Alamut… –dice Bicor a Mudji muy enfadado.

Assur se acerca a Mudji y le susurra al oído:

–El destino susurra al guerrero: se acerca una tormenta…

Tras Assur, se acerca el Espectro con la voz amortiguada por su Yelmo responde a la frase de Assur:

–Y el guerrero le responde al destino: y soy la tormenta.

Dante y Nerea aparecen detrás de unos tapices, ambos sonrientes y colocándose debidamente sus ropajes, es evidente para cualquiera que se fije que acaban de venir de una relación íntima, sus miradas durante el resto de la noche les delatan. Nerea vuelve al brazo del Espectro que a penas la presta atención. Ninguno de los dos sabe de qué va todo el revuelo que se ha causado en la fiesta.

Los tres Assamita abandonan la celebración despidiéndose de Adón. Nerea lo hace del brazo del Espectro saliendo del lugar con los Assamita. Dante se piensa ir por ella, pero aprecia demasiado su no vida. Aun es un neonato y no quiere meter en un lio a Amal…

–Tendré que esperar a ser liberado…–dice a sus compañeros de Jerusalén sin saber todavía que ha ocurrido en su ausencia– Orión va a pillar un buen rebote cuando le contemos con quien ha estado jugando su niña traviesa… –añade Dante sarcástico viendo después en sus caras, que sus compañeros de Jerusalén no están para bromas.

Mudji frustrado, cansado de todo y muy enfadado se da la media vuelta y se dispone a marcharse.

Anat corre hacia él e intenta evitar que se vaya:

–¡Mudji no te vayas! Nada de lo ocurrido en la coronación tiene la mayor importancia. La verdadera razón por la que estáis aquí es para salvar la humanidad…– explica la Brujah muy afectada– confía en mí. Escucha lo que tenemos que decirte. Es vital. Si después no te interesa te vas. Pero hazlo por la alianza que tengo con tu mentor Innominat…

Mudji escucha a la Brujah pero sin mediar palabra se de media vuelta y se va, solo, sin esperar a nadie.

–Anat perdona a Mudji –dice Meir– nosotros nos quedaremos en representación de Jerusalén.

 

Bodega de Hyrum, Tiro
Anat dividida

Durante el conflicto Assamita Anat ha permanecido claramente distante. No parece querer meterse, aunque se la puede ver contenerse en ocasiones.

Anat reúne a los Vástagos de Jerusalén que aún quedan en la fiesta. Oded, Elsh, Nerea y el Espectro ya se han ido. Mudji, Meir, Desdémona, Nahum y Abraham caminan las la Matusalén Brujah que les lleva a la bodega del palacio, antiguo lugar de reunión habitual de Hyrum, Príncipe Toreador de Tiro, antecesor de Enki. Rodeados de barricas, oscuridad, humedad e intenso olor a vino, la Brujah confiesa: 

–Veo que mi enemigo se prepara para atacar –en la intimidad Anat, se derrumba y llora sangre de impotencia mientras aprieta los puños primero no puedo ir a luchar por Chipre y ahora el perder el apoyo de Mudji y el lazo con Alamut… ha atentado contra el héroe de Salamina Evágoras –dice Anat mientras una lagrima de sangre corre por su mejilla y tras unos segundos se limpia y se recompone haciendo un esfuerzo de fuerza de voluntad.

–Persia prepara su reconquista y sus enemigos mueven ficha como es lógico, y cabía de esperar, pero yo ahora no puedo estar en la defensa de Chipre. He elegido otro camino y no puedo dejarlo ahora que he jurado caminarlo…

–Cada segundo de búsqueda es esencial. Una veja aliada me ha convencido de que la lucha ya no es la prioridad, al menos no de momento. Todo gira en torno de la búsqueda de algo que debe indicarnos el camino. –¿búsqueda de qué? Se preguntan los presentes…

–Debo dedicar todos mis recursos, mis aliados, mis contactos, mi influencia, mi reputación… ¡TODO! a la búsqueda… y si enfoco mis energías hacia la defensa de Chipre, sé que puedo pagar el precio de mi existencia, y ahora mismo no nos lo podemos permitir, hay demasiado en juego, no solo Chipre o Persia... todo en lo que creemos y amamos.

