Ely Yahu, Malkavian (386 a. C.)

Ely Yahu, El Precursor
Ely Yahu

Traducido como "mi Dios es Yahvé", también conocido como el “Precursor” por ser enviado a preparar el camino para los que están por venir.

Ely se encontraba sumido en la oscuridad, no recordaba donde estaba, ni cómo había llegado hasta allí, pero sentía que no se encontraba solo. Un dolor pulsátil en su muñeca le saco de su sopor.

Aunque sus ojos estaban abiertos, era incapaz de ver lo más mínimo. Sentía otro cuerpo al lado suyo, una figura pétrea y fría se abrazaba a él. ¿Podría ser que en su delirio se hubiese cobijado en brazos de una estatua? ¿Pero qué estatua se movía?

No podría decir cuánto tiempo se prolongó ese estado de duermevela, pero cuando parecía que iba a hundirse definitivamente en el pozo de oscuridad, de repente, sintió un torrente abrasador descendiendo por su garganta.

De repente… la oscuridad se convirtió en brillantes tonos de negro, el Ángel más bello que Ely pudiese soñar le alimentaba con el néctar más dulce que hubiese probado.

No era capaz de recordar nada anterior a despertarse en aquella cueva con su Ángel, pero eso daba igual. El Mensajero del cielo le conto quien era y que tenía una misión importante que cumplir para Yahveh. El espíritu celeste le conto muchas más cosas, historias de su nueva condición, de su misión cómo profeta y precursor de los que estaban por llegar.

El tiempo no tenía sentido en aquella cueva del desierto, pero tras incontables noches, el Ángel le dijo que debía partir a otro cometido. Ely dormiría hasta el momento en que fuese llamado por Yahveh para cumplir con su destino.

Ely despertó con el suave roce de unas cálidas alas en su mejilla. Por un momento pensó que el Ángel había vuelto, pero un agudo graznido le hizo abrir los ojos. Dos negros cuervos vertían con sus picos Vitae en la boca de Ely, cómo en sus tiempos mortales, habían sido enviados por Yahveh para alimentarle y fortalecerle para su misión. Los cuervos parloteaban transmitiéndole que había pasado en el mundo durante su ausencia, debía dirigirse sin demora dirección Jerusalén…