Ely YahuEly Yahu, El Precursor
Traducido como "mi Dios es Yahvé", también conocido como el “Precursor” por
ser enviado a preparar el camino para los que están por venir.
Ely se encontraba sumido en la oscuridad, no
recordaba donde estaba, ni cómo había llegado hasta allí, pero sentía que no se
encontraba solo. Un dolor pulsátil en su muñeca le saco de su sopor.
Aunque sus ojos estaban abiertos, era incapaz
de ver lo más mínimo. Sentía otro cuerpo al lado suyo, una figura pétrea y fría
se abrazaba a él. ¿Podría ser que en su delirio se hubiese cobijado en brazos
de una estatua? ¿Pero qué estatua se movía?
No podría decir cuánto tiempo se prolongó ese
estado de duermevela, pero cuando parecía que iba a hundirse definitivamente en
el pozo de oscuridad, de repente, sintió un torrente abrasador descendiendo por
su garganta.
De repente… la oscuridad se convirtió en
brillantes tonos de negro, el Ángel más bello que Ely pudiese soñar le
alimentaba con el néctar más dulce que hubiese probado.
No era capaz de recordar nada anterior a
despertarse en aquella cueva con su Ángel, pero eso daba igual. El Mensajero del
cielo le conto quien era y que tenía una misión importante que cumplir para
Yahveh. El espíritu celeste le conto muchas más cosas, historias de su nueva
condición, de su misión cómo profeta y precursor de los que estaban por llegar.
El tiempo no tenía sentido en aquella cueva
del desierto, pero tras incontables noches, el Ángel le dijo que debía partir a
otro cometido. Ely dormiría hasta el momento en que fuese llamado por Yahveh
para cumplir con su destino.
Ely despertó con el suave roce de unas cálidas
alas en su mejilla. Por un momento pensó que el Ángel había vuelto, pero un
agudo graznido le hizo abrir los ojos. Dos negros cuervos vertían con sus picos
Vitae en la boca de Ely, cómo en sus tiempos mortales, habían sido enviados por
Yahveh para alimentarle y fortalecerle para su misión. Los cuervos parloteaban
transmitiéndole que había pasado en el mundo durante su ausencia, debía
dirigirse sin demora dirección Jerusalén…