–He consultado a mi consejera y aliada, faro de esta gesta, si no pudiera hacer las dos cosas, luchar por Chipre y ayudar a la búsqueda pero es evidente que ninguna de las dos cosas saldría como es debido.

–Agea me alertó de que debería tomar esta decisión y que esta sería la decisión más difícil que he tomado jamás ¡y por Zeus que lo es!

Meir y Desdémona conocen a Agea. La Brujah tuvo un emotivo encuentro con la anciana en Jerusalén y Meir la escribió interesado en ampliar contactos de sabios, siendo ya Agea contacto de su Sire Abraham.

Anat estalla de rabia pero esta vez no puede contenerse, demasiadas emociones.

Los Vástagos presentes a penas se están percatando de que la bestia va a poseer el cuerpo de la letal Matusalén y se apartan instintivamente, mientras Agea hace su aparición y la paraliza con un solo pensamiento. Un fulgor violáceo alrededor de la Brujah, que ahora parece más una estatua de sal que una cainita en frenesí.

 

Agea, Archimaga Ilustarda Troyana
Secretos desvelados

La anciana parece tener mil años. Se mueve muy despacito e inspira una ternura difícil de evitar.

Agea saluda maternalmente a Desdémona de un abrazo, cainita a la que conoce. Acaricia  Fafner, con una respuesta muy cariñosa de este. También saluda cordialmente a Meir, y le da su calurosa mano, ya que la anciana es un contacto de su Sire Abraham, con la que Meir se ha estado carteando últimamente.

La mujer se presenta cómo: Agea, Archimaga de los llamados Ilustrados, aliada y consejera de la diosa Anat.

¿Conocéis a los ilustrados? –pregunta Agea.

–Son los humanos con conocimientos por encima de la media, algunos de ellos con capacidades sobrenaturales dadas las puertas que han sido capaces de abrir con su inteligencia. –Responde Meir.

–Eres un Vástago muy sabio Meir, ya sé porque te eligió el bueno de Abraham. –Dice Agea impresionada.

–Caín y sus chiquillos estuvieron presentes en el amanecer de la civilización humana –comienza a narrar Agea con su voz rasgada y milenaria– y así pues nos vieron a nosotros los magos entre la gente, trayendo consigo las palabas, la agricultura, la arquitectura y más cosas…

–¿Cómo ha sido posible crear sorprendentes maravillas como las pirámides de Egipto o los Jardines colgantes de Babilonia? Originariamente los magos teníamos toda la potestad necesaria para continuar con nuestro arte, pero en estos tiempos oscuros nos hemos visto obligados a escondernos de los ojos de la humanidad…

–Estoy aquí por vosotros y vosotros estáis aquí por mí. La coronación es solamente una excusa, pero no es lo más importante de esta noche.

–También sabía que no vendría Mudji –dice Agea entristecida mirando a Anat para que no se sienta tan culpable por no haber podido convencerlo.

Acto seguido cierra los ojos y otra luz violeta parece rodearles en una burbuja en la que se encuentran todos. A través de ella se ven los objetos traslucidos, como si hubieran sido transportados a algún plano astral, cercano a la realidad pero ocultos a la misma. Agea abre los ojos satisfecha y en la bodega, reina la paz y la calma.

Anat, junto a Agea, no tiene nada que ocultar ante ella, la mira la sonríe y se dirige a sus invitados a esta reunión secreta.

–Mi objetivo es la helenización mundial. –Confiesa Anat a sus compañeros Tras siglos de no vida, y múltiples gobiernos, eras de imperios que caen y otro más tremendo lo engulle. Creo que la helenización, la libertad y el sueño griego, es la única forma de conseguir que la humanidad llegue a buen puerto.

–Como Aristóteles y otros sabios maestros creen, La helenización es la respuesta a los males del mundo. Creo en una humanidad que esté basada en la educación y el respeto, en la colaboración para construir y culturizar; Y no destruir y someter, cómo se hace en la actualidad.

–He intentado sanar la civilización  desde la religión, la política, y el fracaso de la misma: las guerras. Y nada ha dado resultado. Es más, todo ha entrado en una espiral de destrucción, corrupción, sufrimiento y desesperación difícil de reconducir. Sin ir más lejos, mi clan, los Brujah griegos, luchan entre ellos en una guerra civil para ver quien lidera todo Grecia y por el camino van muriendo, asesinados y solos, uno tras otro, como un reflejo burlón de los humanos griegos.

–Como ya os he contado en otras ocasiones, los persas y su oro representan la némesis de lo que queremos conquistar. Queremos cambiar su tiranía y sometimiento por saber, cultura y educación, sus ejércitos por soldados de la vida, preparados para luchar por la libertad y la plenitud de la felicidad eterna… –su mirada se pierde en el infinito e inspirada declama con lágrimas de sangre en sus ojos:

 

Anat, Matusalén Brujah

El Discurso de Anat

–No vamos por buen camino… deberíamos ayudarnos entre nosotros; En la naturaleza humana se encuentra la necesidad de ser felices. No deseamos seguir caminando por la senda del odio. Debemos recuperar la dirección de la vida enturbiada por las armas y la violencia. El hombre, como el cainita, cada vez piensa más y siente menos…

–La corte aqueménida se basa en el difundir el miedo y en sembrar odio, esto solamente puede crear amargura y codicia.

–Pero la era del odio caerá y con ella los dictadores y el poder que debería ser del pueblo, será tomado por el pueblo. Mientras los humanos sigan con vida existirá la humanidad.

–Cainitas: No sucumbáis al desprecio del imperio persa. Os inundan con su oro, nos tratan como a reses, Recuperad vuestra libertad. Dentro de cada Vástago hay un ser humano que alguna vez amo y creyó en la bondad.

–El Olimpo de los dioses se encuentra en el interior de cada hombre. Cada ser humano tiene el poder de todos y cada uno de los dioses. El poder de crear y sembrar. En esto se basa el sueño heleno.

–Juntos debemos luchar por un mundo mejor. Uno en el que los jóvenes crean en el futuro, ese joven se convierta en un hombre que pueda honrarse trabajando y acabe sus días de anciano, con la mayor seguridad.

–Solamente los reyes son libres, sólo ellos, pero hacen de los hombres sus esclavos. Podemos recuperar nuestra ansiada libertad. Debemos luchar para hacer este sueño realidad. Debemos destruir, el odio y la ambición.

–Batallaremos por la razón, una era de progreso que nos guie hasta la verdadera felicidad…

–Cainitas: ¡En nombre del sueño helenístico!… ¡debemos unirnos todos!

 

La Ilustrada

Agea, La Archimaga Ilustrada, aliada de Anat, emocionada por las palabras de la idealista Anat, continúa hablando:

–Hay Profetas que dejaron escritas una serie de predicciones humanas y sobrenaturales. Existen muchos textos pero hay uno en concreto que sería el más idóneo para consultar el destino de la humanidad, su nombre: La Torá Negra.

En el mismo instante que la maga ha pronunciado las sagradas palabras: Torá Negra. Abraham mueve la cabeza y dirige su moribunda mirada hacia Agea. No puede creerse lo que está escuchando…

–La Torá Negra, el libro donde uno de estos Profetas plasmó el destino de la humanidad. El libro de Nod sería su contrapartida vampírica. Si las deducciones de Anat sobre la helenización del mundo son ciertas y ese es el camino, aparecerá en la Tora Negra… escrita, si no recuerdo mal por el profeta… Daniel…

Abraham que ha resucitado tras haberse dormido un poco con las palabras de utopía de Anat, desde que Agea ha nombrado la Torá Negra sus ojos se abren de par en par e interrumpe a su compañera ilustrada:

–¡Elías! –dice Abraham, corrigiendo a Agea– ¡No es Daniel, si no el Profeta Elías!...

Y continúa hablando Abraham, con una pasión inusitada:

–Mi objetivo fue, es, y será encontrar la así llamada Torá Negra, un manuscrito según se dice escrito con tinta blanca sobre pergamino ennegrecido y que contiene revelaciones adicionales del Profeta Elías.  

–Llevo toda mi existencia estudiando como descifrar e interpretar la escritura profética, para que el día que encuentre los textos sagrados poder entenderlos.

–Me he consagrado a estos estudios místicos para comprender el lugar de la muerte en el universo, y tal vez el mío propio en la no vida.

–Esta búsqueda ha iniciado unas revelaciones que son la muestra de que es el camino correcto… –El Capadocio hace una pausa dramática para decir algo que pare él es de vital importancia:

–Creo firmemente que fe, lucha y muerte tienen significados más profundos y no solamente los que les hemos impuesto…

–La fe: no sabemos por qué nos asusta, ni por que tiene tanto poder en manos de los humanos, no sabemos de dónde viene ese inconmensurable vigor, más allá de la creencia en Dioses.

–La lucha, ¿Qué motiva a luchar continuamente por algo? No se conoce época de la humanidad sin lucha. No se concibe una recompensa sin esfuerzo, que en parte es lucha… interna…

–La muerte, ¿Quién tiene respuestas sobre ella? Más allá de la clásica pregunta de ¿dónde vamos cuando viene por nosotros?… yo me preguntaría: ¿por que suscita tanto pavor si solamente es una transmutación? ¿por qué nuestro cuerpo se resiste a morir si nuestra alma irá a un lugar mejor?...

–Mi única ambición es el estudio de los textos y revelaciones sagradas. Los asuntos políticos de humanos y vampiros, como sabéis, me traen sin cuidado, ninguno de ellos sobrevivirá si no nos protegemos del final de los días y para hacerlo debemos saber…

–Actualmente continúo la búsqueda de respuestas con la ayuda de colegas mortales –mira a Agea– y Cainitas de toda Europa y Persia, a fin de confirmar mis descubrimientos y poder determinar el lugar donde descanse el sagrado texto:… La Torá Negra. –Las lágrimas de sangre brotan esta vez de los ojos de Abraham. Segundo Matusalén que ven llorar en minutos.

–Y sé que en el momento que lo “arranque” de su santuario dejará de ser tan sagrado e inmaculado…

Abraham se queda paralizado mirando a un punto indefinido, inmóvil. Nadie sabe donde se encuentra ahora mismo su prodigiosa mente, seguramente no seriamos capaces de entenderlo… Meir sabe que le ocurre en ocasiones, suele volver la misma noche que le ocurre.

–Con mi bagaje de años, –continua hablando Anat rompiendo el silencio incomodo dejado por Abraham– se que la helenización es un hecho y como tal debe aparecer en el imaginario del Profeta… Elías –Dice la a Matusalén Brujah mientras mira a la Archimaga con ternura.

–Agea me convenció para dedicar todos mis esfuerzos en la búsqueda de la Tora Negra. Al conocer el nombre de la hermandad de Meir, e investigar sobre ella, llegue a la conclusión de que el nombre de su comunidad de sabios no era más que un homenaje a la sagrada búsqueda de su Sire Abraham, con la que lleva toda su no vida…. Dice Anat mirando extasiada al Capadocio.

–Supe por Agea que Abraham recientemente había regresado a Jerusalén junto a su chiquillo Meir y que durante mucho tiempo estuvo encerrado estudiando aquí, en la propia ciudad de Tiro. Por lo que se, debió tener algún tipo de desencuentro con Innominat sobre sus tareas, y prefirió tener más libertad y autonomía en la ciudad de su hermano Enki, paradójico que encontrase ayuda, apoyo y libertad, en la ciudad gobernada por el infame Enki, al que llamaban en la tierra del Tigris y el Éufrates, Enki Nudimmud “El hacedor", dios de la sabiduría, señor de la magia, la construcción, las artes, el diseño y la creación… –Anat piensa en tiempos pasados y rápidamente vuelve

–La artífice de que nos hayamos conocido en el pasado es Agea, ella me dio la idea de poder traer a mi chiquilla Helena para Regentar la ciudad en la que mi aliada Cyra, tenía una chiquilla reinando: Amara. Cyra era una idealista persa del clan Ventrue, la muestra de que podemos colaborar sin importar los clanes. Era enemiga de su hermano pequeño Teispes, rey de la noche de Persépolis, por haber reinado en su lugar simplemente por ser un hombre. Teispes, del clan Assamita, fue asesinado por un Nictuku en Jerusalén. Teispes el hermano de Cyra murió por soberbia, pensaba que podía utilizar al Nictuku como un arma destructora que se volvió contra él y todos los presentes la misma noche en la que lo liberaron, en una vieja cueva, sobre las ruinas de la derruida Jerusalén, destruida por el odio y la venganza de Nabucodonosor hacia el soberbio rey del pueblo judío.

–Anat; Cob, espíritu guía de Amal; Su mentor Muraguri, viejo compañero mío, también Ilustrado; Innominat; Kothar; Elsh; Abraham… –Recita Agea– ha habido muchos aliados tejedores, algunos de ellos sin saberlo, que han propiciado que este camino finalmente confluyera en esta encrucijada en la que nos encontramos ahora.  

–Encontrar la Torá Negra nos mostrará si ese camino es el verdadero… y nos indicará el siguiente paso para evitar el fin de los días… aquel momento en el que los Antediluvianos se levantarán y acabarán con todo lo conocido… –Dice Agea asintiendo pensativa.

–De forma contraria, si la Torá Negra cayera en malas manos, podría destruir todo lo que amamos… pensad en ello. Imaginaros el libro en manos del corrupto clan Assamita y con el supiera con detalle el futuro para influir sobre el destino de todo. –Advierte Anat.

–Yo voy a dedicar mi existencia a este sueño y os pido que me ayudéis a ello, la existencia de todo lo que conocemos y amamos está en juego. –Asegura la Matusalén Brujah esperando a que los presentes contesten.

Cada vampiro piensa en aquello que más le importa y se imagina perderlo para siempre. La bestia se revuelve a punto de estallar impidiendo la misma idea de imaginarlo sin ataduras, pero la magia de Agea no permite que el frenesí de paso al baile salvaje de la bestia.

–Yo te ayudaré con toda mi alma, con la sangre de mis venas y toda la energía de mí ser… –Responde Abraham sin pensarlo, lleva pensándolo siglos– pero con la condición de ser yo quien la lea y dirija su traducción. Necesitaremos un ejército de sabios para descifrar la Torá Negra, –y Abraham se gira sonriente hacia Meir, ya que su chiquillo lo tiene.

–Sabes que fui yo quien te sugerí esta idea, y que creo firmemente en ella, soy troyana. Por supuesto que ayudaré a buscar e interpretar, aquello que deseas creer que será el futuro de la humanidad. Y así lo esperamos… Agea camina despacio y se sitúa junto a la poderosa Anat, la imagen es curiosa, una salvaje guerrera junto a una frágil y cándida anciana.

–Anat, también debes estar preparada para estar equivocada, es una posibilidad. Ya que todo parte del convencimiento de que puede ser la dirección, pero no del hecho de que la sea –advierte sabiamente Agea mirando a los inmensos ojos oscuros de Anat.

–Asumo que si estuviera equivocada, desviaría mi razón de existir hacia otra senda… pero siento en mi interior… y confío en que la respuesta está en las palabras dictadas por algo superior, llámalo como quieras: dios, Yahvé, Zeus, Melkart,  destino, fortuna, inspiración… Dice Anat de nuevo con lágrimas de sangre en sus poderosos ojos.

–Gracias a mis conocimientos y mi sabiduría, tras siglos de estudio he llegado a la conclusión de que la Torá Negra es la llave para preparar a la humanidad para trascender al siguiente paso… uno que por fin logre despertarlos a todos y nos conduzca a un mundo mejor. –Dice Abraham, con lágrimas de sangre en sus ancianos ojos.

Anat, Agea y Abraham, tres semidioses emocionados y acongojados por la potencia del momento miran a los abrumados Vástagos de Jerusalén y esperan sus respuestas.

–El amanecer está por llegar y han sido demasiadas emociones por esta noche.  Dice Meir– Esta importante decisión requiere de algo de tiempo para meditarla y responderla como Yahvé manda.

Todos están de acuerdo y se retiran pensativos a sus aposentos para consultarlo con la almohada y quizás hablarlo la noche siguiente los tres.

Cuando están acostados y a punto de desfallecer por la llegada del día, los tres Vástagos piensan en todo lo que está en juego: La propia humanidad y que tienen la oportunidad de tomar parte de su salvación.

El día llega raudo para imbuirles, a casi todos, en un sueño profundo del que no despertarán hasta llegada la siguiente noche.